En la Alameda Central, en el Centro Histórico de la Ciudad de México donde no hay álamos, sino sauces y fresnos-, existe un museo de arte a cielo abierto con una veintena de esculturas que para muchos paseantes pasan inadvertidas.
Este céntrico parque, llamado en su tiempo el nuevo paseo por el virrey Luis de Velasco, hijo, y creado en enero de 1592, siendo Cristóbal Carballo el encargado de trazarlo y se inició el sembrado de álamos, pero debido a lo fangoso del suelo, que no era favorable para el desarrollo de este tipo de árboles, tuvieron que ser sustituidos.
Pero no todo el tiempo colonial se mantuvo la Alameda como paseo exclusivo de la aristocracia, ya que hubo tiempos en los que el descuido y abandono de las autoridades llegó a ser tal que el lugar se convirtió en basurero y refugio de malvivientes.
Fue en los últimos años del siglo XVIII cuando el virrey conde de Revillagigedo se preocupó por embellecer el lugar y ordenó rodearlo de una cerca de madera, en tanto que el siguiente virrey marqués de Branciforte, ordenó colocarle puertas de hierro.
Pero el verdadero carácter de lugar de asueto que hasta la fecha la distingue, lo adquirió hasta el siglo XIX, siendo el sitio idóneo para las celebraciones de la Independencia.
Aunque cabe recordar que en 1846, en una entrada triunfante del general Santa Ana a la capital, mandó llenar de ponche las fuentes para que el pueblo tomara “hasta hartarse”. Aquí mismo, en 1899, el presidente Porfirio Díaz fue objeto de un atentado y estuvo a punto de ser asesinado por un militar, quien le disparó a “quemarropa”.
Así se convirtió en el parque de más tradición en la ciudad por sus numerosas obras de arte y es considerado como un museo al aire libre. Con trazo arquitectónico están bien distribuidos sus jardines, andadores y monumentos, destacando el hemiciclo a Benito Juárez, donde se ubicaba el Pabellón Morisco, trasladado en los primeros años del siglo XX a la Alameda de Santa María la Ribera.
Otra escultura tallada en bronce es la conocida como Gladiador con espada, representa a un guerrero con gorro frigio que empuña una espada. Esta se localiza al poniente del Hemiciclo.
Junto está la obra en bronce de Jesús F. Contreras, llamada Malgré Tout 117 y que representa a una mujer desnuda encadenada y tirada al suelo. El original en mármol se encuentra en el Museo Nacional de Arte.
La Vida y la Paz es otra obra de Antonio Alvarez Portugal, elaborada en 1988 en el tronco de un árbol muerto, donde una mujer desnuda abraza el tronco y remata en una paloma estilizada.
“Desespoir”, obra de Agustín Ocampo, es una escultura en bronce de una mujer desnuda. El original es de mármol y se encuentra en el Museo Nacional de Arte. En la avenida Juárez esquina con Doctor Mora hay otra escultura de una mujer desnuda reclinada, de tipo griego con pectoral, cuyo autor se desconoce.
Las Fuentes de Caritas se ubican una en cada esquina de la Alameda, es una planta mixtilínea de brocal almohadillado y al centro pedestal con talantes adosados; bajo el tazón, caras por donde fluye el agua.
Una de las principales estatuas es la Fuente de Mercurio, obra de Juan de Bolonia, trabajada en bronce y representa a la usanza clásica con alas o talares en las sandalias y yelmo. Porta su báculo de serpientes.
En la parte norte, al centro, se ubica un pedestal tableado con ménsula y hojas de acanto que sostiene una gran copa adornada con festones y hojas que se repite en varios lugares de la Alameda.
Otra de las fuentes importantes es La Primavera, cuyo elemento principal es la estatua femenina con cántaro apoyada sobre una columna estriada y adornada con conchas. Junto se ubica la estatua femenina La Victoria, que en la mano derecha lleva un plato y en la izquierda flores.
La fuente de Neptuno y los Tritones es obra de Walter Dubray, hecha en 1857. Es circular y al centro tiene la estatua en bronce de Neptuno sentado en una concha y portando un tridente. Un par de peces funcionan como surtidores.
La Fuente de las Américas se ubica precisamente en el centro de la Alameda. Fue hecha en 1853, de planta mixtilínea que presenta un conjunto escultórico integrado por cuatro tritones infantiles en la base, sobre una tortuga, pedestal y doble plato. El elemento principal es una estatua femenina de torso desnudo, obra de Valdosinc.
Además del kiosco octagonal y la Madona con flores en las manos, está la Pareja de Aguadoras, obra del escultor Sauvegau, y son dos mujeres alrededor de una fuentecilla con sendas vasijas.
En la Fuente de Venus, obra de Marthain Moreau, se yergue una escultura femenina de bronce sobre una venera de angelitos y tritones a sus pies. Cerca, está la Venus con una paloma en sus manos y un manto. Junto está otra escultura masculina llamada simplemente El Gladiador.
El monumento a Beethoven, que data de 1921, fue trabajado en bronce por el escultor Goldenbench. En el pedestal, a media altura, la cara del músico alemán y en lo alto un hombre en actitud suplicante a los pies de un ángel.
Por último, en la esquina norte se encuentra en un árbol muerto la escultura La Paz: un hombre con cinturón en forma de estrella, y en su base simplemente se lee: “Josué 87”.
El 26 de noviembre de 2012 fue reinaugurada la Alameda Central, se plantaron árboles y se mejoraron los prados, también fueron restauradas las fuentes, las esculturas y el Hemiciclo a Juárez. Se construyeron cuatro nuevas fuentes en las esquinas de la Alameda, la calle Ángela Peralta se volvió peatonal y se instaló alumbrado público para que la Alameda pueda ser visitada de noche con mayor seguridad.
Más información: Alameda Central de la Ciudad de México