Bregenz es una de las ciudades más encantadoras de la zona fronteriza con Suiza y Alemania, tanto por la propia urbe, como por la presencia del lago, las montañas y los bosques que la cercan.
En la frontera con Suiza y Alemania, la ciudad austriaca de Bregenz es modélica, por su belleza, sus paisajes, su alto nivel cultural y su buena atención a los visitantes. La impresión inicial es abrumadora ante sus paisajes enmarcados por los Alpes. Tras esa sensación se comienza a respirar inmensidad y calma. Y por último, uno se reconoce diminuto frente al poderío de la naturaleza.
A orillas del lago Constanza
La peculiaridad de los valles alpinos es fruto de aquella era dominada por el hielo. Se trata de los grandes lagos diseminados por la cadena montañosa. Los hay en todos los países alpinos, en Francia, Suiza, Alemania, Italia o Austria. Unos más grandes, otros más pequeños, los hay profundos y de aguas oscuras, y también superficiales de tonos verdosos. Pero siempre son oasis en las alturas, y por ello los lugares donde hace siglos se asentó la población.
Uno de ellos es el lago Constanza, cuyas aguas ocupan más de 500 km2. Una superficie compartida por Alemania, Suiza y Austria. Precisamente, la orilla austriaca es la menos extensa, sin embargo ahí aparece Bregenz, una de las ciudades más encantadoras de la zona, tanto por la propia urbe, como por la presencia del lago, las montañas y los bosques que la cercan.
Además, por su ubicación goza de un clima más benigno que en otros lugares alpinos, ya que los inviernos no son excesivamente gélidos, mientras que los calores veraniegos y el otoño se suavizan con el frescor húmedo del lago.
Desde tiempos romanos
No es extraño que hace 2 mil años, los legionarios romanos, llegados con la intención de conquistar nuevas tierras, establecieran en el lugar un campamento militar, al que llamaron Brigantium. Un topónimo que germanizado se transformó en el actual Bregenz.
El asentamiento ocupó la parte alta de la ciudad, conocida como Oberstadt. De tiempos de los romanos, nada queda, pero en la Oberstadt están los edificios más antiguos de la ciudad. Y entre ellos destaca la Martinsturm.
Este torreón se construyó en el siglo XIII y formaba parte de las murallas de la ciudad. Aún se conservan zonas del recinto amurallado, en especial una rotunda puerta pétrea que da la entrada a la vieja ciudad.
Pese a su fiero aspecto, hoy en día no intimida sino que da la bienvenida a un remanso de tranquilidad, ya que por la Oberstadt sólo circulan los vehículos de los residentes, y todo el conjunto guarda la apariencia de antaño, con calles empedradas, casas con la típica arquitectura de entramado de madera y viejas mansiones, como la Deuring Schlössle, un palacete del siglo XVII, convertido ahora en exclusivo hotel y restaurante.
También la ciudad alta cuenta con su vieja iglesia del siglo XV, bajo la advocación de San Galo. Pero sobre todo, la Oberstadt es idónea para otear preciosas vistas del lago, viendo las orillas suizas y alemanas, a la vez que a los pies queda la ciudad baja o Unterstadt.
La ciudad baja
Esta zona es más moderna y la preside el Edificio Decimonónico del Ayuntamiento, acompañado por la torre octogonal de St. George. Todo el barrio bajo vive por completo de cara al lago.
Frente a sus aguas se hallan la imponente Oficina Central de Correos o el prestigioso Museo de Arte Contemporáneo KUB. Ambos inmuebles están en Seestrasse, la calle que se convierte en un paseo marítimo bordeando el lago Constanza. Ahí está la Oficina de Turismo, parques, miradores al lago y el puerto, el único del país desde el cual zarpan barcos hacia ciudades de los países vecinos.
En definitiva, es un deleite pasear por las calles de Bregenz, siempre un ejemplo del civismo austriaco con todo impoluto, bien conservado y estrictamente estipulado, como el tráfico, ya que abundan las vías peatonales para los ciudadanos y sus visitantes.
Entretenimiento todo el año en Bregenz
Bregenz mima a sus visitantes en cualquier mes del año, especialmente con buen tiempo, cuando es ideal para practicar senderismo por los alrededores, por ejemplo ascendiendo al cercano monte Pfander, al cual también se llega en teleférico desde el centro de la ciudad. Y si se prefieren los deportes acuáticos, el lago permite practicar la vela, el surf o simplemente dar breves paseos en patines a su alrededor.
Y también en invierno llega mucha gente a la urbe, dada su amplia oferta hotelera, sus excelentes comunicaciones y la posibilidad esquiar en la estación de Pfanderbahn. En el cercano invierno será todo un lujo deslizarse sobre la nieve alpina y disponer de una amplia panorámica del lago y de la cordillera europea más famosa.
Cómo llegar a Bregenz
- Los aeropuertos cercanos son los de Zurich en Suiza, Stuttgart y Munich en Alemania, e Innsbruck en Austria.
- Desde Innsbruck parte una autopista hasta Bregenz, donde también llegan trenes desde ciudades del entorno del lago Constanza.
- Y por último, se puede navegar por el lago arribando desde Konstanz, Fiedrichshafen, Meersburg o Romanshon.
Más información: Turismo en Austria