La fascinación por el cálculo del tiempo es una constante en las culturas antiguas de todo el mundo, lo mismo en Asia que en Europa se hicieron trabajos para registrar el paso del tiempo. Cuando los españoles llegaron al Nuevo Continente, quedaron sorprendidos del gran conocimiento de las antiguos habitantes de Mesoamérica.
En este tipo de cuestiones la cultura maya sobresalió al crear un sistema calendárico que fue el que más se acercó a los cómputos del tiempo moderno.
Los ciclos del calendario se combinaban con otros, lo que daba como resultado una cronología absoluta, un sistema en que se podía usar una data y ésta a su vez es única, como sucede con nuestro calendario, en donde sólo hay un 25 de diciembre de 1875 y esta fecha nunca se va a repetir, pues lo mismo acontecía en el calendario maya.
El calendario maya comenzaba en una fecha creación, que correspondería para nuestra fecha en el 13 de agosto de 3114 a. C. Así intercalaron varios sistemas para llevar el paso del tiempo: el Tzolkín, el Haab, la Rueda Calendárica, la Cuenta Larga, la Cuenta Corta y la Rueda de Katunes.
Pero vayamos paso por paso.
Tzolkín significa literalmente la cuenta de los días. Se componía de un ciclo de 260 días organizado en trece veintenas, es decir en trece grupos de vente días. Se usaba para conmemorar ceremonias religiosas, conocer la llegada y duración del período de lluvias, también para saber el destino de las personas. En otras palabras se utilizaba para cualquier actividad humana.
El Haab mide el año solar dividiéndolo en 18 meses de 20 días cada uno, pero los últimos 5 días eran llamados Uayeb y se consideraban nefastos, aunque eran fechados. Este calendario era la base del calendario religioso colectivo, marcaba los ritmos comunitarios y muchas veces señalaba las ceremonias en las que participaban los diferentes especialistas.
Rueda Calendárica
Es la unión de los dos sistemas anteriores, al juntarse se forma la siguiente expresión: 4 Ahau 8 Cumku, es decir, el primero seria el mes y forma parte del Tzolkín, mientras que la segunda seria el mes y lo conforma el Haab. Para que una fecha volviera a coincidir tenían que pasar 52 años. Esto correspondería a uno de nuestros siglos.
Cuenta Larga. La cuenta larga es un punto fijo en donde comienza el correr del tiempo, es decir es el punto cero o punto de partida. Para nuestro calendario es el nacimiento de Cristo. Para los mayas era la fecha creación del 13 de agosto de 3114 a. C. De esta forma se podía ubicar un evento en su momento preciso. Además esta forma de cómputo tenía nueves periodos que era los siguientes:
- 1 Kin = 1 día
- 1 Uinal = 20 días = 20 Kines
- 1 Tun = 360 días = 18 Uinales
- 1 Katún = 7,200 días = 20 Tunes
- 1 Baktún = 144,000 = 20 Katunes
- 1 Pictún = 2,8800,000 = 20 Baktunes
- 1 Calabtún = 57,600,000 = 20 Pictunes
- 1 Kinchiltún = 1,152,000,000 = 20 Calabtunes
- 1 Alautún = 23,040,000,000 = 20 Kinchiltunes
Para ejemplificar esto tomemos la fecha del 23 de septiembre de 1480. En el equivalente maya seria: 11.13.0.0.0 6 Ahau 3 Zip. En esa fecha se describe un gran huracán. Y se lee de la siguiente forma:
11 Baktunes, 13 Katunes, 0 Tunes, 0 Uinales y 0 Kines. Del día 6 Ahau y la veintena 3 Zip.
En el sistema maya encontramos la aritmética perfecta, pero los observadores antiguos, adecuaron una parte de su calendario en el tun, estaba compuesto no de 20 sino de 18 Uinales o 360 en vez de 400, que es la suma correcta que tendría que seguir. Al parecer se obro así para lograr una mejor aproximación a la duración del año solar, aunque los mayas sabían perfectamente que el año solar duraba 365 días y una fracción.
Cuenta Corta
Era una especie de sinopsis histórica presentada en una sucesión de periodos de aproximadamente 20 años que para propósitos ordinarios, resultaba bastante exacta, mientras no se rompieran las secuencias. En la época de la Conquista si podemos confiar en su ordenamiento, este registro partía de 62 katunes atrás, es decir, de 9.0.0.0.0 (435 d.C.) un periodo de 11 siglos.
Esto es lo que colocaron en sus representaciones artísticas, que todavía podemos observar en la actualidad. Esas grandes representaciones en piedra de sus gobernantes (conocidas como estelas), sus Códices, la cerámica, etcétera.
La Cuenta Corta se comenzó a utilizar en el periodo clásico tardío y sólo se utilizaba el registro del término de los katunes, es decir, el periodo de 7,200 días. La manera de representarlo es poner el katún y el nombre del día en que termino dicho katún. Esto sirve para un tiempo de 19 000años. Quedando de esta forma Katún 16, 2 Ahau, 13 Tzec.
Después, en el posclásico tardío se dio otro cambio y surgió la rueda de katunes, es decir solo quedo el katún con el nombre del día que finalizaba, ejemplo Katún 2 Ahau. En esta cuenta el cálculo es para cerca de 256 años.
Así la rueda de los katunes siempre terminaba con el día Ahau y como solo había 13 katunes con diferente designación en este método 1 Ahau, 2 Ahau, etc. Un Katún de cualquier designación retornaría después de un lapso de 13 katunes y puesta que cada katún es igual a 19.71 de nuestro años, el ciclo se repetiría en 13 X 19.71 o sea 256 años y un cuarto. Si un Katún 2 Ahau terminaba en 751 otra vez se repetiría en el año 1007 y el siguiente en 1263.
Pero los nombres de los katunes de la u kahlay katunob se designaba por un número de 1 al 13, como ya lo vimos, pero no de una manera secuencial, es decir, no van del 1 al 13, sino que es dos unidades menor, así tenemos que después del Katún 13 Ahau seguiría el Katún 11 Ahau, después el Katún 9 Ahau y así sucesivamente. La dirección del movimiento es opuesto al de las manecillas del reloj.
Cada uno de los 13 katunes tenía su deidad patrono, sus profecías y sus ceremonias especiales.
De esta manera los mayas buscan dejar registro de su historia y de las grandes hazañas que realizaron en su tiempo. Como toda civilización de la antigüedad buscaban que sus proezas no fueran olvidadas y de cierta forma lo consiguieron, ya que sus calendarios y sus inscripciones siguen sorprendiendo a los especialistas y al público en general.