Llegar a Cezky Krumlov y encontrarse de frente a su muralla, a su castillo gótico del siglo XIII que se levanta majestuoso en el meandro del rio Moldava, es entrar a un mundo distinto, medieval, muy alejado de las grandes urbes de nuestros días.
Desde el puente de madera que te conduce a pasar por la puerta de la muralla, las calles empedradas, la arquitectura urbana, el popular templo de San Vito, todo es diferente.
Destaca entre las construcciones, como ya mencionamos, el palacio renacentista de Rozmberk, originalmente un castillo gótico de mitad del siglo XIII, reconstruido en el estilo barroco, reformado en rococó.
Fue ocupado por los señores de Krumlov, quienes lo eligieron como sede principal. Posteriormente fue comprado por Rudolf II de Habsburgo aunque nunca visitó personalmente el castillo, y su primo emperador Ferdinand II lo regaló en el año 1622 a su financiero Jan Oldrich de Eggenberk.
A su muerte, heredaron el latifundio los Schwarzenberk . A finales del siglo XVIII el palacio fue abandonado y, tras su remodelación, en el año 1900 decidió abrir al público. En el año 1992 fue todo el complejo histórico inscrito en la lista de monumentos culturales de la UNESCO.
Los vecinos de Cezky son gente amable, que tratan de comunicarse con el visitante luciendo una amplia y amigable sonrisa, ya que su idioma -el checo-, es uno de los más difíciles de hablar, por lo que podemos decir que, para el turismo, el inglés es el idioma oficial.
Recorriendo sus plazas y callejones, estuvimos en la casa de la mujer barbuda a la que, según la leyenda, le creció tanto bello en el rostro que se convirtió en una tupida y negra barba, debido a los celos de su marido; hoy día aun se pueden apreciar las pinturas de esos legendarios seres, en las paredes de su otrora hogar.
La cocina checa merece ser descubierta durante tu viaje. Existen una gran cantidad de restaurantes en los que podrás disfrutar de la famosa cerveza checa (Pilsen) y sus vinos moravos.
Cesky Krumlov se encuentra en la región de Bohemia del Sur, cuya capital es Ceské Budejovice, muy cerca de la ciudad de Viena.
Lo recomendable para visitarla es hospedarte en la ciudad de Praha (Praga), en donde puedes rentar un vehículo o mejor acudir a las oficinas de turismo del país y solicitar a un guía de turistas, de preferencia que hable tu idioma.
Durante nuestro viaje tuvimos mucha suerte, ya que se nos puso en las manos y experiencia de Zlata Mederos, una experimentada guía que habla perfectamente el español y que se distingue por su trabajo muy profesional.
Si piensas volar desde México, es recomendable una línea como Lufhtansa, que vuela directamente a Berlín, en Alemania, y de ahí a Praga. También, estando en Berlín, se puede viajar en tren, en un recorrido de no más de cuatro horas; el tren es muy confortable y da la oportunidad de disfrutar de los paisajes de esa región de Europa.
Otra recomendación es prestar atención a la época en que se viaja, ya que el clima es extremo. En invierno es muy frio y no es una temporada recomendable para visitarla, lo mejor es la primavera y el verano, que son calurosos. En referencia a la moneda, para evitarse costosas comisiones, no cambies grandes cantidades de euros, puedes hacerlo directamente en Europa y en la república Checa la corona es la moneda del país, que es aceptada en todos las tiendas, restaurantes y hoteles. No cambies moneda en las calles si te lo proponen, puedes sufrir un desengaño al ver que la moneda no es válida.
Para obtener mayor información, puedes visitar la página web del turismo checo: www.czechtourism.com