Durante milenios, este oasis en medio del desierto estuvo habitado por grupos nómadas, como lo demuestran los petrograbados en algunas rocas, los artefactos para cacería, y las tumbas de antiguos cazadores recolectores.
Al amanecer, la niebla se disipa poco a poco y la Poza Azul adquiere una amplia gama de tonos azules que la tornan uno de los ambientes más bellos en medio del desierto. Estamos en el centro de Coahuila, cerca de la ciudad de Cuatrociénegas de Carranza; nos rodean las elevaciones calizas de la Sierra Madre Oriental y extensas tierras desérticas. Este es el Valle de Cuatrociénegas, caracterizado por planicies bajas, áridas y calurosas, adornadas por pequeños matorrales. En el recorrido admiramos por el norte la elevada Sierra de Ovejas y la de Madera, y por el sur La Fragua, San Marcos, Pinos y Purísima. Durante siglos fue un sistema hidrológico relativamente sano, hasta que en el siglo XX empezó su uso intensivo en actividades agropecuarias.
Este valle es una rareza geológica y biológica que posee cerca de 500 pozas, manantiales, canales y ciénegas que brotan del semidesierto y se comunican por canales subterráneos, cuyos diámetros van de 1 a 1,100 m con profundidades de 50 cm a 18 m. El complejo posee un sofisticado sistema de drenaje que circula bajo tierra, por lo que existen pocos arroyos permanentes y en el área sólo se aprecian dos lagunas de tamaño considerable, una de origen natural y la otra creada como canal artificial. Aquí el clima es semicálido, llueve menos de 200 mm al año, y las temperaturas tienen promedios anuales de 21.5°C, pero en verano llegan hasta los 40°C, lo que provoca una intensa evaporación.
Esta cuenca cerrada de aguas cristalinas saturadas de sulfatos y carbonatos, en su mayoría son termales, con varios afloramientos de aguas frías; no tienen un curso superficial y carecen de salidas. Muchas pozas tienen poco caudal y forman aguas estancadas, pero otras circulan y crean una compleja red de canales rodeados por plantas con raíces cementadas por el agua mineralizada. Pudimos ver que por el paso de siglos, los canales se han ido cerrando, hasta volverse cursos subterráneos que vuelven a brotar con el tiempo. Todo recibe el nombre de Cuatrociénegas, derivado de las ciénegas (áreas pantanosas), formadas por las aguas derramadas en el valle, que tiene mayor concentración de pozas y manantiales bajo la Sierra de San Marcos.
Protección y evolución
El Área de Protección de Flora y Fauna Cuatrociénegas, fue declarada zona protegida en 1994, con 84,347 hectáreas donde habitan reptiles, peces, aves y mamíferos, que ocupan suelos salitrosos, pastizales, matorrales, y complejos sistemas acuáticos. Es un valle donde los últimos 35 millones de años crearon las condiciones geológicas que favorecieron los endemismos y la presencia de 18 especies de plantas vasculares, 4 de reptiles, 11 de peces, 14 de moluscos, 8 de crustáceos, 3 de tortugas y varios insectos: son más de 70 especies endémicas. Además, existen los primitivos estromatolitos, comunes en las aguas someras del mar, pero no de los desiertos.
Continuamos en medio de esta aridez con nuestra curiosidad insaciable; admiramos la compleja red de aguas superficiales y subterráneas, con pozas de pocos centímetros, hasta las que superan los 100 m de diámetro y 18 m de profundidad, que han favorecido la evolución específica durante milenios, y muchas especies únicas en el mundo. Las montañas, de hasta 3,200 msnm que encierran este valle, crearon un refugio climático con mínimas variaciones en los últimos 11,000 años, aunque su historia geológica se remonta a la época de los dinosaurios. Hace 40,000 años, el valle ya tenía manantiales y extensos pastizales, donde amplios periodos de sequía al final de las glaciaciones dieron origen al desierto que hoy disfrutamos: un laboratorio de la evolución.
El Centro de Información la Poza Azul, cuenta con una exposición gráfica, palapas para descanso, senderos, señalización, plataforma de observación y guías. Con su apoyo admiramos el conjunto de Pozas, las tortugas, El Mojarral y la espectacular Poza Azul, que llama nuestra atención por sus intensos colores, originados por tres factores principales: la profundidad, la salinidad y las plantas microscópicas que contiene. Todos los cuerpos de agua están rodeados por lirios acuáticos, tulares, carrizales y zacatonales. Además, el paisaje es adornado por aves migratorias como patos, pelícanos blancos, garzas blancas y morenas, y diversas aves residentes.
Actividades recreativas y productivas
El espíritu de aventura nos lleva hasta los Arenales de Yeso, con casi 800 ha., formados por dunas blancas que se elevan varios metros y confunden con el horizonte, con atractivos promontorios erosionados por el viento. El guía nos dice que estas arenas son resultado de la intensa evaporación de la laguna Churince, aunque su principal origen se debe a lagos secos hace miles de años. Estas dunas tienen 98% de pureza de yeso, por lo que antaño se extraían sin control hasta 300 toneladas diarias, lo que afectó drásticamente el entorno. Son arenales que conservan la humedad, porque lo blanco refleja la luz solar y limita la evaporación del agua, lo que favorece la supervivencia de plantas como la yuca, mezquite, mimbre, pastos y otras herbáceas.
De las laderas de la sierra, bajan los ejidatarios con sus burros cargados de Candelilla, una planta colectada para obtener cera de alta demanda en la industria farmacéutica, elaborar pinturas, cosméticos, cera para las frutas y el calzado. También, es posible apreciar la obtención de la cera, un proceso lento que inicia con el transporte de la planta hasta los hornos, donde se coloca en vasijas metálicas con agua y ácido para calentarse a altas temperaturas hasta crear una nata espumosa en la superficie que al enfriarse, forma una capa que se empaca para su venta. Es una extracción regulada por la Semarnat que concede unas hectáreas a esta explotación, mientras otras áreas se recuperan.
A cada paso que damos identificamos ocotillo, gobernadora, mezquite, sotol, yucas y cactus; nos enteramos que aquí todavía vagan coyotes, liebres, zorras y mapaches. También comprobamos que se realizan actividades recreativas en los Balnearios Las Playitas, el Churince y Poza la Becerra, con aguas cálidas; el río Mezquites, de apacible curso, y los Centros Ecoturísticos La Ilusión y San José, son ideales para disfrutar de ambientes rústicos.
Con pesar dejamos pendientes los recorridos en las sierras de San Marcos y Pinos, Madera y La Fragua; aunque sí logramos un contacto directo con la riqueza biológica y paisajística de Cuatrociénegas, un ecosistema natural frágil y valioso que debemos visitar y recetar.
Investigación científica en Cuatrociénegas
Desde el principio, las condiciones biológicas del área atrajeron la atención de los científicos, que advirtieron una cantidad sorprendente de especies nuevas, debido a la condición semidesértica del área. La mayoría, son especies endémicas de peces e invertebrados que habitan en manantiales, canales y aguas ribereñas. El interés científico es enorme, varios organismos privados, gubernamentales y asociaciones civiles, apoyan programas de conservación; algunas instituciones extranjeras han aportado fondos para el rescate de tierras, educación ambiental y estudios que arrojen luz sobre este insólito hábitat desértico habitado por semiacuáticas casi desconocidas.
Este hábitat de excepcional biodiversidad, es estudiado por científicos mexicanos y extranjeros. En 1958, un naturalista encontró un caparazón de tortuga que tenía algas, lo cual indicaba su procedencia acuática y difería de las tortugas colectadas en el desierto Chihuahuense: así inició la investigación científica en este ambiente. En la actualidad la NASA considera al área como un “ecosistema modelo”, que puede ayudar a entender la evolución de la tierra primitiva y diseñar estudios sobre la posibilidad de vida en planetas como Marte. En el aspecto arqueológico, aquí se han encontrado redes, sandalias y cestas de fibras de yuca o agave, puntas de flecha, morteros, pinturas rupestres y petroglifos, que indican la antigua presencia de pobladores humanos.
- La ciudad de Cuatrociénegas, se ubica en medio del valle del mismo nombre, a 255 km de Torreón y a 82 de Monclova por la carretera #30.
- En Cuatrociénegas puedes visitar atractivos como la Casa de la Cultura, el Museo Casa de Carranza y las Bodegas Ferriño.
- Este ecosistema puede ser dañado por el uso recreativo, como son las motocicletas y autos de arena. Su uso debe ser responsable.
- En algunas pozas se permite nadar, pero su uso está reglamentado: al nadar no usar bloqueadores o bronceadores.
- Está prohibida la caza, la pesca, la extracción de plantas, y molestar o remover cualquier tipo de animal.
- Cuatrociénegas forma parte del desierto Chihuahuense, uno de los mayores de Norteamérica, y abarca desde el sur de los EUA hasta Chihuahua, Coahuila, San Luis Potosí y Zacatecas.
Más información: Haz Turismo en Coahuila