Visitar “la ciudad de la eterna primavera” se disfruta desde que empieza el viaje, ya que desde el momento en que uno va sobre la autopista México-Cuernavaca, recorriendo los 60 kilómetros que la separan de la ciudad de México, dan ganas de detenerse para aspirar profundamente el aroma del bosque del Ajusco; algo así como un rito de bienvenida.
Cuando se llega a donde se inicia la ciudad, cientos de colores de las flores de buganvilias de diferentes tonos, nos reciben como preámbulo de los inolvidables momentos que se pueden disfrutar durante nuestra estancia en esta formidable ciudad de clima agradable, sin importar si es verano o invierno.
La ciudad de la eterna primavera, lugar privilegiado en el mundo, tiene un clima considerado ideal, por mantener temperaturas agradables durante casi todo el año. Y es precisamente esa fama paradisiaca lo que la ha convertido en una ciudad de «fin de semana», de paseo y reposo, pues abundan las propiedades que pertenecen, sobre todo, a personas que habitan en Ciudad de México y que llegan aquí para alejarse del bullicio de la gran capital.
En los alrededores del Boulevard Juárez o la calle de Galeana, en el centro de la ciudad, abundan las altas murallas que rodean casonas de abolengo; grandes y lujosos fraccionamientos como Vista Hermosa o el Club de Golf Tabachines, conjuntos residenciales que se suceden uno tras otro en colonias como Delicias o Rancho Cortés.
Actores, diplomáticos, empresarios y toda clase de personalidades han tenido, o tienen, una propiedad en Cuernavaca. Sin embargo existe otro aspecto que ha caracterizado en fechas recientes a esta cálida ciudad: estudiantes extranjeros, sobre todo originarios de Estados Unidos, llegan cada año para tomar cursos de verano en donde aprenden español, originando una serie de escuelas y casas-habitación cuyo negocio depende de un sector estudiantil cada vez más creciente.
Cuernavaca, capital del estado de Morelos, es una de las ciudades más antiguas del centro de México, que nos remontan hacia el año 1200 antes de Cristo, en lo que podría considerarse como el primer asentamiento humano en la región.
Se trata de la quinta tribu nahuatleca establecida en la comarca de Cuauhnáhuac, valle luminoso al que descendieron desde la Sierra del Ajusco como fin a su peregrinación emprendida desde el norte.
Monumentos Históricos
Con la llegada de los españoles a la región el nombre de Cuauhnáhuac derivaría en Cuernavaca, convirtiéndose después en el lugar de veraneo del conquistador Hernán Cortés, así como en el sitio preferido de muchas personalidades que encontraron aquí su lugar de residencia permanente.
Entre sus atractivos están el Palacio de Cortés, que se terminó de construir en 1535; la Catedral, conjunto arquitectónico que muestra construcciones de diversas épocas; el convento y templo de la Tercera Orden de los Franciscanos, que data del siglo XVI; las capillas del Humilladero o Chapitel del Calvario, consagrada a la Virgen de Guadalupe y erigida en 1939; la de los Tepetates y la capilla abierta de San José, construidas en el siglo XVI; el santuario de Nuestra Señora de los Milagros, en el barrio de Tlaltenango; la iglesia de la Guadalupita y la Hacienda de Atlacomulco.
También cabe destacar el acueducto, del siglo XVII; el kiosco del Jardín Juárez; el puente de Porfirio Díaz; la estación del ferrocarril; la Casa del Olvido (o del Olindo) en el barrio de Apatzingo; el Jardín Borda y su iglesia anexa y el puente del Callejón del Diablo, entre los más importantes. Existe una zona arqueológica en Teopanzolco, que fue antiguo centro ceremonial de los Tlahuicas, quienes levantaron dos estructuras concéntricas separadas por un foso, posiblemente dedicadas a Quetzalcoatl.
En cuanto a atractivos culturales, no puedes dejar de ver el Retablo de la capilla de la Tercera Orden, levantado en el siglo XVII, los murales del Casino de la Selva, pintados por David Alfaro Siqueiros; pinturas del templo de la Tercera Orden que representan el martirio del primer santo Mexicano, Felipe de Jesús; pinturas al fresco en el convento de la Tercera Orden; pinturas sobre la vida de Maximiliano y Carlota en el Palacio Municipal; y murales en el Palacio de Cortés pintados por Diego Rivera.
Esta paradisíaca ciudad tiene también muchos museos, a cual más atractivos, como el Museo Cuauhnahuac, el Museo Robert Brady, el Museo de fotografía (El Castillito), el Museo Etnobotánico (Casa del Olindo) y el Museo – Taller Siqueiros.
Además, los teatros siempre tienen diferentes obras de gran calidad, infórmate antes de tu viaje acerca de las representaciones en el Teatro Morelos, el Teatro Ocampo, el Teatro del Centro Cultural Universitario, el Teatro al Aire Libre del Melchor Ocampo, el Teatro al Aire Libre de la Plaza Solidaridad, el Teatro al Aire Libre de Jungla Mágica, el Teatro al Aire Libre del Jardín Borda y el Teatro Las Palmas.
Fiestas y Tradiciones
Los carnavales son una tradición de Cuernavaca. La feria de la Flor se estableció en 1965, comienza el 2 de mayo y termina el día 12. En el jardín Borda, los floricultores de toda la República, presentan las más bellas flores que cultivan, compitiendo por el premio anual.
Se instalan juegos mecánicos, un palenque, carreras de caballos, espectáculos y eventos socioculturales; el 15 de mayo es la fiesta de San Isidro Labrador; el 13 de junio, la fiesta de San Antonio en el barrio de San Antón, con juegos pirotécnicos, danzantes aztecas y concheros; el 6 de agosto, la fiesta de El Salvador o de la Transfiguración del señor de Ocotepec, con danzas de moros y cristianos, mole y pulque.
Otras festividades no menos importantes son el 10 de agosto, la fiesta de San Lorenzo en Chamilpa; el 15 de agosto, la fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen en Santa María Ahuacatilán; el 8 de septiembre, la fiesta de Nuestra Señora de los Milagros en Tlaltenango, con importante feria que atrae numerosos visitantes; y el 12 de diciembre, la fiesta de la Virgen de Guadalupe en el Calvario.
Otra tradición data de1870, cuando un grupo de jóvenes, con el fin de divertirse, organizaron una cuadrilla que al son de botes viejos, gritos y silbidos, gritaban y danzaban en forma espontánea por las calles, tapados de la cara con pañuelos o pedazos de tela y vestidos con ropa vieja y rota. A este grupo se le dio el nombre de «huehuenchis», palabra en náhuatl que significa «viejos con ropa usada y desgarrada».
Trascendió a otros municipios y el pueblo de Tlayacapan se dio cuenta que esta danza no solamente divertía a los participantes, sino también a la gente que los observaba; por lo tanto, se volvió a organizar con más entusiasmo en 1871, y desde entonces se viene celebrando en forma tradicional al iniciarse la cuaresma, o sea los días domingo, lunes y martes de carnaval, terminando el miércoles de ceniza.
Más tarde, esta fiesta se organizó también en Tepoztlán, y debido a la cercanía con Cuernavaca, ha logrado mucha fama. En Tepoztlán se modificó el tipo de disfraz, creando una especie de burla en contra de los españoles, pues el atuendo simboliza la vestimenta usada por estos en la época colonial y las máscaras tienen barbas y bigotes; a estos danzantes se les conoce como «Chinelos».
Artesanías
Son famosas tanto nacional como internacionalmente la cerámica de Cuernavaca y los productos de cera; éstos últimos logrados del producto de las abejas y trabajados con habilidad en caprichosas figuras; las macetas y objetos de barro de San Antón; la corteza de árbol machacada y convertida en papel amate con pinturas multicolores; las bolsas y canastas de palma preciosamente tejidas y de colores llamativos; los collares de cuentas y piedras raras; así como las máscaras y figuras de madera laqueadas.
Gastronomía
El mole verde de pepita, el mole rojo de guajolote, la cecina con queso, crema y salsa picante, la barbacoa de carnero y cabrito, el pescado en mixiotes, los tamales, el clemole sazonado con ciruelas silvestres y las enchiladas estilo Cuernavaca.
Como podemos ver, además de un clima que cualquier ciudad le envidia, Cuernavaca tiene mucho que ver con la diversión y la cultura; escápate un fin de semana y vive todos sus atractivos.
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