Arizona, rodeada de grandes espacios abiertos, ofrece una gran cantidad de atractivos turísticos, tales como montañas, lagos y bosques para la pesca, caza y paseos en bote, excursionismo, rafting, campamentos, cabalgata y recorridos en jeep, ideales para esta temporada vacacional de verano, cuya joya principal es una maravilla de la naturaleza: el Gran Cañón.
Aquí podrás también practicar golf, realizar visitas a viejos pueblos mineros, magníficos “malls”, restaurantes para degustar un buen corte de carne, o bien acudir a un juego de basketball.
Parque Nacional del Gran Cañón…
Visita obligada para quien acude a esta localidad, el Gran Cañón es una vistosa y escarpada hondonada excavada por el río Colorado durante miles de años en el norte de Arizona, área considerada como una de las maravillas naturales del mundo, la cual tiene cerca de 446 kilómetros de longitud, cuenta con cordilleras de entre 6 y 29 kilómetros de ancho, con profundidades de más de mil 600 metros.
Situado en su mayor parte dentro del Parque Nacional del mismo nombre, uno de los primeros de Estados Unidos, éste fue uno de los lugares preferidos por el presidente Theodore Roosevelt, quien en numerosas ocasiones lo visitó para gozar de su impresionante paisaje, siendo su principal promotor para preservarlo.
Visita por río
Aparte de la visita turística ocasional al borde sur, con sus 2 mil 134 metros sobre el nivel del mar, el rafting o descenso de ríos y el excursionismo son actividades especialmente populares para deleitarse con los paisajes del Gran Cañón.
Existen empresas que organizan descensos por sus aguas, generalmente en balsas para 15 personas equipadas con motor fueraborda, las cuales suelen partir de Lee’s Ferry y llegan hasta Diamond Creek, durando el viaje unos 6 días. Las embarcaciones equipadas únicamente con remos suelen tardar unas 2 semanas en completar el viaje. También existen empresas que organizan excursiones para turistas en helicóptero al Gran Cañón.
Atractivas caminatas
El Gran Cañón está lleno de lomas rocosas, acantilados de piedra caliza y profundas hondonadas, todos agrupados en distintas tonalidades. Una excursión a pie esta calculada para regresar en un día.
Uno de los senderos para esta actividad es el de Bright Angel hacia Lookout Point, el cual está a 12 millas de ida y vuelta, con un descenso de 3 mil pies, así como un regreso de igual longitud, un poco difícil hasta la cima.
La excursión a paso lento y hasta la mitad de la hondonada te tomará de 7 a 8 horas. Se recomienda comenzar temprano, llevar comida y agua principalmente, ya que la temperatura puede oscilar entre los 20 y 30 grados.
Si lo que buscas es llegar al fondo del Gran Cañón, requerirás de por lo menos dos días para excursionar y regresar. Podrás bajar por el sendero South Kaibab hacia el Rancho Phantom. Este camino es más empinado que el Bright Angel y no tiene abastecimiento de agua, por lo que es más fácil bajarlo que subirlo, pero en compensación ofrece un paisaje espectacular.
En el Rancho Phantom se puede degustar al aire libre un buen filete a la parrilla y platos vegetarianos, además de acampar o dormir en cabaña; para ello, se recomienda reservar con varios meses de anticipación.
Al día siguiente y después de un buen desayuno, hay que comenzar el ascenso por Bright Angel Trail, el cual es menos empinado y más fácil para escalar que el South Kaibab. Parte del camino es sombreado y usualmente existe agua disponible para beber.
A trote de mula
Si careces de la condición necesaria para ir a pie en el Gran Cañón, puedes montar en uno de los trenes de mulas de un día que te llevarán hasta la mitad del descenso y de regreso en más o menos 8 horas. Estos parten del Rancho Phantom e incluyen un saco con almuerzo. Para visitar el fondo se requieren dos días.
Recomendaciones para un viaje perfecto
La temporada menos ocupada es diciembre, enero y febrero, a consecuencia de la nieve en la parte alta del Gran Cañón, aunque hay osados que buscan otro tipo de emociones, para lo cual requerirán de equipo especial.
Ahora bien, no es recomendable visitar este destino en julio y agosto, ya que el clima es demasiado caliente, llegando incluso a tornar peligrosa la excursión, pues se llegan a alcanzar temperaturas de hasta 48 grados centígrados (120 Fahrenheit) en pleno verano, mientras que el agua escasea. Los mejores meses para emprender este viaje son abril, octubre o noviembre.
Más información: Grand Canyon National Park