Es de todos sabido y confirmado que comer es un placer, y que incluso para ejercer la identidad cultural, el mexicano promedio y/o el extranjero avecindado, vecino, estante o forastero de paso, recurre a apersonarse tanto en nuestras cantinas como en bares de interés para disfrutar de su gastronomía, ya que son de los lugares más concurridos para los amantes del buen comer y beber, y de la reflexión espiritual.
Es interesante y recomendable comer en forma o disfrutar una típica botana, además de ser ya una tradición.
A continuación se presentan algunas ofertas interesantes para degustar en cantinas y restaurantes bar significativos:
La Ópera, liderea sin duda a los sitios turísticos de consumo de licores del Centro Histórico. Además de su variedad de cervezas, tequilas, vinos y licores, sus clientes pueden probar las delicias de sus tradicionales platos de la cocina mexicana: el arroz con mariscos, la paella, el pollo con mole o bien un suculento filete de pescado.
La Peninsular está ubicada a espaldas del Palacio Nacional, por rumbos de La Merced, idónea para tomar un tequila acompañado de una típica botana chicharronera y menú de comida del tipo casero reflejado en el servicio de enchiladas sencillas.
El Gallo de Oro fue refugio desde un principio de personalidades de la talla de Manuel Acuña y Juan de Dios Peza. De su cocina se destacan en su carta los típicos «pepitos» de lomo de res con jitomate, cebolla y rajas de chiles en vinagre, y el “plato de la casa”: el «gallo de oro» (pollito de leche adobado a las brasas). También se puede degustar el “mancha mantel”, el chicharrón en chile verde, y de la cocina española la paella, la fabada y el caldo gallego. Esta cantina inició el apogeo de las importaciones del aceite de oliva, las alcaparras, las aceitunas sevillanas y los quesos europeos, que fueron una novedad como botana en su momento.
La Potosina es de gran tradición en Jesús María. Además de sus cervezas, rones, vinos y tequilas, está la bebida de la casa: “La Paloma” y como botana frijolitos con tortilla, sopa de pasta y sopes.
Una cantina por demás clásica en el céntrico Barrio Chino es El Tío Pepe, en Independencia y Dolores. Conserva parte de su mobiliario original de principios del siglo XX. Por ella han desfilado clientes como la “Banda del Automóvil Gris” y William Burroughs. A mediodía suele haber oferta de caldo de camarón y a veces tacos de moronga, además del servicio de tortas por encargo.
El Casino Español se localiza en Isabel La Católica 29. Las Leyes de Reforma modificaron su uso original, de Hospital del Espíritu Santo a Casino Español de México A.C. con su respectivo Bar, donde se han dado la charla animosa, frescas bebidas en vaso jaibolero y el disfrute del típico menú español.
El Bar Alfonso originalmente estuvo en la Plaza Guardiola pero actualmente recibe a sus parroquianos en Motolinia 18. Uno de sus asiduos fue el recién fallecido escritor Don Andrés Henestrosa, quién disfrutó de los excelentes platillos a la carta y la botana.
En Venustiano Carranza está el Bar Mancera. Su fundador fue el constructor de la vía ferroviaria del noroeste, don Gabriel Mancera. Sus bebidas son buenas; como botana hay pollo en chile verde, cerdo con verdolagas, caldo Tlalpeño y eventualmente mariscos.
El Bar Gante cuenta con la bien ganada fama de ser un lugar elegante que da la bienvenida a las gargantas sedientas. No hay botana pero en su carta es recomendable el pulpo a la gallega, amén de ricas tortas.
El Bar Chapultepec, frente al Templo de San Hipólito, ofrece rica botana y comida a la carta, contando el sábado con el servicio de bufete de carnes y mariscos.
El Río de la Plata, está en República de Cuba y Allende. Hay servicio a la carta pero pueden pedirse tortas con quesillo, hot dogs y hamburguesas con papas.
En Belisario Domínguez 61 está La Dominicana. En esta cantina de barrio, por cada ronda de copas que pides al mesero te preguntan si quieres algo más de un menú muy sencillo: sopa de pasta, arroz con huevo y pollo con champiñones.
La famosa Puerta del Sol se localiza en la esquina de 5 de Mayo y Palma. Su botana es la tradicional de cantina, picosita y casera; con la modalidad de verse la cocina en el interior y no en la trastienda de la cantina.
Localizada en la esquina de Victoria y López, el Salón Victoria es una de las cantinas de más tradición. No hay botana tradicional pero cuenta con las especialidades de cabrito al horno, filete de res, paella a la valenciana y los filetes.
La Mascota es algo pequeña pero con muy buena botana y ambiente, ahí es obligado deleitarse con un suculento chamorro.
Una cantina en Mesones e Isabel La Católica es La Vaquita. Actualmente está decorada con asesoría del INAH. Se cuenta que ahí trabajó Cantinflas antes de saltar a las carpas, su carta es variada con un cierto sabor casero; la botana a base de cacahuates y chicharrones se recomienda cuando no se tiene mucha hambre.
El Salón España es una cantina en la calle de Luis González Obregón y tiene fama por económica y por sus botanas: tortas de sardina, pozole y quesadillas de papa.
Por otros rumbos más sureños hay varias, como El León de Oro en la Escandón; ahí es recomendable comer los caracoles y las tortas variadas que ahí se despachan.
También está La Colonial, en Revolución 216, en Tacubaya. Aunque hay servicio de botana, su comida es muy recomendable, se da por tiempos, es decir, pides una copa y accedes al primer nivel, en la segunda van subiendo los alimentos de categoría y así sucesivamente.
Sobre José Vasconcelos está El Puerto de Veracruz. La especialidad son los pescados, su galería de fotos la hace muy agradable.
La Flor de Valencia está localizada en Revolución, en Mixcoac. Es recomendable el servicio a la carta y la botana se caracteriza con la especialidad del jueves: Caracoles panteoneros.
En San Angel está la México, donde no debes dejar de probar sus parrilladas y buffet (servido de 13.45 a 17.hrs).
Y todavía más al sur, en Coyoacán, está La Guadalupana. Exactamente atrás de la parroquia de San Juan Bautista, en el centro. Como en la mayoría, tiene muy buenas botanas, comida mexicana y ambiente. Un manjar es su carne tártara.
Muy cerca, en Higuera 14, está La Coyoacana, donde antes estaba La Guadalupana. La comida de su carta es buena pero luego sufren de “inspiraciones” (ej; croquetas con salsa de jitomate).
Por la Narvarte y Doctores no faltan. La Valenciana tiene muy buena carta, donde destaca una excelente ensalada, buenos vinos y para estómagos audaces un picoso molcajete.
El Bar El Sella está ubicado en Doctor Balmis. Aquí desafortunadamente no hay botana, pero la comida a la carta es excelente, destacando el chamorro con grasita que de momento satisface, pero que en exceso puede dar chamba a los cardiólogos. De postre, un ate con queso flambué y un pacaharán.
No temas ir a La Casa del Abogado, también en la Colonia Doctores, es llamada así por su cercanía a los juzgados del DF. La especialidad es el pulpo a la veracruzana y la paella.
Y por la Roma y la Condesa, está el Salón Covadonga, en Puebla 121. Esta cantina tiene la tradición de la rica y variada carta española; sólo da como botana chiles en vinagre.
La Auténtica es otra, en Cuauhtémoc 128. En esta pequeña pero agradable cantina de entrada te obsequian un taquito, pero para cualquier otro plato tienes que consumir tres alcoholes fuertes o cuatro cervezas. Ofrece sopas, entremeses y guisados a elegir en tres tiempos y para el fin de semana se recomienda el bufet Mar y Tierra con caldo de camarón, paella y 18 platillos a escoger.
Nuevo León 95 es el sitio del Nuevo León, en la Condesa. La comida es a la carta, pero de la casa te envían un caldo de camarón y algún taquito de guisado, destacando los de lengua.
El Salón Niza, en Av. Chapultepec, no da botana, pero la carta es sabrosa y es bien visto pedir una torta de pierna o milanesa. Lugar preferido de publicistas que van a darse una “barnizada”.
Por Santa María la Ribera está El Paraíso, cantina que tuvo en sus orígenes un giro negro y ahora ofrece los jueves carnes al carbón y los viernes deliciosa paella. La comida es gratis si se le solicita al mesero más de 3 copas, pero si el ánimo no es tan etílico se sugiere encargar una excelente torta de pulpo, pierna o adobo.
El Salón París, frente al kiosko Morisco, es una cantina que, entre su riqueza culinaria, destaca la sopa del alverjón, el tlacoyo, el atún a la vizcaína y las carnitas que, renglón aparte, son deliciosas.
Por Tlalpan está La Jaliscience, en Plaza de la Constitución 6. Sus tortas de bacalao en bolillo son muy sabrosas.
Y por la Guerrero está la U de G, quizá la más famosa del rumbo. El Cabrito es la especialidad de la casa.
Por circuito interior está El Bosque, cantina donde la especialidad es el pescado a la sal, que es muy recomendable.
Y por último, está La Polar, pasando Sullivan en dirección al aeropuerto. La más clásica de las cervecerías del DF y célebremente famosa por su birria.
Como vemos, las cantinas, además de ser sagrados sitios de reunión para “la dominada” o la “mentirosa”; o a más de ser centro de consumo de bebidas, tienen una gastronomía inigualable a nivel mundial. Basta abatir sus puertas, tomar asiento, y disfrutar su sazón.