En los últimos años, las haciendas henequeneras de Yucatán se han convertido en el lugar ideal para aquellos que desean disfrutar una luna de miel alejados del ruido de las grandes ciudades y envueltos en la paz de un paisaje hermoso, su opción es hacer un romántico recorrido por las haciendas henequeneras de Yucatán, hoy convertidas en hermosos hoteles de lujo.
Todas y cada una, localizadas a unos cuantos minutos de la ciudad de Mérida, lo cual le permitirá conocer los sitios de interés turístico más importantes de la región, sin mayor contratiempo. Así, por ejemplo, la Hacienda Santa Rosa ubicada a 35 minutos del aeropuerto de la ciudad, caminó a Celestún. Sus habitaciones son acogedoras y lujosas, y cuenta además con un restaurante de cocina regional e internacional.
Dentro de las instalaciones se realizan paseos a caballo o en bicicleta. A 78 km al suroeste de Mérida, se encuentra Uxmal, sitio donde está ubicada otra de estas magníficas edificaciones.
La Hacienda Uxmal fue construida en 1950, y ha albergado a importantes personalidades de nuestro tiempo como algunos miembros de la realeza europea, presidentes y funcionarios de gobierno. El ambiente romántico de su comedor, es el escenario ideal para que disfruten de una gran velada, aderezada por la cocina gourmet yucateca; disfruten del muc-bil pollo, una especie de tamal gigante con piezas de pollo y puerco.
Así, a tan sólo 75 km de la ciudad de Campeche y 88 km de Mérida, se encuentra la Hacienda Blanca Flor, desde la cual podrán iniciar un recorrido por las zonas arqueológicas de Edzná, Kabah, Zayil, Labna, y Xlapac. También podrán visitar las Grutas de Loltún, las cuales poseen extraordinarias conformaciones de estalactitas y estalagmitas.
Hacia el oeste, se encuentra Isla Arena, centro de pescadores desde el que pueden embarcarse hacia la Reserva Ecológica de Celestún, conocido refugio de flamingos rosas.
Una de las haciendas más interesantes que cuenta con un restaurante considerado como uno de los mejores de México, es Xcanatún de ambiente reconfortante. Se localiza a sólo cinco minutos del Centro de Convenciones de Mérida, siendo la más cercana a las áreas comerciales e industriales de la ciudad.
Es un hotel que ofrece servicio personalizado e instalaciones modernas, entre las que se encuentran un spa decorado con azulejos de jade auténtico en donde también se ofrece el servicio de masajes relajantes a base de miel; cuenta con un campo de golf y diversas canchas de tenis.
Los matrimonios enamorados no dejen de visitar la zona de cenotes (pozas de agua conectadas de forma subterránea) cercana a este hotel, en los que podrán nadar, bucear o simplemente admirar estas maravillosas formaciones creadas por las naturaleza.
La ubicación de esta hacienda les permitirá además tener fácil acceso a las playas de Puerto Progreso, un lugar localizado a sólo 15 minutos de este hotel, donde disfrutarán de un agradable clima y de la excelente comida que ahí se prepara a base de pescados y mariscos recién capturados; también podrán visitar diversas zonas arqueológicas, como Dzibilchaltún, la cual se encuentra a tan sólo cinco minutos de Mérida y Chichén Itzá, ubicada al norte de Yucatán, muy cerca de la ciudad de Valladolid. Atrévanse a vivir este romántico recorrido.
Haciendas henequeneras de Yucatán y su historia
Las haciendas henequeneras yucatecas surgieron en la segunda mitad del siglo XIX, resultado de la transformación de las haciendas maicero-ganaderas establecidas por los españoles durante el tiempo de la colonia. Las grandes haciendas henequeneras representaron durante más de un siglo la base de la economía de Yucatán. La increíble acumulación de riquezas de las familias que poseían las haciendas, se basó en la más aguda explotación del trabajo humano, así como la gran habilidad de los hacendados para controlar las diversas situaciones económicas y sociales que se presentaban en sus propiedades.
El que el cultivo del henequén en el siglo XIX, el declive de la cría del ganado y el cultivo de la caña de azúcar como productos de exportación, se han atribuido especialmente a tres acontecimientos:
- La llamada Guerra de Castas, iniciada en 1847 que destruyó la industria del azúcar y otros cultivos del oriente y sur del actual estado de Yucatán
- El invento de la raspadora mecánica para desfibrar, hecho por José Esteban Solís en 1852, quien pudo desfibrar 6300 pencas en 21 horas.
- La gran demanda de cordel, derivada de la invención de la cosechadora de trigo Mc Cormick en Estados Unidos, en 1878.
Durante la época porfiriana (1876-1911), Yucatán tuvo un formidable progreso que se manifestó en las transformaciones de la ciudad de Mérida: avenidas, paseos, edificios públicos, residencias privadas, servicios de agua, luz, etc.: todo tuvo importante presencia por las riquezas creadas, teniendo como base la producción henequenera que se comercializaba en el mercado norteamericano. Más de un millar de haciendas laboraban a principios de siglo, y Yucatán vendía anualmente en el extranjero henequén por valor de unos 20 millones de pesos.
No obstante, los hacendados yucatecos no conformaban un grupo homogéneo económica e ideológicamente, existían serias diferencias entre ellos por orígenes e intereses que representaban.
La zona henequenera yucateca
La zona henequenera comprende el noroeste del actual estado de Yucatán, el contenido histórico y arquitectónico de la región está definido por la presencia de las ruinas mayas, la arquitectura de la colonia y, la de la nueva nación independiente. Fue un lugar lleno de dramatismos y contrastes (y lo continúa siendo, sólo que en otro contexto social), escenario de luchas y memorias, evidencias de distintas épocas de la historia del poder y de la resistencia.
Los hacendados se vieron en la necesidad de trasladarse continuamente entre sus propiedades y Mérida por motivos de negocios y por formar parte de una clase social que se fortalecía entre sí con un gran número de actividades como las efectuadas en los clubes, en paseos como el carnaval, culturales como el teatro, y en general una vida urbana cuyas exigencias transformaron el mundo del hacendado. La mayoría de los hacendados vivía prácticamente en Mérida y se trasladaban por temporadas con su familia a sus propiedades que funcionaban como casas de campo.
El henequén creó un escenario completamente nuevo que abarcaba el paisaje y los edificios de la hacienda, incluyendo las viviendas de los trabajadores. Fue un mundo de imágenes moderno, contradictorio y vasto.
La tasa principal expresaba la presencia del hacendado; la casa de máquinas, concebida muchas veces como un verdadero templo o palacio del trabajo; la iglesia o capilla como parte de la casa principal o ligada a esta, simbolizando a la religión como propiedad del hacendado, que paternalmente la pretendía compartir con los acasillados y sirvientes; las casas de estos, modernas también, de mampostería y teja, ubicaban al peón el nuevo mundo, apropiado por el hacendado que abarcaba todo el territorio visible en los henequenales, los edificios y los espacios abiertos del interminable paisaje, del cual sólo escapaba el cielo.
Agradecemos al Fomento Cultural Banamex «Arquitectura de haciendas henequeneras de Yucatán (2006)».
Más información: Haciendas Henequeneras Yucatecas