El nombre del hotel venera a Matilda Stream y al retrato de ella realizado por el pintor mexicano Diego Rivera en 1940. La pintura es parte de la colección de arte del hotel.
San Miguel de Allende, reconocido por su elegante ambiente colonial y su creciente comunidad de artistas, está convertido en un agradable destino turístico, donde propios y extranjeros rinden pleitesía al legado artístico de españoles, criollos e indígenas. Su patrimonio tangible e intangible halaga los sentidos y reanima el alma.
Ejemplo magnífico de esto es el Hotel Matilda, el cual a casi un año de su elegante apertura, goza de creciente fama y se consolida como el hotel de moda en la hermosa ciudad guanajuatense, declarada Patrimonio de la Humanidad en 2008.
Creaciones contemporáneas
El nombre del hotel venera a Matilda Stream y al retrato de ella realizado por el pintor mexicano Diego Rivera en 1940. La pintura es parte de la colección de arte del hotel que, situado en el corazón de una joya colonial, brilla con luz propia y celebra el estilo de vida de los viajeros internacionales de hoy y la escena del quehacer plástico latino actual.
Al llegar, los huéspedes se sumergen en un relajante y sofisticado alojamiento cómodo y refinado, admirando al mismo tiempo la importante colección de obras de distintos artistas.
Debo mencionar que varios de ellos fueron invitados para crear piezas de arte específicamente para el hotel, incluyendo una pared interior, obra de Bosco Sodi, quien trabaja con materiales orgánicos, creando energía intangible que intensifica el diálogo; para el techo del lounge, Aldo Chaparro creó una bóveda maravillosa, las obras de este artífice destacan sugestivamente las relaciones visuales entre los objetos naturales y artificiales. Y para la parte posterior de la recepción, Nacho Rodríguez, realizó una obra sin época que intensifica el significado de la forma y desvanece las líneas entre el arte y otras disciplinas.
Igualmente, la obra del fotógrafo Spencer Tunick, famoso por sus imágenes de desnudos masivos ha sido adoptada para convertirse en el fondo de pantalla en el baño. Diseño muy peculiar y actual.
La estupenda colección artística se compone de obra permanente, y otra más que se actualiza continuamente, creando un concepto de galería de arte latino contemporáneo.
Toques artesanales
Ubicado en el número 53 de la calle Aldama, el singular establecimiento cuenta con 32 habitaciones y suites divididas en 5 categorías: deluxe rooms, grand deluxe rooms, junior suites, luxury suites y owner’s suites. Todas cuentan con conexión a internet inalámbrico (wifi) sin cargo, así como en todas las áreas comunes.
Todas los cuartos están lujosamente equipados con toques artísticos que incluyen finas blancos, como sábanas de 250 hilos y suelos de mármol mexicano, igualmente placas artísticas hechas por el aclamado fotógrafo de la Ciudad de México, Eduardo Zaylan. La mayoría disponen de balcón o terraza, y otras tantas cuentan con vista panorámica de San Miguel de Allende.
Los materiales y componentes de la construcción y decoración también son mexicanos, entre ellos el mármol de los estados de Hidalgo y Puebla; cantera del estado de Querétaro; la totalidad de la iluminación, los materiales del interior, los accesorios y la tapicería fueron hechos a mano por artesanos.
Experiencias relajantes
De borde infinito, la alberca del hotel cuenta con sillas lounge y sombrillas, servicio de restaurante y bar rodeado por un jardín con una variedad de plantas típicas de la región. De la alberca fluye una impresionante fuente de agua que cae sobre una pared de gran tamaño. Un espectáculo fino y relajante.
El Spa es todo un templo para el bienestar, centra sus tratamientos en lograr el total bienestar a través de diferentes masajes y técnicas. Su experimentado personal está capacitado para atender las diferentes necesidades y preferencias individuales de los huéspedes.
Situado en un jardín íntimo y tranquilo, el centro se levanta sobre 450 m2, cuenta con cuatro salas de tratamiento, incluida la sala para parejas y otra con baño de vapor y tina, dos patios, una sala de relajación interior/exterior con chimenea para el pre y post-tratamiento y un gimnasio con equipo cardio y para de entrenamiento de fuerza o alto impacto.
Gastronomía gourmet
El restaurante del hotel sirve un innovador menú de platillos contemporáneos internacionales con influencias regionales y sabor latino creado por el chef ejecutivo Bernard McDonough, quien ha introducido una verdadera experiencia gourmet en San Miguel de Allende, colocando al restaurante como un lugar de vanguardia. La cocina es una mezcla de comida clásica continental y de América Latina con otras influencias globales. La minuta está en perfecta armonía con el tema que pinta cada aspecto de la experiencia que se vive en el hotel: toma lo tradicional y lo lleva hacia adelante fusionándolo con las últimas innovaciones y tendencias.
El menú de la cena cuenta con características únicas en los platillos populares, por ejemplo, el coctel de camarones está preparado con puré de tomate con chile-pinchos, verduras encurtidas, mango y aguacate; la empanada de confit de pato viene con cebolla caramelizada y papaya manchamantel con salsa de chile dulce y amargo y condimento de pepino comprimido.
Una de las ensaladas, incluye corazones de lechuga romana a la parrilla preparada con Casa Romita Reggianito (una versión de fabricación local de Parmigiano Reggiano), crotones de ajo tostado y vinagreta de tomate ahumado.
Entre los platos principales están el Mole Glazed Beef Shortrib con puré de papas de coco y rábano, jícama y ensalada de hierbas, carne de cerdo al pastor con piña asada, chile jalapeño en vinagre y salsa de cebolla caramelizada.
Los huéspedes pueden cenar en el comedor o al aire libre en el patio con vista a los exuberantes jardines de flora típica de la región.
El menú del mediodía ofrece variaciones en los platillos más populares. Las pequeñas empanadas combinan el asado lento y la cebolla caramelizada con un nopal a la parrilla y salsa de tomate, naranja, chipotle y piloncillo. La ensalada de cangrejo mezcla el aguacate con piña a la plancha, tomate, cebolla roja y jícama. Los chiles rellenos vegetarianos están rellenos de verduras asadas, quesos locales, frijoles negros, arroz mexicano y salsas verde y roja. La hamburgesa Matilda es hecha en casa en un pan recién horneado con queso cheddar, cebollas caramelizadas, salsa secreta de la casa y papas fritas hechas en casa. En fin, un agasajo para el paladar que se extiende al resto de los sentidos.
Sofisticado alojamiento con gastronomía gourmet y arte contemporáneo, eso es el Hotel Matilda.