De todas las riquezas naturales, culturales e históricas que nos ofrece el Estado de Veracruz, podemos encontrar en la región de la Huasteca espléndidos paisajes conformados por sabanas, lagunas, esteros, así como ríos navegables que permiten practicar algunos deportes acuáticos o simplemente asolearse en sus playas tranquilas de cristalino mar.
Su gastronomía criolla nos invita a degustar manjares que los lugareños preparan con su principal riqueza culinaria: los mariscos, agregando condimentos que los conquistadores les heredaron hace miles de años, creando así platillos con sabores y formas de su cultura Huasteca meridional, cultura que también se refleja en sus enigmáticos centros ceremoniales y arqueológicos.
La música que da la bienvenida al visitante, con violín, tambora, guitarra y arpa, tiene gran significado para los pobladores del lugar, dado que ellos mismos fabrican sus instrumentos.
Lugar de grandes acontecimientos
La Huasteca, una de las 7 regiones naturales de Veracruz, está dividida políticamente por 34 municipios y colinda con los estados de Tamaulipas, San Luis Potosí, Hidalgo y Puebla. Sus principales actividades están basadas en la pesca, la ganadería y las industrias derivadas del campo, producción de petróleo, gas natural y energía eléctrica.
Por tierra, por mar o por aire podemos arribar a esta región y disfrutar de sus principales ciudades como Tuxpan, Pánuco, Tamiahua, Teayo, Temapache, Chicontepec, Tempoal, Tantoyuca o Cerro Azul.
Cuando se llega a Tuxpan, que está ubicada a 306 kilómetros del puerto de Veracruz, se puede elegir primero conocer un poco de su historia. En el centro de la ciudad está el Museo Arqueológico, el cual cuenta con más de 250 piezas prehispánicas. Otro de sus episodios importantes lo encontramos en el museo de la amistad México-Cuba, ubicado en Santiago de la Peña, ya que en este puerto de Tuxpan fue de donde partió la histórica expedición de cubanos dirigida por Fidel Castro a bordo del Granma, para iniciar la Revolución Cubana.
Naturaleza y tradición
Y si decidimos primero apreciar la naturaleza que ofrece esta placentera ciudad, podemos abordar una lancha que nos llevará en tan sólo 20 minutos al Estero Juana Moza, ubicado en la comunidad del mismo nombre. También se puede elegir visitar sus playas de arena fina o su río, donde se pueden practicar algunos deportes acuáticos. Uno de los eventos más importantes en este ámbito es la Regata Tajín en verano, cuando cientos de veleros ofrecen una espectacular competencia.
Si se visita esta área en primavera, este lugar cuenta con una celebración muy peculiar, La Fiesta del Niño Perdido, en donde toda la ciudad se ilumina con millares de velas. Su Carnaval y el Festival de las Huastecas, nos ofrecen la interacción con sus costumbres y tradiciones como la comida Huasteca, que va desde su variedad de escabeches y enchipotlados hasta los zacahuiles, que son tamales de 1 metro de largo preparados con diversos guisos a base de carne de puerco, cocinados en hornos de barro.
En estas latitudes encontramos a sólo 28 kilómetros el pueblo de Temapache, pequeño en extensión pero grande en valor histórico ya que conserva uno de los más bellos monumentos de la época colonial del lugar: La Iglesia de Santiago Apóstol, una majestuosa construcción de piedra del siglo XVI, edificada por los monjes franciscanos, que conserva el encanto original.
Al norte de Poza Rica, camino a Tuxpan, el viajero podrá apreciar otro de los vestigios históricos, es el misterioso sitio arqueológico que también perteneció a la cultura Huasteca pero con influencia mexica, El Castillo de Teayo. En él se aprecia una construcción prehispánica con tres cuerpos superpuestos en la base y una escalinata.
Aunque a Poza Rica se le conoce como una ciudad petrolera, productora y de transformación, también tiene atractivos turísticos que visitar, como el Parque de las Américas.
Pequeños rincones
A 41 kilómetros de Tuxpan y muy cercana a Tampico, está la región de Tamiahua donde se ubica su canal intracostero y la laguna del mismo nombre que conecta con el Río Pánuco, es uno de los centros pesqueros mas importantes del país y debido a que ésta es su actividad principal, los nativos aprovechan las bondades de la laguna, que es salada, para pescar y darle un valor agregado a todos los platillos que ofrecen a base de camarones, jaibas, ostiones y claro, su receta secreta.
Sus agradables tardes invitan a dar un paseo en lancha por su laguna o sus esteros, para apreciar su gran biodiversidad y si hay un poco de suerte, se puede vivir una experiencia inolvidable en Barra de Corazones, mar adentro, donde además de ver las típicas embarcaciones es posible observar la presencia de delfines.
En tierra, la opción es visitar, en el centro de esta ciudad, El Santuario del Señor de las Misericordias o su parque El Solito, que es un espacio de convivencia ecológica donde interactúan flora, fauna en completa libertad y ecosistemas de todo el mundo, en especial de México. Fue creado para compartir con sus visitantes más de 30 especies exóticas, y su función principal es promover la generación de cambios de actitud a favor de la naturaleza y conservación de las especies. Cuenta con hotel, restaurante, presa, tobogán y campo de golf.
Hacia el noroeste encontramos la ciudad de Pánuco, que en náhuatl significa “paso del río o puente”; posee una de las tres cuencas más grandes del país. Aquí, una caminata por el malecón Agustín Lara nos incita a apreciar su río al son de la música de los tríos huapangueros, la hospitalidad de los lugareños complementan el paseo por una de las ciudades más antiguas de México.
Su Museo Casa de Cultura desde 1992 da testimonio, con exposiciones permanentes, colección de piezas arqueológicas de la cultura Huasteca rescatadas en la zona y una recopilación fotográfica, de la historia de la ciudad a lo largo del siglo XX.
Magia y aventura
Y si de aventura con la naturaleza se trata, las Barrancas de Chicontepec, una de las ramificaciones que tiene la Sierra Madre Oriental, ofrece la opción de acampar y practicar los deportes extremos como la escalada en roca y el rappel. En su cerro El Postectitla, formado por basalto gris azulado, se pueden presenciar rituales indígenas.
Los domingos son días de plaza. Los nahuas de las serranías cercanas, bajan a vender carne seca, café en polvo, tabaco seco en hojas, morrales, tiras con fino bordado, cestas y diversos productos agrícolas. Los días primero y dos de noviembre se celebra en la región el día de muertos, de gran importancia huasteca.
Importante en esta región son los Cubes, construcciones de tipo piramidal. En diversas excavaciones, se han encontrado figuras de barro de la cultura huasteca, confirmando su presencia en la zona.
Esta, es sólo una muestra de lo que la Huasteca Veracruzana ofrece, en donde presente y pasado se conjugan para ofrecer al paseante misticismo, color, magia, olores y sabores.
Más información: Veracruz se antoja