Izamal se ubica al centro de la península de Yucatán, a 72 km. al oriente de la ciudad de Mérida. Es llamada la Ciudad de las Tres Culturas, ya que en ella conviven tres períodos históricos: sus pirámides viendo al cielo en los patios de las casas, testigo de la grandeza de los mayas; su convento, cuyo encanto deriva del silencio de los muros majestuosos que marcaron por siempre la huella de la influencia española; sus calles, edificios, plazoletas, casas e iglesias, todos en un ritmo visual armonioso de un solo color: el amarillo.
Izamal, belleza que persiste
Fundada por los itzáes, debe su nombre a un personaje de origen mítico y de singular sabiduría, asumido como instructor, maestro y sacerdote de los mayas llamado Itzamná o Zamná, que significa “rocío que desciende del cielo”.
Izamal es un pueblo mágico no sólo por cumplir con los requisitos de contar con fuerte tradición histórica, estar ubicado en zonas cercanas a sitios de interés turístico o bien, de grandes ciudades; contar con accesos carreteros suficientes y de calidad aceptable; que exista la voluntad tanto de la sociedad como de las instituciones gubernamentales para desarrollar el proyecto, sino por la magia que encierra por sí mismo.
Su historia ha estado ligada, desde su fundación hasta el presente, a una fuerte tradición religiosa, pues alguna vez fue un un enorme centro ceremonial maya y muchos estudiosos coinciden en que es más antiguo que Chichén-Itzá y Uxmal, donde fueron erigidas siete importantes pirámides mayas, por lo que los españoles respetaron algunos templos, aunque utilizaron piedras de los antiguos edificios para dar vida a las nuevas construcciones, como en el caso del majestuoso convento de San Antonio de Padua, fundado por el padre Fray Diego de Landa y los misioneros franciscanos en 1549.
Encuentro con el tiempo
Un edificio de gran importancia en la localidad es la pirámide de Itzamatul, a la cual le fue adosada una gigantesca plataforma, apreciándose las tres etapas de construcción del edificio, mismo que fue dedicado al fundador de la ciudad y que con una altura de 22 metros, es la segunda estructura en importancia de Izamal.
Esta imponente pirámide tiene un basamento de 4 hectáreas y 34 metros en su parte más alta. Se mantiene de pie ante nosotros como testigo inmutable de la “Ciudad de los Cerros” y que como “rocío que desciende del cielo”, invita al visitante a adentrarse a la magia única de este maravilloso rincón del México prehispánico, colonial y moderno. Con ella se rendía culto al sol como fuente de vida. Puede visitarse todos los días, en horario de las 8:00 a 17:00 horas. Los recorridos en calesa salen de la plaza central del pueblo.
También es prudente citar que durante las innumerables excavaciones y restauraciones que se han realizado en la pequeña ciudad, se han encontrado alrededor de 80 estructuras prehispánicas, una de las cuales se encuentra en Kinich Kakmoo, cuyo nombre significa “rostro solar”.
Izamal, de ser un pequeño poblado creció como un núcleo urbano, se fortaleció dando lugar a una ciudad-estado considerada por los pueblos indígenas de la península como un centro de peregrinación en el periodo Clásico Temprano de Mesoamérica.
Durante esta etapa, se expandió y enlazó con Kantunil a través de la construcción del sacbé (camino) que corre hacia el sur. Más tarde, entre los años 600 y 800 d.C., alcanzó la hegemonía de una región más amplia. No obstante, fue abandonada.
Decayó antes de la llegada de los españoles; sin embargo, éstos le dieron la importancia merecida, pues al encontrarla, en 1560 Diego de Landa describió 12 edificios prehispánicos, donde “el más grande espantaba por su hermosura y altura y desde su cima se veía el mar”. Por su parte, Fray Bernardino de Lizana asienta que de Izamal salían cuatro calzadas con dirección a los cuatro puntos cardinales.
Con base en los restos arqueológicos, se estima que el asentamiento prehispánico cubrió un área de 10 kilómetros cuadrados; hacia el sur de la zona central habitó la élite, y hacía el oeste la densidad de la población. La parte más antigua del lugar quedó en la zona central de la ciudad actual y ha sido la más destruida.
Los investigadores han encontrado y catalogado alrededor de 80 estructuras prehispánicas dentro de la traza de la ciudad. Una de las más importantes es la pirámide Kinich Kak Moo, que es la tercera estructura prehispánica de mayor volumen en México.
Los estudios realizados han comprobado la existencia de un sacbé de 32 kilómetros de largo, hacia el poniente, que une a Izamal con la ciudad prehispánica de Aké y por el sur, hacia Kantunil.
El peso de la colonización
Tras la conquista, la ciudad colonial se asentó sobre la prehispánica, y aunque gran parte del antiguo asentamiento fue destruido, se salvaron, por su tamaño, las grandes construcciones y numerosas plataformas en los alrededores. Éstos, al ser cubiertos de tierra parecen cerros, por tal motivo, Izamal es conocida también como “La ciudad de los cerros”.
El convento de San Antonio de Padua, es sin duda uno de los conjuntos conventuales más impresionantes del siglo XVI en todo México. Construido por la orden franciscana y dedicado a la Virgen de la Concepción, el inmueble es poseedor del atrio más grande después del de la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Tiene 75 arcos que forman un corredor impresionante de 7 mil 806 metros cuadrados. Fue sede de una reunión de Su Santidad Juan Pablo II con las etnias en 1993. Se trata de una obra maestra colonial, que refleja la tradición viva de una mezcla de culturas. Cuenta con museo en su parte interior y un adoratorio.
Su construcción, situada sobre un centro ceremonial maya llamado Papolchach, inició en 1553 por fray Diego de Landa; el edificio, parecido a una fortaleza, cuenta con muros altos, gruesos y almendrados pintados de amarillo.
En el templo se encuentra el camarín de la Virgen de la Inmaculada Concepción, reina y patrona de Yucatán, siendo el santuario mariano más importante del sureste; esta pequeña capilla colocada detrás del altar, fue rescatada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y por las contribuciones del pueblo yucateco, siendo considerada una joya del arte sacro.
De igual forma, especialistas reconstruyeron el retablo posterior del camarín destruido durante un incendio en 1829, basándose en documentos hallados en el Archivo de la Arquidiócesis de 1821. El retablo mide 6 metros de altura y 7.50 de ancho. Tiene un acabado de madera de cedro rojo que simboliza la sangre de Cristo, y las tallas y molduras del conjunto están recubiertas con hoja de oro de 24 kilates.
Su ubicación, a 70 kilómetros de la ciudad capital, por la salida a Cancún, lo convierte en un sitio básico de peregrinación mariana, no sólo para Yucatán sino para toda la región. La milagrosa imagen de nuestra señora de Izamal ha sido declarada patrona de la Península.
El muro testero, los contrafuertes botareles y las escaleras posteriores forman una escenografía única.
Izamal en la actualidad
Durante las labores de restauración, quedaron al descubierto otras obras de arte como pinturas murales con diversos motivos marianos, que durante años permanecieron ocultas bajo una gruesa capa de esmalte que cubría las paredes del recinto.
Muchas tienen decoración floral y marcan la transición de la interpretación europea a la mexicana en lo que respecta a la ornamentación; ejemplo de ello son las azucenas, flor de la Virgen, en la parte inferior del mural, y en la parte media, la flor de lis, que representa a la Madre de Dios y a la Santísima Trinidad. En contraposición a estos motivos de estilo europeo está la decoración nacional con los ramilletes de rosas amarillas y rosa pálido que simbolizan a la Virgen de Guadalupe.
También se hallaron pinturas con detallados medallones de alegorías marianas que marcan los atributos de la Virgen como la palma, símbolo de rectitud, las llaves, acceso al cielo, y la luna, el astro de la imagen.
Inmediatamente se puede percibir que Izamal es una ciudad tranquila, segura y pintoresca. Casi todos los edificios están pintados de amarillo, lo cual le da un sabor único. Las calles son de adoquín, no hay cables eléctricos y las lámparas son faroles clásicos. En la plaza se pueden encontrar numerosas calesas y victorias, que son el medio de transporte de gran número de izabaleños.
Durante el recorrido se conocen monumentos muy importantes como El templo de la Virgen de la Candelaria, la iglesia de San José y las haciendas de Sacala, Santa Isabel y un arco del siglo XVII; el templo de los Remedios; las capillas de la Santa Cruz, San Román y la de San Ildefonso, todos en la cabecera municipal; el templo de la Santa Cruz, en Citilcum; el templo de Santa Clara, en Kimbilá.
Es posible visitar el Palacio de Gobierno, donde se aprecia en una maqueta todo el pueblo, sus parques, la zona arqueológica, entre otras atracciones.
Muchas ruinas mayas están en los patios a las casas y no se pueden visitar, pero en la maqueta se da uno idea de cuántas son.
Continúa el recorrido caminando, de modo que se puede visitar el parque principal de la ciudad de Izamal para apreciar en el centro del mismo una escultura de cuerpo completo del célebre obispo Fray Diego de Landa.
Hacer un recorrido por las calles adoquinadas y visitar las numerosas tiendas de recuerdos típicos del lugar es pintoresco. Entre las artesanías hay joyería, talabartería y hamacas. Sobresalen los hermosos trabajos en cerámica (jarros y maceteros) que se fabrican en el pueblo de Citilcum. Además, artesanías de madera de Citilcum y Kimbilá.
Una comida típica en un parador turístico consiste en sopa de lima y como plato fuerte cochinita, relleno negro, poc chuc o lomitos, entre otros; de postre ricos dulces tradicionales.
Orgullo y encanto
Con la evangelización los ritos cambiaron y desde entonces, la fiesta más importante y tradicional es la de la Virgen de la Inmaculada Concepción, que se celebra del 7 al 13 de diciembre aproximadamente. En ella se realiza la Serenata Mariana en el atrio de la iglesia, a la cual asisten artistas locales y alrededor de 4 mil espectadores.
Para gozar Izamal plenamente, planea estar aquí los viernes y sábados a las 20 horas para así aprovechar la presentación de luz y sonido «La Luz de Los Mayas», en el atrio del convento; esta presentación de 30 minutos es un evento que no debes perderte. Entre el incienso que queman los monjes, la música, la narración y las imágenes coloridas que se proyectan en los arcos del convento, entenderás mejor a esta mística y asombrosa civilización.
Visitar este Pueblo Mágico es una delicia. En sus pulcras calles estampadas, calesas tiradas por caballos llevan al visitante por un recorrido de encanto por sus plazas y parques, sus históricos suburbios y sus hermosas calles donde Fray Diego de Landa parece hablarnos de la cotidianeidad del pueblo vivo y orgulloso de su pasado. De noche, la ciudad nos ofrece una experiencia singular, al contemplar una estrellada bóveda celeste recortada por los perfiles de sus pirámides, templos y casonas coloniales; sombras que parecen despertar de un sueño de centurias.
Izamal, un pueblo mágico que te espera.
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