En San Juan Chamula, Chiapas, la fiesta más tradicional de esta comunidad tzotzil es el Kinta-Jimultik ó “Fuego Nuevo”, que se celebra cuatro días antes del miércoles de Ceniza, en el que se conjuga el misticismo católico con los ritos paganos.
Famosa por sus tradiciones y festividades, así como por el carácter decidido e independiente de sus miembros, el Carnaval de San Juan Chamula dura una semana, incluyendo los cinco días perdidos del antiguo calendario Maya, los cuales coinciden con el ciclo agrícola.
El K’in Tajimoltic, o Fuego Nuevo, es una copia de los episodios míticos del libro sagrado de los antiguos mayas, el Popol Vuh, en su liturgia, sus danzas y el vestuario de los actores, entre otros.
En este participan 13 grupos de personajes-actores, de los cuales los más vistosos son los «max», hombres-mono cuya indumentaria es una levita militar que usaron los franceses durante la Intervención, un gorro cónico hecho de piel de mono y un calzón de manta a la rodilla; hoy en día, es frecuente verlos con lentes oscuros, símbolo de burla hacia la modernidad.
La ceremonia es un complejo ritual con cierto tipo de alimentos al inicio y al final, pero que ante todo refuerza el código de conducta social y personal del grupo y del individuo.
Durante esta celebración que sintetiza una de las más respetadas costumbres de esta comunidad-, los participantes visitan los tres calvarios (San Pedro, San Sebastián y San Juan), donde se comparte comida, bebidas y rezos.
Gasto importante
En San Juan Chamula, el Carnaval es una fiesta muy grande que origina gastos muy fuertes tanto por el tiempo que se lleva desde los preparativos, como por la importancia de la celebración; quien ostenta el cargo de “pasión”, que viene a ser una especie de mayordomo dentro de la comunidad, solicita está encomienda cuando menos con 25 años de anticipación.
El Pasión
Para entender mejor las actividades del “pasión” durante la fiesta del Carnaval, primero habrá que saber cómo es que los chamulas empezaron a celebrar la fiesta del Señor del Cielo y/o de la Gloria.
Si bien el origen de la fiesta es incierto, el chamula recurrió a la imaginación para explicárselo. Se cuenta que en cierta ocasión San Juan le dijo al Señor del Cielo: “yo te bautice, pero mi oficio es chiquito; en cambio tú oficio es grande; tienes derecho a escoger tú fiesta”.
Como el Dios del Cielo también dio vida a los tres cerros sagrados o calvarios, es por ello que gente de estas comunidades participan en la celebración, donde el asta bandera que se encuentra muy cerca de la iglesia, representa la cabeza del Dios Sol; acto con el cual la gente empezó a celebrar la Fiesta del Carnaval, donde también surge el cargo de “pasión” (mayordomo mayor).
Los pasiones de los tres barrios se reúnen en una de las esquinas del atrio de la iglesia para ponerse de acuerdo en todo lo que van a comprar, como el pan en forma de paloma (“mut vaj”) y cohetes, siendo los “yajotikiles” (viejos) los encargados de dar las instrucciones, mientras toman “pox” (bebida sagrada), algo así como aguardiente.
De acuerdo a las creencias de los chamulas todo lo que se compre debe ser igual, porque si hubiera desigualdad se “pondría en vergüenza al Creador”.
En cuanto a los que participan en la fiesta, en cada barrio debe haber mayordomo mayor y menor, “Komisario” y “martota santo”; a su vez, cada uno de estos funcionarios tiene cuatro “monos”, los cuales deben tener a sus músicos y artilleros, además de quien preparará la comida, el encargado de las tortillas, el atolero y ayudantes que servirán a los quehaceres de la celebración.
Una vez que se ha comprado todo lo necesario para el Carnaval, el “pasión” entrante da un discurso de agradecimiento a todos los que de algún modo u otro contribuyeron en los preparativos para la fiesta, “donde el Señor del Cielo jugará, brincará de gusto y alegría con sus seis sirvientes”, es decir, los pasiones entrantes y los tres salientes.
Posteriormente, los pasiones se juntan al pie de la cruz que se encuentra en el patio de la casa que se utilizará para todas la fiestas, donde el fiscal les asigna los cargos a desempeñar durante el Carnaval: primer soldado ó caballero, segundo y tercero, donde este último anuncia el inicio propiamente del Carnaval.
Purificando el alma
El último día del Carnaval consiste en un rito de purificación en el cual los participantes se cubren con máscaras y realizan carreras con estandartes alrededor de la iglesia, para posteriormente caminar sobre hojas de pino secas (juncia), a las que prenden fuego para así culminar con la ceremonia de “purificación”, como ellos le llaman.
Con la Cuaresma se inician las abstinencias de carne durante seis viernes después del Miércoles de Ceniza. Coincide con los meses de Tlacaxipehualiztli, dedicado a Tótec, el dios desollado del Maíz joven, y Tozoztontli, mes para Tláloc y Coatlicue; en estos días, era costumbre traer puestas las pieles de los sacrificados, para después depositarlas en una cueva, con el fin de reforzar las peticiones de lluvia.
Con ello, los chamulas realizan en cada uno de los tres barrios, un rito de purificación muy complejo, donde se ofrecen cierto tipo de alimentos al principio y final. En tanto que los monos bailan y cantan para que los corazones estén alegres en la Fiesta o Pascua del Señor del Cielo.
Si tiene la oportunidad de visitar la comunidad chamula durante esta celebración, no deje de acudir al mercado que se instala los domingos, donde podrá adquirir artesanías, textiles de lana y algodón, sombreros de palma, artículos de piel, cerámica, objetos de ixtle, instrumentos musicales y objetos de madera.
En San Juan Chamula, comunidad que se localiza a diez kilómetros al noreste de San Cristóbal de las Casas, a una altura de dos mil 200 metros sobre el nivel del mar, no deje de saborear la carne a la “chamula” y los dulces de chilacayote.
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