Tradicionales sazones de Oaxaca se hacen presentes en los diferentes platillos de La Bella Lula y Doña Lula, gracias a los procesos de preparación e ingredientes 100% naturales.
En la búsqueda de conservar los auténticos sabores de Oaxaca, La Bella Lula y Doña Lula, restaurantes de comida tradicional de este estado ubicados en la Ciudad de México, plasman en todos sus platillos una explosión de sazones y texturas cuyas recetas rescatan toques ancestrales que dan a sus clientes aromas típicos e inigualables, como en su ya famoso y auténtico mole.
“En La Bella Lula y Doña Lula sabemos que el mole y en general la gastronomía oaxaqueña tienen una gran historia detrás, que gracias a la gran combinación de ingredientes son hoy una de las cocinas más representativas de la gastronomía mexicana”, dijo el Ing. Víctor Elías, director operativo. “Por esta razón, cuidamos cada detalle en la preparación de nuestros platillos y de los diferentes tipos de mole para así proyectar en cada uno la máxima expresión de tradición, cultura e historia de este bello estado y por supuesto de nuestro país”.
Los moles oaxaqueños más característicos son: el negro, el amarillo, el verde, el coloradito, el manchamanteles, el almendrado y el chichilo.
La Bella Lula y Doña Lula se caracterizan por el sabor de tradición en sus menús y el mole es de los más solicitados. Dentro de sus cocinas se preparan regularmente cinco de estos siete, los otros dos, el chichilo y el manchamanteles, tienen su propia temporada de promoción como platillo de sugerencia.
Los platillos están hechos de manera artesanal con ingredientes 100% naturales y de gran calidad para conservar las formas tradicionales de elaboración y preparación.
Específicamente en los moles, se asan y tuestan tortillas al comal y se fríe cada ingrediente por separado en manteca. Además se cuecen y guisan los jitomates, se fríen en manteca los chiles, plátanos y panes y al final se mezclan, cocinan y envuelven.
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