Cuando hablamos de Mesoamérica se nos vienen a la mente grandes construcciones, esculturas de deidades y gobernadores, sacrificios humanos y más. Pero es difícil imaginarnos que en las cuevas encontraríamos vestigios de grandes culturas como la de los mayas.
Uno de los lugares en donde encontramos estas representaciones es la zona maya. Para los antiguos mayas las cuevas no eran solo grandes espacios y lugares de habitación de los animales, sino que eran representaciones de la matriz femenina, un lugar donde se originaba la vida, además de ser el punto de comunicación entre dos mundos, ya que conectaban el plano terrestre, donde habitamos, con el Xibalbá, el inframundo maya, lugar donde gobernaban los grandes señores de la obscuridad.
Esto le otorgaba a las cuevas un carácter de espacio alterno, un lugar donde la muerte reina, pero a la vez un sitio para la resurrección, tanto de las plantas, como de los seres humanos.
Prueba de lo anterior son los descubrimientos realizados en el estado de Yucatán, donde un grupo de arqueólogos descubrieron construcciones muy elaboradas en una red de cuevas subterráneas que tenían como objetivo reverenciar al Xibalbá.
Además de haber localizado construcciones en lugares con 40 metros de profundidad, los investigadores hallaron una calzada de casi 100 metros de largo, muy similar a la de Chichen Itzá. Este camino tiene una desviación hacia un cuerpo de agua donde se erige una caprichosa forma natural creada por las estalactitas y estalagmitas del lugar; Es una imagen muy similar a la de una ceiba, el árbol sagrado de los mayas, la que adorna el sarcófago de Pacal -gobernante de Palenque– y que también los mismos españoles confundieron con una cruz cristiana.
Arte e historia milenarios
Las formas de estas cuevas son similares a la Cueva de Balakanche, también localizada en Chichen Itzá. En donde también se han encontrado un portal natural tapiado con piedras labradas y un pequeño acceso que no llega al metro de altura.
Ahí se han localizado ofrendas y restos humanos, entre ellos una vasija de hace 1900 años. Hay una crónica de 1562 que nos cuenta la persecución que los frailes españoles hicieron a los mayas que seguían conservando sus creencias, así menciona que había 17 cuevas donde se realizaban estos ritos. Hasta la fecha se han localizado nueve.
La capilla Sixtina del arte maya se encuentra localizada en Guatemala y tiene el nombre de Naj Tunich. Aquí se ven ejemplos de la pintura mural maya y cómo eran utilizadas las paredes de la cueva para expresar ideas y contar su historia.
Ritos del bien
Otra temática que encontramos en las cuevas es la curación, ya que hay ejemplos de personajes que al parecer sufrían de hidropesía o retención de líquidos, porque se encuentra muy hinchados del estomago y el vientre. Las teorías hablan sobre la posibilidad de que en las cuevas se llevaran a cabo ritos para sanar al cuerpo.
Pero no solo había ritos asociados con sanar el cuerpo humano, sino también para la iniciación de algún joven. La cueva representaba un lugar en donde la vida y la muerte convivían, un muchacho maya era llevado ahí con la finalidad de que se transformara en un guerrero listo para la actividad bélica. Para ello, el iniciado tenía que entrar en la cueva completamente obscura para entrar en comunión con los dioses.
Se pensaba que al entrar por este gran portal, el niño moría y renacía como un adulto, es decir, se repetía lo ocurrido con los héroes gemelos que una vez que fueron muertos por las artimañas de los señores del Xibalbá, quienes lograron regresar de la muerte para vencer a las fuerzas obscuras y gobernarlas; Así el joven era iniciado dejando su niñez para convertirse en un guerrero.
Sitios sagrados por siempre
En algunos otros lugares. las cuevas iban acompañadas de otro lugar sagrado, los cenotes, cuya importancia y gran simbolismo lo podemos observar en Chichen Itzá.
Las montañas servían como una gran antena cósmica para atraer el líquido vital que era depositado en estos cenotes, que eran habitados por las deidades del agua. Según las creencias mayas, en el gran cenote de Chichen Itzá moraba el dios del agua, conocido por la gente de la península como Chac.
Para tener contento al dios los itzaes, le ofrendaban toda clase de cosas: vasijas, alimentos y hasta la propia vida humana. Se contaba que las víctimas del sacrificio tenían la misión de comentarle a las deidades que mandaran agua a la superficie.
Así como los cenotes eran la vía de comunicación con las deidades del agua, las cuevas lo eran con los dioses de la muerte. Se han encontrado maravillosas escenas que narran el paso de una vida a la otra en cuevas mayas y espectaculares imágenes del dios de la muerte, Ah Puch, en la entrada de una cueva, como dando la bienvenida a los visitantes.
Simbolismos perennes
Hay otras temáticas en las representaciones mayas localizadas en el interior de las cuevas, así vemos la imagen de un personaje que se encuentra visiblemente intoxicado, posiblemente por el pulque o por un narcótico, ya que se ve despeinado y con la mirada perdida, también sobresale su pene que se encuentra erecto. El personaje se está masturbando y derrama su semen en la tierra, lo que es una representación de una fecundación simbólica de la tierra, por que como ya mencionamos, las cuevas guardaban una relación directa con el vientre.
Otra imagen que ha causado controversia en Naj Tunich, es donde vemos a dos personajes que se encuentran desnudos. Uno es un anciano y el otro es un joven, los dos se están abrazando y el pene erecto del viejo roza los genitales de su compañero. Al lado de ellos se encuentra una inscripción que desgraciadamente ésta muy deteriorada y no es posible leerla.
Algunos investigadores han comentado que no es una pareja de hombres, sino que son un hombre y una mujer a punto de sostener una relación sexual, lo cual sería lógico, puesto que las cuevas tienen relación con la fertilidad.
Sin embargo, hay otros que defienden la idea de que son dos hombres que se encontrarían en una situación homosexual, muy posiblemente esta imagen tenga que ver con la transferencia de poder político, sería un ceremonia de traspaso de poder y de jerarquía. Aunque esta imagen sigue abierta a interpretación.
Lo anterior se sustenta en algunos ejemplos que en varias cuevas mayas se han encontrado, como son pinturas que muestran ceremonias realizadas para dignatarios. Así, vemos a grandes señores llamados ahaw (en maya), que se encuentran bebiendo de vasijas acompañados de enanos.
Los gobernantes tenían que visitar estas cuevas de forma ritual, y esto lo podemos saber gracias a la escritura jeroglífica que nos menciona el nombre del ahaw y la fecha en que visitó la cueva.
Como podemos observar, las cuevas en la zona maya no eran simples formaciones geológicas, sino que, literalmente, eran puertas a otros lugares. En ellas se llevaban a cabo ceremonias, rituales y entierros.
Esto es un ejemplo de cómo los antiguos mesoamericanos convivían de forma armónica con la naturaleza, no eran superiores a ella, sino que formaban parte de la misma.
Es por eso que descubrimientos como los que se han comentado brevemente en este artículo, seguirán sorprendiéndonos en un futuro no muy lejano, y si tú puedes visitar estos lugares, hazlo, te aseguramos que no te arrepentirás.