Izamal fue uno de los sitios más importantes de la antigua civilización maya. Un gran asentamiento en las planicies del norte de la Península de Yucatán. El tamaño de sus edificios y la red de caminos o sacbés, son evidencia del poder religioso, político y económico que esta ciudad tuvo sobre el vasto territorio del Mayab. A la llegada de los españoles, la importancia de la ciudad motivó la construcción superpuesta de un gran convento franciscano utilizando los materiales de una de sus cinco grandes pirámides.
En especial, la pirámide denominada de Kinich Kakmó es visible a una distancia considerable en todas direcciones. Es una gran estructura de diez niveles dedicada a la deidad solar maya, construida encima de una enorme base.
Hacia el sudeste se encuentra otra gran pirámide llamada Itzamatul. El lado suroeste de la plaza central está limitada por otra pirámide conocida como Hun Pik Tok y en el oeste el espacio público se cierra con el templo del Kabul, donde un gran mascarón de estuco del dios Itzamná todavía existía sobre uno de sus costados hasta 1840, cuando Frederick Catherwood hizo un dibujo que fue publicado para dar a conocer no sólo los vestigios mayas, sino también escenas costumbristas y personajes de la ancestral cultura.
Esta joya bibliográfica totalmente agotada, contiene piezas seleccionadas por el propio autor como la que ahora ilustra este texto.