La medicina prehispánica mexicana, también denominada “alternativa”, “natural” o “complementaria”, se encuentra en auge en los últimos tiempos. En la antigüedad, surgió como resultado de la gran fusión cultural indígena, que fue entremezclando sabios conocimientos de sanación natural para curar a las comunidades. Para ellos esto significaba un arte, y a la vez, una ciencia.
Distribuida a lo largo de México, esta medicina ancestral basaba su filosofía de vida en la unión de cuerpo, mente y espíritu, un concepto de totalidad que en la actualidad se ha perdido, y que mantenía estrecha relación con la naturaleza. Este aprendizaje comenzaba cuando los niños eran muy jóvenes, ya que el conocimiento era muy extenso.
Rica tradición oral
Remontándonos a los orígenes, hacemos un viaje en el tiempo, y nos encontramos con la cultura maya, sagrada portadora de estas técnicas naturales de curación, y que hoy en día, conservan sus prácticas en todas las regiones en las que habitan.
Mantenida por transmisión oral de padres a hijos, la medicina herbolaria tradicional maya, cuenta con un sistema en el cual se utilizan alrededor de 350 plantas medicinales y diversos minerales entre ellos cuarzos, oro, plata, cal y hierro.
Para estas comunidades, la naturaleza se encuentra por encima de los hombres, determinando sus vidas y su proceso de salud-enfermedad. Es por esta razón que ha sido y sigue siendo actualmente venerada y deidificada. Asimismo, el ambiente, el cosmos es de suma influencia para ellos. El cuerpo funciona a través de las leyes de la naturaleza, por lo que todas las actividades del individuo repercuten directamente sobre ella. De este modo, cualquier acción, cambio sobre ella, así como también, sobre su comunidad y su familia, afectarán al individuo, provocándole salud o enfermedad.
Esto da lugar a mecanismos específicos para el diagnóstico y tratamiento a la hora de sanar a través de esta medicina.
Principios vitales
El pensamiento holístico de los mayas, relaciona íntimamente el cuerpo y el alma, las partes y órganos del mismo, el cuerpo con el tiempo cósmico, y con el frío-calor. Maneja los «principios vitales» y conceptualiza la enfermedad como un desequilibrio, el cual puede ser causado, principalmente, por elementos con propiedades frías y calientes.
Las causas del desequilibrio entonces, nacen como consecuencia de la falta de armonía del individuo con su familia, comunidad, naturaleza o con las divinidades y por la transgresión energética hacia éstos.
Tomando esta cosmovisión como punto de partida, la medicina tradicional herbolaria maya, utiliza las plantas que brinda la madre tierra y que son típicas de la región donde ellos habitan, para elaborar técnicas de sanación natural.
Aunque con esto nos estamos refiriendo sólo a una clase de curación entre los médicos o chamanes mayas, ya que también existían muchas otras, tales como, realización de ofrendas, ceremonias, parteras, sobadores, hueseros, sacerdotes y guías espirituales.
Sin embargo la herbolaria fue transcendental, ya que hoy en día, numerosas hierbas y curaciones, sirvieron como base para la medicina occidental moderna.
En esta interesante cultura, hombres y mujeres eran considerados igualmente aptos para practicar dicha medicina, aunque en el caso de las mujeres, se creía que ellas podían hacer pleno uso de sus facultades cuando hubieran pasado la menopausia, para estar más puras luego de los partos.
Los curanderos o chamanes mayas, quienes tenían el legado de llevar a cabo la sanación de las personas de la tribu, eran muy respetados en sus comunidades, y ejercían su profesión como una vocación de servicio y no como un mecanismo que generaba riqueza y poder.
Era muy habitual antes de comenzar una práctica de sanación con un individuo de la comunidad, limpiar su energía y los malos espíritus. Esto se llevaba a cabo en un proceso que realizaba el médico, utilizando otra resina natural denominada copal, muy común para los mayas.
Hoy en día, la Península de Yucatán, cuenta con la mayor conservación de comunidades indígenas mayas en México. Aquí la práctica de estas técnicas naturales de curación se encuentra aún muy arraigadas.
Herencia natural
De este modo, adentrándonos de lleno en sus hierbas, podemos ejemplificar algunas de ellas muy utiles para el alivio de males populares como:
- Anginas: Fenogreco, abedul, alfilerillo, caléndula, bistorta, gordolobo, malvavisco.
- Antidiarréicas: Agracejo, capulín, consuelda, crameria, tabaquillo, cúrcuma, gordolobo, cubeba, sangre de Drago.
- Bronquitis: Borraja, anacahuite, eucalipto, sinicuiche, yerba dulce, liquen, tusilago, fenogreco
- Cálculos: Charrasquilla, gobernadora, abedul, alcachofa, elemuy, fresal, estafiate, ayocopaque, cilantrillo, hierba del sapo.
- Diabetes: Cuajilote, damiana, tronadora, matarique, eucalipto, higuera, guareque, centaura.
- Empacho: Cempazúchitl, cerezo, cuajilote, ipecacuana, lechuga.
Técnicas ancestrales
La medicina herbolaria tradicional maya, combina enorme cantidad de técnicas que se realizan directamente sobre el cuerpo del individuo, sumadas a las propiedades “mágicas” de sus plantas. Algunas de ellas son:
- Tronada de empacho con pomada de higuerilla
- Problemas estomacales, constipación.
Se utiliza la hoja de la planta de higuerilla para hacer el aceite de ricino, que luego será colocado en la zona del abdomen. Al mismo tiempo se hará un masaje suave en el sentido de la agujas del reloj, y se levantará un poco la piel al modo de tronado, para que de esta forma se despegue cualquier desecho que se encuentre aferrado al intestino. Asimismo puede realizarse en brazos, espalda y diversas partes del cuerpo.
Limpia del huevo
Su función principal es la del mal de ojo, aunque no necesariamente.
Se realiza humedeciendo un huevo orgánico con aceite de romero, porque de este modo queda energetizado. Luego se pasa por todo el cuerpo, haciendo movimientos específicos. Finalmente se rompe en un vaso con agua, y ahí, observando las características de la yema (color, forma, textura) se reflejara la enfermedad física, mental o energética. Se repite el proceso hasta que el agua quede limpia completamente.
Ingesta de plantas medicinales
Algunas plantas poseen múltiples funciones de curación en el organismo, para síntomas tales como piedras en los riñones, diabetes, miomas, dolores de cabeza, resfríos, gripes, etc.
Existe la posibilidad de elegir entre una amplia gama de plantas como la verbera, la ceiba, la granada, el pirul, la gobernadora, el anís, y muchas más.
Deben usarse en la dosis adecuada y aconsejadas por un especialista.
Más información: Etnobotánica Maya