Después de la decadencia de Monte Albán, varias ciudades se disputaron el dominio de la región, pero solo una lo consiguió. Mitla se levantó triunfante sobre los demás sitios y fue el centro rector del poder zapoteca desde el año 950 hasta la llegada de los españoles, después del año 1521.
El estado de Oaxaca es único en la historia de Mesoamérica, ya que en ese lugar se dio un fenómeno muy extraño. Los primeros pobladores de la zona eran conocidos como zapotecas. Como ocurrió en otros lugares, con el tiempo varios grupos provenientes de otras regiones de Mesoamérica llegaron a Oaxaca, entre ellos los mixtecos, pero en vez de derrotar a los habitantes ya establecidos, se unieron a ellos formando el grupo conocido como mixteca-zapoteca.
Los mixtecos-zapotecos consagraron su dominio en la región mediante la guerra, de hecho el nombre de Mitla encierra la historia y fama del sitio.
El nombre en zapoteco es Lyobaa que significa “lugar de descanso” o “lugar de las tumbas”. Una vez que llegan los mexicas en su lucha de conquista y expansión, tiene lugar una guerra con los mixtecos-zapotecos de Lyobaa, y es tal la confrontación, que se menciona que hubo miles de muertos.
Según las informaciones de la época, era tal el número de cadáveres, que se perdían en la distancia, es por eso que los mexicas denominaron a este lugar como Mitla, que quiere decir “Lugar de los muertos” en náhuatl, haciendo referencia al lugar donde los muertos habitan, que en la cosmovisión mexica, era conocido como el Mictla.
Se han localizado en Mitla, varios entierros, así como decoraciones alusivas a la muerte y todo el proceso que ésta generaba. Otro punto de interés, y que además confirma la veneración que hacia la muerte tenían los prehispánicos, no obstante fueran zapotecos, mixtecos, mexicas o mayas, es la denominada Columna de la Vida.
La tradición nos cuenta que esta columna, elaborada en piedra, tiene la capacidad de mostrarnos cuánto le resta de vida a la persona que la abraza. Al rodear con los brazos la columna, la separación que queda entre mano y mano, es lo que los “sabios” indígenas, suponen que es igual al tiempo que le resta de vida a esa persona.
Mitla se caracteriza por sus grandes conjuntos arquitectónicos que son: Grupo Norte, Grupo Sur, Grupo Arroyo, Grupo de las Columnas, Grupo del Adobe, Conjunto de la Iglesia.
Gracias a las investigaciones arqueológicas se ha descubierto que los conjuntos más antiguos son: el Grupo Sur y el Grupo del Adobe o del Calvario, construidos por los habitantes mixtecos del lugar.
La forma de estos dos grupos nos recuerda la traza de la ciudad de Monte Albán, capital indiscutible de Oaxaca en la época zapoteca, con las plazas rodeadas por los palacios con plataforma.
En el Conjunto de la Iglesia se han localizado pinturas en sus dinteles; hay que recordar que desde la época mixteca se tenía la costumbre de adornar con pinturas los templos, casas e inclusive las tumbas con imágenes de tipo religioso.
Este conjunto debe su nombre a que en los tiempos de la conquista y evangelización española, en uno de sus patios se construyó una iglesia dedicada a San Pablo Evangelista y uno de los muros de construcción prehispánica sirvió como barda. Esto es uno de los tantos ejemplos de cómo los españoles “reutilizaron” los materiales de las construcciones indígenas.
Los tres grupos restantes, Norte, Arroyo y de las Columnas, se sabe fueron utilizados por las clases gobernantes, y son los que tienen la característica arquitectónica del lugar: la utilización de fachadas ornamentadas con grecas que formaban un mosaico.
Este es un trabajo que muestra una gran capacidad artística, porque las grecas fueron cortadas para formar una imagen. La técnica de ir colocando pieza por pieza nos denota el poder de la ciudad, ya que para realizar esto se necesitaba mucha mano de obra.
El Grupo de las Columnas recibe ese nombre debido a las seis columnas que se conservan y que formaban parte de un templo. Estas columnas tenía la función de sostener un techo hecho con grandes vigas de madera y un aplanado para formar una azotea.
Al noroeste del sitio se levanta una construcción denominada por los investigadores como La Fortaleza. El nombre obedece al carácter defensivo de la construcción.
Es una formación rocosa natural que fue completada artificialmente por los zapotecas para defenderse de posibles invasiones.
Otro dato curioso es que en el poblado de la Villa de Mitla, debajo de las casas actuales, se encuentran los restos de los hogares de los campesinos de la época prehispánica.
Los restos y la información que nos revele la grandeza de Mitla siguen esperando a ser descubiertos. Las investigaciones que en ella se han realizado sólo han dejado ver un poco de esa gran ciudad, es por decirlo así, “una probadita” de su grandeza y seguramente pronto, se sabrá mucho más de ella.
Mitla se encuentra a 40 km de la ciudad de Oaxaca, y para poder llegar se debe tomar la carretera Panamericana que va al istmo de Tehuantepec; pasando 42 km hay una desviación que te lleva a la zona arqueológica.
Se encuentra abierta al público de miércoles a sábado de 10 a 15 horas (último acceso a las 14 horas), domingo de 11 a 13 hr (último acceso a las 12 horas). Lunes y martes la zona permanece cerrada. Cuenta con sanitarios, módulo de información, custodios y museo. La entrada tiene un costo de 85 pesos y hay descuentos a maestros, alumnos con credencial vigente y personas de la tercera edad.
Si tienes la posibilidad de visitar Oaxaca no dejes de ir al “lugar de los muertos” y se testigo de todas las maravillas que México te ofrece. Te aseguro que no te arrepentirás.
Ver mapa de la zona | Más información: INAH Zona arqueológica de MItla