Un manto verde cobija la cima montañosa que rodea a la Bahía de Acapulco, que en sus cañadas y laderas posee un extraordinario patrimonio cultural y ecológico. Aquí, los petroglifos son una clara manifestación de la creatividad de estos primeros pobladores, quienes labraron interesantes diseños e inmortalizaron sus momentos más importantes.
Un destino turístico ideal para disfrutar de unas incomparables vacaciones, o para visitarlo durante los fines de semana, es Acapulco. Es un cálido destino de playa, favorito de todo tipo de turistas, porque cuenta con diversos atractivos y posee una espléndida bahía que protege y crea hermosas playas bañadas por las aguas del Océano Pacífico.
Lo anterior, aunado a la tranquilidad y variedad del oleaje, a la tibieza permanente de sus aguas, al constante sol, a los cielos libres de nubes casi todo el año y a las más diversas posibilidades de diversión y entretenimiento, han convertido al puerto en un centro turístico de primer nivel durante cualquier época del año.
Este afamado puerto, también cuenta con remotos antecedentes históricos, desde su nombre, que significa “lugar donde fueron destruidos los carrizos”. Según relata la leyenda, Acapulco proviene de sus más antiguos habitantes, los indios Yopis o Yopes, quienes dejaron interesantes vestigios prehispánicos en los alrededores, principalmente en algunos predios ubicados en las laderas de los cerros; sin embargo es desde las alturas del cerro El Veladero, que ofrece una hermosa vista de la bahía, donde destacan los sitios arqueológicos de “Palma Sola” y “La Sabana”, con decenas de grabados en rocas graníticas, lo cual ha permitido a los arqueólogos argumentar que la región estuvo habitada 3,000 años a.C.
Ubicadas frente a la Bahía de Acapulco, estas elevadas tierras montañosas recibieron el decreto como Parque Nacional El Veladero en el año de 1980; esta área natural protegida, cuenta con una superficie de 3,160 hectáreas y abarca casi toda la cima y laderas que rodean la ciudad. Creado para proteger la recarga de los mantos acuíferos que abastecen al puerto y para la recreación al aire libre y resguardar a su flora y fauna tropical; aquí domina la vegetación de selva con uva de playa, guamuchil, amate y frutales como mango, anona y limón. La fauna, aunque escasea por la cercanía de las casas, está representada por decenas de especies de aves como palomas, calandrias y colibríes, y se pueden encontrar iguanas, conejos, tejones y armadillos, que causan destrozos en las milpas sembradas en las parcelas posteriores.
El Parque Nacional es abundante en rocas graníticas de diversos tamaños dispersas en una amplia superficie, en donde destacan los grabados que representan caras y cuerpos humanos, de animales, registros calendáricos y figuras geométricas. El sitio arqueológico de “Palma Sola” es una de las principales zonas prehispánicas del estado; es un sitio cercano y accesible desde la ciudad, donde es posible admirar el arte grabado. Posee 18 elementos, todos labrados en enormes rocas rodeadas por densa selva baja. Es importante señalar que, además de líneas y figuras humanas, existen representaciones de mujeres embarazadas y hasta de un estilizado acto sexual.
Formado por 18 elementos estudiados por personal del INAH, esta área es conocida popularmente como “Piedra de la Mona”, debido al elemento #1, el cual representa una festividad de los indios “Yopes” donde se reúnen los jefes y pobladores en general; este petroglifo es el mejor conservado, porque se encuentra dentro de una cavidad. En el aledaño elemento #2 destacan varios danzantes y mujeres Yopes, así como caritas circulares, rectangulares y figuras geométricas.
Muy cerca está el interesante y raro elemento #10 que representa la figura del denominado Círculo Piramidal; otro elemento interesante es el #11 que representa a un jefe Yope o quizá a un insecto.
Debido a que están a la intemperie, todos estos grabados, que según algunos investigadores pertenecen a un periodo cronológico que corresponde del año 200 a.C. al 600 d.C., están muy desgastados por la erosión. Este sitio arqueológico se encuentra emplazado a una altitud de 900 msnm; actualmente está comunicado por un camino pedregoso en continuo ascenso. Para evitar daños y saqueo, desde hace más de 7 años cuenta con custodios del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que resguardan este importante patrimonio, el cual es visitado cada día por decenas de turistas. El recorrido es agotador y requiere mínimo de 2 horas, donde el visitante recibe una explicación sobre cada elemento impreso en la roca. Es importante contar con buena condición física, porque desde que empieza la caminata, el terreno es pedregoso y de subida.
Esta porción del sistema montañoso Guerrerense, se extiende como un manto verde alrededor de la ciudad de Acapulco, protegiendo al área y proporcionando un microclima cálido y agradable a la espléndida Bahía de Santa Lucía, en la que antaño atracaba la famosa Nao de China y que hoy es el marco donde se ha desarrollado este destino turístico de playa, pionero en México.
No obstante, ahora sabemos que la magia de Acapulco no se reduce sólo a las actividades acuáticas y su dinámica vida nocturna, sino que existen numerosos atractivos naturales localizados en áreas cercanas al puerto, como estos vestigios prehispánicos de los Yopes y sus senderos, que unen y enlazan las quebradas laderas del Parque Nacional El Veladero, joya ecoturística de México.
- Para llegar al P.N. El Veladero, debe seguir por la Costera hasta Av. Niños Heroes y seguir por la Av. Comunidad hasta la Av. Palma Sola cerca del centro de la Bahía, llegar a la Colonia Alta Independencia, y seguir por la calle de La Mona por alrededor de 30 minutos a pie para encontrar el primer elemento o petrograbado.
- Otro acceso es por la Alta Costa Azul y se llega por la costera Miguel Alemán-Puerto Marqués hasta la Av. Cristóbal Colón. Y la mejor opción es contratar una agencia de viajes para caminar con un guía durante 2-3 horas, para recibir las explicaciones arqueológicas.
- Los buscadores del sol comenzaron a llegar a Acapulco por los años 30’s, cuando la carretera se terminó de pavimentar y empezaba la aviación.
- Acapulco antaño declarado el sitio oficial para los barcos españoles que comerciaban con oriente, entre Asia y América, dio origen a los viajes de la Nao de China, y entonces el puerto se llenaba de esplendor.
- Acatl, significa “Junco o Carrizo”: era el nombre del hijo mayor del cacique de la tribu Yope, mismo que protagonizó un amor fallido.
- El arte de los petroglifos es una clara manifestación de la sensibilidad y creatividad de estos primeros pobladores de Acapulco, quienes dejaron pruebas de sus momentos importantes y labraron interesantes diseños.
- Para disfrutar este recorrido: usar zapatos cómodos, pantalón largo, gorra o sombrero, llevar mucha agua y cámara fotográfica. Y no dejar basura.
El Parque Nacional El Veladero, es un área de reserva ecológica ubicada frente a la Bahía de Acapulco, que resguarda al sitio arqueológico de “Palma Sola”: un interesante tesoro en forma de petroglifos prehispánicos, que transportan al visitante al pasado remoto de los primeros mexicanos.
Más información: CONAMP