Al sur del estado de Coahuila, limitado por los municipios de Cuatro Ciénegas, Ramos Arizpe, Viesca, Saltillo, General Cepeda y San Pedro, se erige un singular poblado que, desde hace 140 años se denomina Parras de la Fuente, un oasis donde se da el milagro de la vida de abril a octubre, gracias a los manantiales que surgen de las sierras vecinas de Parra, Hojaseñal, Playa Madero y El Laurel, que hacen brotar la vid y nogales.
Parras es considerado Pueblo Mágico y razones no le faltan, ya que tiene un historial enorme, un clima semicálido que la hace importante productor de cultivos como trigo, maíz, forrajes y hortalizas, aunque sus frutos más famosos son la vid y la nuez, los cuales constituyen la base misma de su economía y de su actividad industrial, especialmente el vino, el cual se produce con orgullo desde finales del siglo XVI, gracias a la petición de las órdenes religiosas de la corona española de permitir el cultivo de la vid en esas tierras para así contar con vino suficiente para los servicios religiosos.
Este singular poblado recibió originalmente el nombre de Villa de Santa María de Las Parras, en virtud de su comprobada fertilidad. A partir de 1868, ostenta el nombre de Parras de la Fuente, en honor al abogado saltillense Juan Antonio de la Fuente, defensor de la soberanía mexicana contra los invasores franceses.
En este espacio geográfico, el milagro de la vida se da durante los meses de lluvia, de abril a octubre, gracias a la presencia de manantiales que los cuales abastecen de agua a la región, convirtiéndola en un verdadero oasis en el desierto en donde abundan las vides y nogales, cuyos frutos han sido apreciados por el ser humano desde tiempos inmemoriales.
Parras, fundado oficialmente el 18 de febrero de 1598 por el capitán Antón Martín de Zapata, es considerado como la primera estancia española del lugar. Fue establecida por el capitán Francisco de Urdiñola en la que posteriormente se construiría la hacienda El Rosario, del marqués de San Miguel de Aguayo.
En 1599, por órdenes expresas del virrey Gaspar de Zúñiga y Acevedo, conde de Monterrey, se procedió a trasladar hasta esas tierras a un grupo importante de indígenas tlaxcaltecas, que en ese entonces radicaban en Saltillo. Como testimonio de tal acontecimiento, la ciudad conserva una cruz que se encuentra en un sitio conocido como Cueva de Texcalco, lugar donde se creó la congregación indígena.
De este Pueblo Mágico han surgido notables personajes que han destacado por sus méritos en la historia de México. Tal es el caso del ilustre Francisco I. Madero y su hermano Gustavo A. Madero, nietos del empresario Evaristo Madero, que se convirtieron en ideólogos y fundadores de la lucha revolucionaria.
En particular, la figura de Francisco I. Madero es una de las más importantes en la política mexicana contemporánea, ya que fue el primer presidente de México después de la caída de Díaz, ocupando el cargo entre 1911 y 1913, cuando fue trágicamente asesinado junto con el vicepresidente José María Pino Suárez en la ciudad de México, el 22 de febrero de 1913.
Este oasis incomparable, localizado a 157 kilómetros al oeste de Saltillo, por la carretera núm. 40, tomando la desviación a la izquierda en el kilómetro 130, en el poblado de La Paila, hoy en día se ha colocado en los primeros lugares de la producción de vinos, aguardientes y licores diversos, tan famosos y apreciados como su industria textil especializada en la mezclilla, considerada de gran calidad en el mundo entero. De igual manera, sobresale en la crianza de ganado bovino, caprino, porcino y aviar.
Desde el siglo XVI, Parras fue conocido también con el nombre de Valle de los Pirineos, por su semejanza con el de Europa, tan propicio para el cultivo de la vid y el olivo, destacándose desde esa época un importante número de casas y bodegas dedicadas a la elaboración del vino, tales como las bodegas de Perote o del Marqués de Aguayo y la Casa Madero en la Hacienda San Lorenzo.
La Casa Madero fue fundada a finales del siglo XIX por don Evaristo Madero Elizondo en las instalaciones de la Hacienda de San Lorenzo, consolidándose paulatinamente como una de las empresas vitivinícolas de América. Las mejores épocas para cultivar la vid son la primavera y el verano, ya que los campos se cubren de verde y Parras se transforma en un verdadero vergel.
En cuanto a los sitios de interés, para disfrutar de una magnifica visita a la ciudad, Parras tiene un cúmulo impresionante de historia y tradiciones, es un lugar reconfortante. Transitar sus calles, monumentos, campos de nogales y vides es todo un acontecimiento.
Una muestra de su arquitectura es El Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, obra de mediados del siglo XVI que presenta una fachada sencilla en la que destaca la torre lateral de un cuerpo rematada por pináculos y cuatro imágenes en azulejo de la Virgen de Guadalupe que flanquean la entrada.
El antiguo templo y Colegio de San Ignacio de Loyola. Erigido en el siglo XVII, también es un museo en el que se exponen algunas obras pictóricas de esta misma época.
El archivo Matheo alberga un importante conjunto de documentos eclesiásticos y civiles de los siglos XVII al XIX.
La Capilla del Santo Madero fue construida entre 1868 y 1880; este sitio se ubica en la cima del cerro del Sombreretillo, lugar que recibió tal nombre debido a su parecido con el de un sombrero. Destaca por sus proporciones y su decoración sencillas.
El Palacio Municipal de Parras, presenta una fachada estilo neoclásico, de dos niveles, en los que se suceden grupos de balcones y ventanas, las cuales están rematadas con frontones triangulares. En el interior del edificio se encuentra un magnífico mural que resume los episodios más destacados de su historia.
En la Casa de la Cultura este se conservan y exhiben algunas de las pertenencias de Francisco I. Madero, principalmente pinturas y su acta de nacimiento; asimismo, el edificio resguarda otros objetos de gran valor para la comunidad parrense.
Ubicado en el interior del Hotel Rincón del Montero, se encuentra el campo de golf del mismo nombre, que constituye un atractivo lugar para los amantes de ese deporte.
La Hacienda San Lorenzo fue fundada en el siglo XVI, en este sitio se establecieron las primeras bodegas de vino producido en América. Actualmente funge como sede oficial de la Casa Madero, productora de los vinos más famosos de Parras, reconocidos en el nivel internacional.
El esplendor de la arquitectura porfiriana es notorio en La Casa del Abuelo, que fuera la residencia de don Francisco I. Madero.
Construida en 1607, la iglesia y convento de San Ignacio de Loyola, presenta un bello altar cubierto con polvo de oro. En el colegio adjunto se resguardan pinturas del siglo XVII y el archivo Matheo con históricos documentos.
La Iglesia de Santa María de las Parras, fue construida en 1648 con un estilo neoclásico, esta parroquia conserva inscrita el Acta de fundación de la ciudad.
Vitivinícola Bodegas del Vesubio es el linaje italiano mezclado con las bondades de esta tierra para dar origen a toda una tradición familiar de buenos vinos que puede ser atestiguada con su visita, mientras que la Antigua Hacienda de Perote combina el servicio de hotelería en un centro de descanso, que pertenecía a la familia Madero, y mantiene su tradición vitivinícola con producciones limitadas de buenos vinos de mesa y de la tradicional sotol, el cual cuenta con el Reconocimiento de Origen.
Otros lugares de interés son la Plaza del reloj, fresco espacio que integra una torre con un reloj en memoria de los mártires de la Revolución; la Alameda, arbolada zona que entre sus jardines cuenta con la alegría de juegos infantiles y la Biblioteca Pública Municipal; el Estanque la Luz, tradicional centro familiar, flanqueado por el Santo Madero que desde 1888 es alimentado de manantiales de la sierra; ideal para darse un chapuzón y disfrutar de un asado en sus palapas; el Estanque de la Hacienda.
Balneario natural que se nutre con agua de manantial y que cuenta con áreas de esparcimiento; y los Acueductos, que forman parte del escenario de la ciudad como imponentes y sólidas estructuras construidas a principios del siglo XX.
En cuanto a gastronomía, la ciudad de Parras recupera tradiciones indígenas y españolas para transformarlas en un delicioso banquete mestizo que incluye aperitivos exquisitos, tales como vinos generosos y licores de uva, seguidos por platillos esenciales como el asado de puerco, tamales de puerco y pollo o la deliciosa barbacoa, y de postre, los ricos dulces regionales.
Para artesanías, sólo bastará con darse una vuelta por el centro histórico de la ciudad, donde encontrará objetos relacionados con la producción del vino, la actividad típica del lugar, además de muestras de vinos regionales que sin duda serán un buen obsequio para ocasiones especiales.
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