París no sólo es una ciudad encantadora, sus cementerios, como el de Père-Lachaise también son lugares fascinantes y atractivos debido a las personalidades que yacen en ellos.
Los cementerios parisinos están plagados de grandes personajes que influyeron en la historia del mundo ya sea de manera cultural, política, social o religiosa.
El camposanto de Père Lachaise es en donde más de esas personalidades se encuentran, son tantas, que se necesita más de mediodía para visitarlo, para perderse en el laberinto de calles adoquinadas y tumbas de todos los estilos arquitectónicos, deslumbrantes mausoleos y viejas criptas que han inspirado tanto películas como atracciones en parques de entretenimiento.
Wilde siempre Wilde
Aquí en este panteón-jardín, al parecer todavía declama por las noches, el atrevido dandy irlandés Oscar Wilde, adulado y después humillado en Inglaterra, su país de adopción. Se autoexilió en París al final de sus días, encontrando refugio y tolerancia a su provocadora y refinada forma de vida, escandalosa para la sociedad victoriana de aquélla época. Su tumba se asemeja a un ángel azteca labrado en piedra con un exquisito estilo Art Déco, declarado monumento nacional, lugar absoluto de peregrinaje y culto. Los visitantes dejan su marca con besos color carmín y escritos con máximas del creador de Dorian Gray.
Voces y genio de antaño
A pocos pasos del mausoleo de Wilde, se escucha cantar «La vie en rose». La voz de la mome (niña) Edith Piaf serpentea entre las fosas y te guía hasta donde se encuentra su discreta morada. Si puedes déjale una rosa roja, aprovecha y pon otra a Henri Salvador, el gran crooner antillano, quien reposa a un costado de la tumba de Piaf.
Frèdèric Chopin deja sentir su melancolía hasta en su tumba, donde se encuentra un busto de su perfil labrado en mármol. Decenas de flores multicolores decoran la elegante tumba del genio polonés, cuya vida fue tan breve como un preludio, ya que murió a los 39 años de edad.
A pocos pasos de la tristeza de Chopin, una enorme estela maya cambia radicalmente el paisaje local, esa es la magia de este cementerio, ésta es la última morada del poeta guatemalteco Miguel Angel Asturias (Premio Nobel de Literatura 1967). A pesar de haber muerto en Madrid sus restos fueron llevados a la Ciudad Luz, a la que siempre consideró como su segundo hogar, luego de penosos años en el exilio y al igual que Chopin, nunca pudo regresar a su añorada tierra natal.
Camille Pissarro y Eugène Delacroix continúan pintando desde sus túmulos, mientras Moliere se entusiasma con su fabulosa pluma, recrea a Tartufo y a su avaro, personajes que no pierden actualidad. Jean de La Fontaine, el escritor de las fabulillas del zorro y el cuervo y tantas más, continúa mofándose de la monarquía de forma sutil desde el más allá.
Culto al talento
La tumba más visitada y fotografiada de toda Europa y quizás del mundo, es la del rockero californiano, Jim Morrison, «El Rey Lagarto», su sepulcro en Père-Lachaise está rodeado permanentemente por mallas de seguridad, es un sitio de reunión y culto donde se han dado las situaciones más improbables en un cementerio, así como todo tipo de excesos por la parte de sus seguidores. El lugar en ocasiones es resguardado por un policía.
Durante las noches tibias de verano, dicen, se escuchan las arias de Maria Callas, y toda la paleta de personalidades tan complejas y diferentes se estremecen, haciendo de este un sitio completamente ecléctico.
Allan Kardec, el considerado padre del espiritismo, tiene también una de las sepulturas más concurridas en Père-Lachaise. La suya es con certeza, la más cargada de misticismo, sus adeptos suelen tocar discretamente la piedra que forra su mausoleo, el cual siempre está lleno de flores. Es uno de los más extraños sitios de rito y peregrinaje de Francia.
Por último, figuras como la princesa Diana de Gales, aunque murió en París, y aunque sus restos no reposan en esta ciudad, la réplica de la llama de la estatua de la libertad que se encuentra encima del túnel de la plaza de l’Alma, en donde la princesa perdió la vida aquel fin de verano del 1997, se ha convertido en un sitio de reverencia en donde turistas suelen dejar fotos y flores en recuerdo a la reina de corazones.
Hoy París ya no sólo es una fiesta, una ciudad encantadora. Sus cementerios también son lugares fascinantes y atractivos.
Pero en este recorrido no hay boletos redondos ni operadores turísticos, hasta el momento no se tienen quejas de aquéllos que han visitado el camposanto de Père Lachaise, el sitio parece ser tan atractivo y acogedor que sus huéspedes no han regresado físicamente, ni siquiera han enviado una tarjeta postal. Sólo su obra y espíritu habla por ellos.
Más información:
Ubicación: 20° Distrito. Metro: PERE LACHAISE – GAMBETTA.
Sitio web: Camposanto Père-Lachaise
Celebridades en otros cementerios parisinos
El polémico ex-presidente mexicano Porfirio Díaz, cuyo mausoleo se encuentra en el cementerio Montparnasse. Nunca le faltan flores ni detalles dejados por turistas mexicanos.
Personalidades como Julio Cortázar, Margarita Duras, Serge Gainsbourg, César Vallejo, Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir yacen en otros cementerios de la Ciudad Luz.