Aguascalientes alberga una amplia riqueza patrimonial, la cual es palpable a través del arte y la belleza arquitectónica de sus edificios, testimonios dejados por los precursores de la ciudad y aquellos quienes durante más de cuatro siglos, han forjado la historia de esta alegre y hospitalaria localidad.
Espacio significativo en la vida de los aguascalentenses es la Plaza de San Marcos, jardín delimitado por una balaustrada neoclásica en cantera rosa, con accesos hacia los cuatro puntos cardinales y remates tipo jarrón, sitio de reunión para disfrutar de un agradable paseo, sentarse en una banca a la sombra de los árboles y admirar el conjunto de edificaciones que le rodean.
La primera de estas obras que salta a la vista es el Templo de San Marcos, antiguamente conocido como Templo del Pueblo Nuevo de Indios, debido a que lo fundó un grupo de indígenas de la región en 1604. Ejemplo típico de la arquitectura colonial de los siglos XVI y XVII, su construcción inicio en 1655 y concluyó en 1765, es por ello que por fuera es barroco y por dentro neoclásico.
La fachada, en cantera y de estilo churrigueresco, tiene un buen trabajo de columnas y relieves; una torre alta y otra baja, divididas en tres cuerpos, le da originalidad compositiva y además rompe la simetría. Su reloj es posterior a la época.
En el Presbiterio se encuentra el Altar Mayor, de estilo neoclásico; al centro la Virgen del Carmen y en la parte superior, la escultura de San Marcos. Hay un magnífico óleo de José de Alcíbar localizado en la sacristía, en donde este artista realizó una estupenda interpretación del tema religioso «La Adoración de los Reyes al Niño Jesús» que data de 1775.
A un costado del templo se encuentran un conjunto de fuentes de piso, que hacen las delicias de niños y jóvenes. Desde este punto, se visualiza el Templo de San Marcos con una volumétrica dinámica e interesante. La silueta de las torres y la cúpula hacen un recorte en el cielo azul muy atractivo.
Diversidad de fachadas
Al doblar la esquina encontrarás la calle Jesús F. Contreras, lateral al jardín, en donde en años anteriores se activó un programa de restauración de fachadas, para mejorar, pintar y rehabilitar las construcciones coloniales más significativas. Cuando se edificaron, se apegaban a un reglamento de proporciones y ventanas, así como también de alturas, es por eso que se ve una gran fachada urbana que le da continuidad al jardín.
En este grupo se puede apreciar una combinación de diferentes colores muy mexicanos, cromática que se asemeja a las telas y tonos de diversos pueblos, lo que le da identidad y tradición a este espacio: alturas, remates y puertas similares, así como ventanas alargadas, hacen que se logre unidad en un contexto urbano definido y con presencia.
Dentro del conjunto se sitúa un inmueble que destaca de los demás por su recubrimiento de cantera y su gran ventana de la planta alta, que le da un toque de sobriedad y estilo personal; actualmente su interior esta en reconstrucción para hacerla un centro comercial.
A mitad del camino, una casa de color azul, con ventanas largas, remates de medio círculo, marcos de cantera y un trabajo de barandal de excelente diseño, da una muestra como los detalles son importantes de considerar. Sus capiteles de tipo jónico, con volutas que recuerdan los cuernos de los carneros, según los griegos en su etapa clásica, y remates de cantera le dan un diseño simple pero elegante.
El coso taurino
A lo lejos, por el andador de la Expoplaza, se encuentra la Plaza de Toros, una magnífica obra arquitectónica que la hace una de las más bellas de Latinoamérica, construida para albergar la creciente afición a la fiesta taurina, pues la centenaria Plaza de Toros de San Marcos ya no daba cabida gran al número de aficionados.
Su construcción data del 23 de noviembre de 1974. Era un nuevo coso con capacidad para nueve mil espectadores que resultó ser más cómodo y amplio y que con los años se ha ganado la estima de la afición, pues ha albergado las faenas de grandes maestros del arte taurino, aunque muchos siguen añorando la antigua Plaza de San Marcos.
A través del tiempo sus instalaciones han experimentado notables mejoras cada vez, habiendo logrado para 1992 una ampliación que le dio capacidad para 16,000 espectadores. Sus cuatro torreones están forrados de cantera, son de planta cuadrangular, están rematados por una cubierta de cuatro aguas y ostentan en la herrería de las caras laterales elementos simbólicos religiosos y motivos propios de la tauromaquia. En la cara frontal una hermosa balaustrada, dividida en tres claros por columnas de cantera con reminiscencias clásicas, señala los descansos de la escalera.
En la parte superior, labrado en cantera, luce el escudo de Aguascalientes.
Es una de las plazas más bellas de América Latina y se recuerda que en su inauguración se lidiaron toros de Torrecilla, para Manolo Martínez, Eloy Cavazos y Armillita Chico (que tomó la alternativa). Fue reinaugurada el 20 de Abril de 1990, esta vez con toros de Begoña para Eloy Cavazos, Armillita Chico y Jorge Gutiérrez.
Educación, música y turismo
Ya por la calle de Manuel M. Ponce encontramos la Escuela de Música del mismo nombre, un edificio azul, con un zoclo muy bien hecho de trabajo artesanal en diagonal, lo cual lo hace singular. El remate de las ventanas son de frontón roto de medio círculo, estilo barroco tardío.
Junto a esta institución, vemos un inmueble recubierto con cantera (actual tienda y café), en lugar de aplanados, lo cual le da más importancia y resalta su trabajo; a un costado, encontramos un par de casas de dos pisos, pero mucho mas pequeñas de altura, mismas que no desentonan con el conjunto pues sus colores en la gama de naranjas, vino y rosa, dan armonía cálida ante los azules cielo de los vecinos.
Toda una institución en Aguascalientes es el Colegio Portugal con sus arcos de la planta superior, un alarde de construcción muy diferente y único en el grupo de construcciones; la puerta cuenta con una geometría muy definida, además de un trabajo de flores y ornamentos de cantera muy buenos en los remates, friso y comisa superior.
Más adelante, una casa blanca «neo-colonial», edificada en los años 30’s del siglo pasado, muestra un aplanado de figuras geométricas un poco «art decó», una puerta circular de varios arcos, ventanas semicirculares y una terraza-ático con una vista magnifica, estilo muy usado en Guadalajara y la ciudad de México en las zona de Polanco entre 1935-1950. Por su volumétrica no desentona con el conjunto, y da un acento al Jardín de San Marcos en su arquitectura.
A unos pasos se encuentra la actual Secretaría de Turismo, instalaciones que fueron remodeladas y restauradas con cuidado y respetando las normas; es una casa de un solo piso y con un patio alargado sin techo, para combatir la falta de sol. Junto esta el Casino de la Feria, obra reciente que intentó no romper con los estilos rectores del jardín; sin embargo, su tamaño es un poco grande en comparación con los edificios vecinos.
Aquí termina este recorrido urbano, sin dejar de mencionar lo peculiar y único de la balaustrada que rodea la Plaza de San Marcos, hecha en su totalidad de cantera con una banca integrada y un tamaño de gran escala de casi 1.80 metros de alto, con gran remate y una serie de jarrones ornamentales, ejemplo del buen trabajo de los artesanos de la región. Los arcos son las puertas de entrada al jardín, recuerdo de visitantes, símbolo de la ciudad y característica de Aguascalientes.
Más información: Ayuntamiento de Aguascalientes