La provincia canadiense de Quebec se viste de un color distinto cada temporada del año, por ello seduce a quien la visita y lo invita a regresar. Bien se dice que lo tiene todo para convertirse en el destino favorito de los viajeros de la nueva generación.
Un viaje a esta región toma un tono aún más emocionante al visitar sus principales ciudades: Montreal y la propia Ciudad de Quebec. Cada una tiene una personalidad única, con algo especial para el turista mexicano particularmente, atractivos como modernidad, bellezas naturales, riqueza cultural, gastronomía inolvidable, eventos artísticos y culturales, recintos emblemáticos y más…mucho más que aquí te compartimos:
Imanes de la Ciudad de Quebec
Existen, a decir de la mayoría, cinco principales motivos para visitar a la Ciudad de Quebec:
1.- Por el ambiente europeo de la ciudad amurallada, cuna de la civilización francesa. Aquí abundan lugares de interés que puedes descubrir a pie o en una carreta tirada por caballos, para admirar su imponente arquitectura, escuchando el acento francés de sus habitantes, disfrutando de la música en vivo, los artistas creando obras o espectáculos a tu paso.
2.- Por sus sitios emblemáticos que impresionan los sentidos, esta ciudad es un museo al aire libre. En tu cámara fotográfica no pueden faltar las imágenes de la Ciudadela, que fascina a todos. En la parte alta te encontrarás con el famoso Chateau Fontenac, un mítico castillo construido en 1893, desde donde vale la pena bajar en funicular hacia la Plaza Real y a la calle del Barrio Histórico Petit-Champlain, para presumir que has visitado un Tesoro del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Más abajo está el Museo de la Civilización, cuya visita es necesaria para entender la historia de la ciudad.
3.- Por la gastronomía diversa y un ambiente vibrante en su vida nocturna. Estos dos aspectos hacen de la Ciudad de Quebec una fusión cosmopolita de sabores, colores y estilos que se encuentra en cada esquina del Viejo Quebec, en donde predomina la tradición francesa. Pero hay un sitio para cada gusto, lo difícil será elegir dónde comer, las opciones son infinitas. Desde probar un chocolate caliente hasta un sofisticado platillo preparado con cordero o carne de bisonte, será parte del abanico de experiencias más inolvidable de tu viaje, sobre todo si en el postre incluyes una tarta de maple. Por la noche te estarán esperando los bares de La Grand Alée (o Gran Vía) para divertirte en grande.
4.- Por sus fiestas los 365 días del año. Todos los días las calles de la Ciudad de Quebec son una fiesta, por la variedad de demostraciones artísticas y culturales que pueden encontrarse, por ejemplo, los espectáculos del Cirque du Soleil que varía por temporadas . Algunos de los encuentros culturales más famosos son el Festival de Verano o las Fiestas de Nueva Francia, o el Carnaval de Invierno de Quebec, cuando se realizan, la ciudad se disfraza y se llena de originales escenarios en los que confluyen las artes, las manifestaciones artísticas dentro y fuera de los recintos, la alegría y la tradición.
5.- Por las bellezas que la rodean. Hacia el norte, las montañas Laurentides sirven como telón de fondo, hacia el sur se extienden los Apalaches, y en el centro, el Río San Lorenzo se estrecha en la Ciudad de Quebec para otorgarle un toque mayor de belleza. Muy cerca, las Cascadas de Montmorency ganan en altura a las de Niágara, mientras que en la Isla de Orleans puedes realizar un viaje en el tiempo, recorriendo sus lindas casas entre praderas e iglesias que se remontan al siglo XVII. Rumbo al este te espera el Cañón Sainte-Anne y su fuerte cascada rodeada por puentes colgantes. Y si quieres más contacto con la naturaleza, no te quedes sin visitar las inmensas áreas que enverdecen Quebec, como el Parque Jacques Cartier, que a través de sus senderos te lleva a un hermoso cañón enmarcado por el río. En invierno se convierte en el patio de juegos más grande para las familias.
Montreal te espera también
Hablar de Montreal es citar a la modernidad y al arte. Es una bella localidad que tiene infinidad de atractivos para complacer a cualquier tipo de viajero, mezcla del encanto de Europa con la energía de América; entre sus principales ángulos están:
1.-Delicias para el paladar. Chefs de clase mundial lideran los más de cinco mil cotizados restaurantes de la ciudad, los cuales fusionan innovadores sabores dentro de ambientes decorados de una forma inimaginable. Para una comida rápida, pero no menos deliciosa, están los bagels del barrio Outremont o la carne ahumada de Schwartz, ubicado en la calle Saint-Laurent, algo típico.
Adéntrate por ejemplo, al mercado Atwater para probar productos locales como el queso quebequense, la sidra de hielo o los productos de maple.
Por la noche, la fiesta reina en los bares donde los comensales presumen sus dotes de cantantes. Y para quienes buscan fiesta a cada paso, la Rue Crescent y Rue St. Denis se comparan en buen ambiente y gente alegre con el boulevard St.-Laurent.
2.- Arte y cultura por doquier. Sitios como El Vieux Montreal, la Catedral de Notre Dame, la Plaza de Armas, la Plaza de Jacques Cartier, el Centro Canadiense de Arquitectura o el Viejo Puerto, son sólo ideas para una experiencia inolvidable que se complementa al visitar el Barrio de los Espectáculos. Obras clásicas y emergentes e inmigrantes de todos los horizontes dan dinamismo a esta ciudad cosmopolita. Puedes tomar camino por el barrio chino, español, portugués o italiano, sitios de encuentro que revelan a los visitantes el estilo de vida quebequense.
Además, durante todo el año, Montreal se llena de fiesta con la realización de distintos festivales, como el Internacional de Jazz, del humor, del circo, cine, fuegos artificiales, entre muchos otros, con los que la ciudad entera se pone de pie para aplaudir sin parar.
También resulta imperdible la visita al Museo de Bellas Artes y al de Arte Contemporáneo y no hay que olvidar que los espectáculos del Cirque du Soleil, antes de irse de gira se estrenan en Montreal, además de los espectáculos de música, teatro y danza, famosos a nivel mundial.
3.- Entretenimiento en familia. No faltará la diversión para toda la familia en esta metrópoli, lo difícil será elegir qué hacer primero, ya que hay una oferta increíble para cada estación del año. Por ejemplo, visitar el Jardín Botánico, el Biodomo, el Centro de Ciencias o el Insectario, que están listos siempre con novedades para sorprender a sus visitantes. Los adolescentes más intrépidos tal vez prefieran las actividades al aire libre como el kayak o las aventuras extremas en los inmensos parques cercanos. También Montreal piensa en los más pequeños al realizar sus famosos festivales y cuenta con un parque de diversiones: La Ronde Six Flags.
4.- Una ciudad romántica. Las parejas que acuden a este destino, lo hacen con el objetivo de encender o reavivar la llama del amor. Cada rincón de la ciudad lo amerita, sobre todo si se trata del Viejo Montreal, donde los encantadores hoteles boutique y las terrazas de los cafés a media luz, armonizan con el ambiente. Tomar juntos un paseo en calesa o un exquisito tratamiento de spa, no les quitará las ganas de comprarse regalos originales en las tiendas de Upscale Laurier Street.
5.- Montreal navegante. Los numerosos ríos que forman una isla son escenarios perfectos para disfrutarse desde muy cerca, Si eres intrépido y aventurero, no dudes en contratar un tour en kayak o lancha para practicar rafting en los rápidos del Viejo Montreal. Si te da miedo caer al agua, descubre la deslumbrante costa a bordo de un crucero local o pasea tranquilamente por el puerto viejo iluminado de noche por fascinantes fuegos artificiales.
Estas dos ciudades quebequenses te esperan en esta época del año, cuando las mañanas y tardes frescas que anuncian el final de año, son el mejor distintivo de la época… justo cuando las hojas de maple cubren los caminos y los colman convertidas ya en hojarasca de nobles colores.
Más información: Guía oficial de la ciudad de Quebec | Voy a Montreal