Considerado durante muchos años como un símbolo de la Ciudad de México, el rascacielos más alto del país y toda Latinoamérica, la Torre Latinoamericana con más de 50 años sigue firme como un coloso que enfrenta al dios Cronos, ya que ni tormentas y grandes sismos (como se vaticinaba), han logrado someterlo y arrodillarlo como un héroe vencido.
Cabe recordar que durante su construcción rompió varios récords de la ingeniería moderna mexicana, al enfrentar los sismos de 1957 y 1985. Sin embargo, no todo es duradero, pues en 1998 se inauguró la Torre Altus, con 195 metros de altura, 12 metros más que la Torre Latino y cuatro años más tarde, surgió el World Trade Center, con sus imponentes 207 metros y sus 50 pisos; doce años después, nació la Torre de PEMEX, con 52 pisos y 214 metros, y finalmente la imponente Torre Mayor con 225 metros de altura y 55 pisos.
De pirámides a rascacielos
Pero, haciendo un poco de historia, nuestro país durante la época prehispánica se distinguió por sus construcciones elevadas, estando como ejemplo la pirámide de El Sol, con 64 metros, el Templo Mayor de Tenochtitlán; la gran pirámide y templo de Cholula, con 76 metros.
También en la etapa virreinal, se desarrollaron grandes construcciones como son las catedrales de Puebla, Saltillo, Mérida, Guadalajara, Morelia, San Juan de los Lagos y la de México, lo que permitió el avance de la arquitectura.
El crecimiento de las ciudades ha propiciado las construcciones elevadas, que a su vez, han encarecido los predios, tendencia que se originó en ciudades como Chicago y Nueva York, a finales del siglo XIX.
Ello dio paso a que continuaran las grandes edificaciones como en Paseo de la Reforma, donde se vieron brotar, como flores de jardín, varias construcciones, tales como el edificio de la Lotería Nacional o el de la Secretaría de Desarrollo Social.
Otras construcciones interesantes en México, son la chimenea de Nacozari, Sonora, con 280 metros (la estructura más alta en Latinoamérica), el puente Mezcala-Solidaridad con 204 metros de altura sobre la autopista México-Acapulco; las antenas de radio de Tijuana con 182 metros, la Torre Dataflux de Monterrey con 43 pisos y 167 metros, y la torre Los Arcos con 33 pisos y 161 metros.
Todo un hito
La Torre Latinoamericana, símbolo de nuestro México y diseñada por el arquitecto Augusto Álvarez, originalmente fue concebida para tener 40 pisos y se concluyó con 44 además de 130 más de antena. En 1956, año en que fue terminada, fue el edificio número 37 más alto del mundo, todo un hito para el urbanismo de la Ciudad de México y modelo para ciudades latinoamericanas y californianas.
Sin embargo, a los 11 años de vida, sufrió un incendio en su parte alta, pero por su material de construcción en el que había químicos contra este tipo de siniestros, se sofocó. La ciudad carecía de un equipo de bomberos preparado para una eventualidad de este tipo.
La década de los 60’s trajo nuevos edificios, y uno de ellos se erigió frente a la Torre Latinoamericana, de 29 pisos y 110 metros de altura. En ese año, surge la unidad habitacional de Tlatelolco, que con sus torres de 24 pisos y 95 metros de altura fueron ejemplo a seguir para dar cabida a más familias que llegaban a radicar al Distrito Federal y en un lugar cercano al centro.
Asombroso también resultó el surgimiento del edificio de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, así como la torre de Teléfonos de México con su gran antena.
En 1966, el arquitecto Gutiérrez Cortina supera a su colega Augusto Álvarez, al construir el Hotel de México, mismo que llegó a contemplarse como lugar de alojamiento para los atletas que participaron en los Juegos Olímpicos que se celebraron en México en 1968, convirtiéndose en el edificio más alto de la capital, pero al poco tiempo fue superado por la Torre de PEMEX, de Pedro Moctezuma, convirtiéndose en el más alto de toda Latinoamérica.
Torre Mayor: El nuevo rostro del horizonte
Hace tres años, México alcanzó uno de los primeros sitios de Latinoamérica e Iberoamérica con la edificación de la Torre Mayor, que con sus 225 metros de altura y 55 pisos, se coloca entre los 200 más altos del mundo. Planeado inicialmente para construirse a mediados de la década de los noventa, la crisis económica de 1994 pospuso su construcción.
Sin embargo, como no hay plazo que no se cumpla, el 27 de octubre de 2002 se reinició la construcción de este “edificio inteligente”, ubicado en Paseo de la Reforma 505, en un área de 77 mil metros cuadrados, 3 mil 300 metros cuadrados para comercio, 13 niveles de estacionamiento exclusivos para altos ejecutivos y un helipuerto. Además, tiene 26 elevadores exclusivos para y dos de carga.
El área corporativa cuenta con espacios eficientes de clase mundial para empresas nacionales e internacionales.
La vista que proporciona la Torre Mayor tanto para quienes la admiran, como por las personas que la viven, es exquisita. Como imagen corporativa, representará dentro de poco, el punto de referencia más importante de esta ciudad y las personas que tengan acceso a ella, podrán disfrutar de una vista panorámica de esta gran urbe, con su Castillo de Chapultepec, sus museos, edificios de negocios, tiendas, embajadas, restaurantes y hoteles más importantes.
Por las noches, este inmueble se ilumina de forma espectacular, por lo que en días despejados, es posible verlo desde algunos sitios altos de la periferia de la capital.
En lo futuro, continuarán surgiendo las grandes “moles” de acero y concreto; muestra de ello es Guadalajara, quien tiene ya un proyecto para la construcción de la Torrena, edificio que tendrá 67 pisos y 336 metros de altura, cuya construcción ya ha iniciado…