Los mayas heredaron de los pueblos olmecas y zoques la organización política sustentada en un rey divino que se nombraba ahau y que significa el que habla, el que determina, el que grita. Los gobernantes mayas se consideraban hijos del Dios del Maíz, por ello deformaban su cráneo en forma de una mazorca; la base alimenticia de los pueblos mayas fue el maíz y el poder de los ‘ahauob’ se sustentaba en la palabra y en el origen divino del alimento.
Las civilizaciones que aspiran a ser consideradas como una Civilización Original, deben haber concebido un calendario propio, un desarrollo tecnológico independiente y una escritura única. La Civilización Maya reúne los anteriores requisitos, nuestros mayores desarrollaron varios calendarios y, a pesar de carecer del uso práctico de los metales, su tecnología de piedra tuvo lo necesario para que manufacturaran exquisitas obras de arte sacro en estelas, dinteles, madera y cerámica ceremonial.
Al contrario de lo que acontece en las escrituras que surgen como una necesidad económica que potencializa la plusvalía (como la sumeria), la escritura sagrada maya apareció como resultado de la necesidad que tenían los ahauob’ de dejar testimonio escrito de sus trayectorias como guerreros, arquitectos y estadistas. La escritura maya tuvo la función de vínculo con lo sagrado, con lo divino y con el poder.
Orígenes
En el año 400 a.C la ciudad olmeca conocida como La Venta fue abandonada y paralelamente, en el Mundo Maya, se construía la pirámide más grande del mundo llamada “La Danta”, ubicada en un corredor comercial por donde transitaban las mercancías de Centro y Suramérica, así como las piedras de obsidiana y jade que para los mayas tuvieron un valor sustancial.
Infortunadamente no contamos con registros escritos de aquéllos lejanos tiempos pero los mayas del llamado periodo Preclásico contaron con una extraordinaria organización agrícola y social que les permitió construir gigantescas pirámides como La Danta o la Pirámide de las Pinturas en San Bartolo, Guatemala.
Una sequía hacia el año 300 a. C transfiguró el Mundo Maya, el paulatino abandono de las ciudades nos indica una degradación económica y social seguida de hambrunas y guerras. Algunas ciudades como Tikal, lograron sobreponerse al desequilibrio con nuevas dinastías de ahauob’. Hacia los primeros siglos de nuestra era aparecieron los registros escritos de los primeros ahauob’.
La fecha más antigua que hace referencia a un ahau data del año 292 y menciona al ahau de Tikal que se llamaba Yax Ehb’ Xooc (Tiburón del Primer Paso) luego se pierden las fechas de sus sucesores –aunque conocemos sus nombres– hasta la Señora Unen B’alam que resulta ser la primera X-ahau (reina maya) que se tenga registro y se ubica hacia el año 317.
¿Cómo llegó al trono la Señora Unen B’alam? Era costumbre entre los mayas que cuando los ahauob’ ascendían al poder, inmediatamente realizaban una campaña militar para capturar a otro ahau o a un sahal (noble) y, así como en el Medievo los reyes y nobles incorporaban en sus nombres los títulos de sus tierras y propiedades, los mayas hacían lo propio con sus cautivos. Cuando observamos que una X-ahau arribaba al poder, significa que el ahau de la ciudad había sido capturado y sacrificado, entonces una de sus hermanas, madre o hijas tomaba el mando si no existía un varón que pudiera reemplazarlo o podía ser una X-ahau impuesta por el ahau vencedor.
Los fundadores de las dinastías mayas fueron divinizados, sus predecesores los evocaban en rituales de sangrías y durante sus danzas portaban enormes bultos que envolvían sus reliquias. La ciudad de Copán tuvo un crecimiento exponencial porque controlaba el Valle de Motagua donde se localiza el jade. Hoy sabemos que el fundador de la dinastía de Copán K’inich Yax K’uk’ Mo’ (Gran Sol-Primer-Quetzal-Guacamayo) fue un maya con influencia teotihuacana y al parecer irrumpió en la ciudad aniquilando a sus gobernantes, la referencia más lejana de su gobierno se ubica hacia el 376 d.C. Es remarcable que su nombre fue recordado y venerado por varias generaciones, existe el registro en un vaso ceremonial de un diálogo entre K’inich K’uk’ Mo’ y su dieciseisavo descendiente.
El Climax
Durante el periodo del esplendor cultural, las ciudades Estado de Tikal y Calakmul disputaron la hegemonía del Mundo Maya, en 562 el ahau de Calakmul, Testigo Cielo, realizó una Guerra Estrella (que debería llamarse Guerra Venus, porque eran ataques que se realizaban cuando Venus se encontraba en el horizonte) en la que capturó al ahau de Tikal, Wak Chan K’ahuil y fue sacrificado al igual que todo su linaje, a partir de entonces, Calakmul sojuzgó a Tikal durante 130 años.
El ahau Nuun Ujol Chaak intentó en varias ocasiones recuperar la libertad de Tikal, se valió de la amistad del ahau Kinich Janaab’ Pakal K’in para refugiarse por algún tiempo en Palenque de la persecución que le infligía el poderosísimo ahau de Calakmul, el Yuknoom Yich’aak K’ak’, Nuun Ujol Chaak murió sin lograr su cometido pero el 5 de agosto de 695 su hijo, Jasaw Chan Kawuiil I liberó a su linaje del yugo de Calakmul.
En el Templo I de Tikal se localizan unos bellísimos dinteles en los que se menciona la captura de una divinidad patrona de Calakmul llamada yahau man, la fuente indica que Jasaw ofreció su sangre (es decir, que realizó una sangría de autosacrificio) y “conjuró a una divinidad” durante una procesión en la que participaron actores enmascarados que representaron escenas de la batalla desde los puntos de vista histórico y mítico ya que en las guerras mayas, también participaban las divinidades y los ancestros, quienes eran conjurados quemando papel amate que previamente había sido mojados con la resina del árbol Protium copal (copal) y con la sangre que los ahauob’ que ofertaban punzándose los lóbulos de las orejas, los genitales o las yemas de los dedos.
En aquellos tiempos mayas, no había ejércitos, las guerras se desarrollaban entre grupos de elite o de asalto que eran comandados por el ahau y sus lugartenientes de confianza. Aunque poco sabemos del desarrollo propio de la guerra maya, reconocemos que el objetivo principal era capturar a la enemigo y no asesinarlo, se le hacía prisionero para ser martirizado y vejado públicamente, casi siempre era decapitado después de rituales y sangrías que incluían también al célebre Juego de Pelota que más que un juego, para los mayas fue un ritual deportivo y no lo llamaron Pok Ta Pok como erróneamente se afirma, los jeroglíficos nos indican que los mayas lo nombraron “Pits”. Su diseño, es como un espejo cóncavo de la bóveda celeste en el que los anillos representan al Sol en los dos únicos momentos que lo podemos ver sin quedarnos ciegos: al alba y al crepúsculo y, la pelota que debe entrar en los anillos representa al planeta Venus que acompaña cíclicamente al Sol al atardecer y al amanecer.
Las guerras y la noche
A mi entender, la Guerra Maya se desarrollaba de noche: sabemos que Venus es sinónimo del Dios de la Guerra entre los mayas, observamos que el juego de pelota se celebra en el inframundo, es decir, en la oscuridad y que entre los ahauob’, la mayoría de los animales de guerra son nocturnos o tienen sus actividades cuando aparece el sol o desciende, tal es el caso de las aves nocturnas como los búhos, tecolotes o lechuzas, así como el jaguar. Son animales totémicos nocturnos y relacionados con los atavíos y virtudes de los guerreros y de los chamanes. Los anteriores elementos nocturnos nos indican que la guerra maya era una guerra de acecho, configurada por grupos de elite militar que se desplazaban silenciosamente entre la selva, ingresaban desapercibidos a los aposentos reales y capturaban al ahau pero no lo mataban de inmediato sino que lo sojuzgaban. Los anteriores elementos históricos me conducen a la conclusión de que la guerra se realizaba de noche, al igual que el juego de pelota por desarrollarse en el Xibalbá o submundo.
Hubo varias reinas mayas, una de las más célebres es X Wac Chan Ahau (la Señora Seis Cielo Reina) quien gobernó la ciudad de El Naranjo aunque no nació ahí, fue impuesta por su padre B’ alaj Chan K’awiil, ahau de la ciudad que llamamos Dos Pilas y que a su vez era parte de un grupo de sahalob’ (nobles) que por disputas se habían escindido de la ciudad de Tikal. En aquellos tiempos mayas, las guerras y liquidación de linajes determinaban que las ciudades tuvieran dirigentes impuestos o sumisos, en el caso de X Wac Chan Ahau, es notable que aparezca en la estela 24 (hacia el año 724), en una posición de conquista sobre otro ahau que se encuentra amarrado y sometido a sus pies. La reina de El Naranjo gobernaba con mano dura y participaba al menos en los rituales de flagelación, degradación y decapitación de los enemigos, quizá igualmente en las batallas, lo desconocemos, lo cierto es que entre los dirigentes mayas hubo reinas y algunas de ellas, violentas.
Decadencia
Es común escuchar decir que los mayas desaparecieron misteriosamente del planeta, existe un género literario formado de ésta creencia y otras más que la mente occidental y el criterio mercantilista han endosado a los mayas, pero los mayas no desaparecieron, actualmente existe un millón y medio de maya-parlantes en el Norte de Yucatán, en Chiapas se hablan el popoloca (desapareciendo) el tzotzil, el tzeltal, el tojolabal, el mame, el lacandon y el chol, idiomas que al hablarse desde hace miles de años, significa que sus hablantes nunca desaparecieron. Sin embargo, tuvieron periodos de crisis y decadencias provocados por sequías y sus consecuentes hambrunas y enfermedades, cataclismos que provocaron periodos de decadencia y renacimiento.
La última fecha maya está registrada al inicio del siglo X, después los mayas dejaron de escribir de manera sustancial ¿por qué? La escritura dijimos era el instrumento y garante del poder para los ahauob’, aquellos Señores de la Palabra que se comunicaban con las divinidades para negociar la prosperidad agrícola, de pronto perdieron contacto divino y la sequía devaluó su poder delante a sus súbditos, hubo crisis en el Mundo Maya que desembocó en una cruenta guerra de todos contra todos, los códigos se perdieron, la estructura sucumbió… por aquellos tiempos de la Gran Sequía, Teotihuacan igualmente fue abandonada y diferentes grupos de nobles (pipiltzin) emigraron hacia el Sur, formando los clanes de los Xiuh, los Cocom y los Itzá que al fusionarse con los pueblos mayas sobrevivientes formaron un nuevo gobierno, al estilo teotihuacano, donde varios dirigentes decidían el devenir colectivo y, al no existir el culto a la personalidad, desapareció la escritura por no tener razón de existir en un gobierno colectivo. Los nuevos reyes mayas se llamaron Halach Uinicob’ que significa los Hombres Verdaderos y si éstos se consideraban verdaderos es porque los ahauob’, al perder el poder de invocación con la palabra sagrada, fueron falsos y desaparecieron junto a sus jeroglíficos.