Por su exuberancia, su verdor y sus ríos siempre pletóricos de agua la Huasteca potosina presenta una increíble diversidad climática, geográfica e incluso étnica, así como de rituales y cosmogonía prehispánica.
Al norte del Altiplano Central, se ubica uno de los estados con mayor diversidad natural: San Luis Potosí, el cual, debido a su variedad geográfica y climática tiene cuatro regiones muy marcadas: La Capital y sus alrededores es la primera de ellas. El Altiplano, es la segunda. Ahí, en virtud del clima árido, se encuentra la más baja densidad de población. Turísticamente hablando, salvo por el muy visitado Real de Catorce, las poblaciones de sus quince municipios son prácticamente desconocidas para la mayoría de la gente, incluso para los propios potosinos. La Zona Media, por su parte, está formada por los fértiles valles de la cuenca de Río Verde, que separan al desértico Altiplano de la exuberante y tropical Huasteca. Entre los atractivos turísticos existentes se puede mencionar a la Laguna de la Media Luna, cerca de Río Verde, y a las Cascadas del municipio de El Naranjo.
El gran contraste en el estado, es sin duda, la Huasteca, por su exuberancia, su verdor y sus ríos siempre pletóricos de agua. Esta zona presenta una increíble diversidad climática, geográfica, orográfica e incluso étnica, así como de rituales y cosmogonía prehispánica. Entre ellos, aquéllos que tienen que ver con la fertilidad, la riqueza de la tierra y los cambios de estación.
Cuarzos y chamanes
Cada año, los sitios arqueológicos de Tamtoc y Tamohi (El Consuelo), ubicados en el municipio de Tamuín, estarán abiertos al público el 21 de marzo para dar la bienvenida al equinoccio de primavera.
En Tamohi (El Consuelo) se permitirá realizar la «Ceremonia de Purificación», en donde cientos de habitantes de zonas aledañas al sitio, así como de los estados vecinos de Nuevo León y Tamaulipas visitaran el sitio que muchos califican de energético, para darle la bienvenida a la primavera. Todos provistos de cuarzos, con indumentarias de color blanco y dirigidos por un chamán originario de la zona.
De la misma manera en el municipio de Axila de Terrazas, en las Cuevas del Viento, recibirán el equinoccio. Ahí una de las cuatro organizaciones de médicos tradicionales de los municipios de Tancanhuitz, Aquismón, Coxcatlán y Axila, asistirán a la Cueva del Viento y la Fertilidad, donde ejecutarán rituales de purificación, cambio de instrumentos e indumentaria para recibir a la primavera.
Es importante destacar que las zonas arqueológicas son controladas y resguardadas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia por lo que es importante seguir algunas sencillas reglas como la de no encender fuego, cuidar y no dañar las estructuras con que cuentan los sitios. El costo de entrada a Tamtoc es de 70 pesos, y aquí específicamente, en esta zona arqueológica no se permiten ceremonias ni rituales, aunque hay libertad de caminar libremente por las áreas peatonales señaladas para los recorridos.
Pleitesía al maíz
En Tamaletom, comunidad de aproximadamente 2 mil habitantes de habla tenek, localizada en el Municipio de Tancanhuitz de Santos, también tiene lugar una de las expresiones culturales más antiguas y profundas de los herederos de la tradición maya huasteca.
Desde tiempos inmemoriales existe en el centro de la comunidad un reducto ceremonial donde se hacen rituales cíclicos que se han mantenido por generaciones a través de lazos de parentesco en los que intervienen los voladores de Bixom T ́iiw (bailadores del Gavilán). Un ritual que recrea cada inicio y fin de cosechas donde el maíz es uno de los principales actores.
Dentro de esta cosmogonía el Ritual de los Voladores se lleva a cabo el 19 y 21 de marzo al mediodía, dedicando el ceremonial a los temas agrícolas y astronómicos, donde el equinoccio de primavera tiene una fuerte carga ritual pues simboliza el renacimiento de la vida, alegoría del inicio de las siembras de estación. En esta recreación del Vuelo del Gavilán intervienen 22 personas entre hombres, mujeres y niños; participan dos músicos, ocho voladores, un capitán, un ayudante o vigilante y diez mujeres que bailan alrededor del palo volador.
Los ejecutantes de la danza comienzan los preparativos desde un palo que ponen en un montículo para uso ritual, en un costado levantan un altar en donde piden permiso a los cuatro puntos cardinales, a los cuatro elementos (agua, fuego, viento y tierra).
En el acto supremo después de consagrar a la Madre Tierra el espíritu de la danza, el capitán da la señal y al mismo tiempo los voladores se lanzan al vacío en giros concéntricos haciendo conexión entre cielo y tierra, entre vida y muerte, entre mundo e inframundo.
Una experiencia única donde el sentido místico se combina con la tradición oral, la gastronomía, la música, la danza, la religión, la medicina tradicional y la producción artesanal. Un viaje a las profundidades del origen de la cultura Huasteca.
Más información: Cuevas del Viento y la Fertilidad