Sobre la costa del Golfo de México, a 130 kilómetros al sur de la ciudad de Campeche y tan sólo 85 de Ciudad del Carmen, hay un paraíso que pareciera diseñado para vivir un sueño; es una playa de arena blanca y fina, de aproximadamente 20 metros de ancho y tan sólo 10 kilómetros de largo que da hacia el mar por un lado y hacia un estero lleno de vida, por el otro. Su nombre es Sabancuy, al igual que el poblado que tiene al frente y el estero que los divide.
Sabancuy forma parte del municipio del Carmen y su situación geográfica la hace un paraíso tropical, ciertamente casi virgen y afortunadamente no alterado por la presencia humana, con la que comparte sustentablemente su riqueza mientras es refugio de especies amenazadas que hallan en sus aguas tranquilas, bajas y cálidas, un lugar perfecto para preservarse, como la tortuga carey.
En sí, todo el estado de Campeche es una invitación al ecoturismo, ya sea por sus manglares, que bordean las orillas de sus ríos; por el reto que significan sus bosques tropicales o por la belleza de su zona costera, de la que Sabancuy es claro ejemplo de conservación no sólo natural, sino cultural, pues es un poblado lagunero que guarda sus más rancias costumbres como si fueran su pesca más preciada, pero que se abre para mostrarlas al viajero que queda fascinado con los rojos amaneceres recortados por la figura del pescador tirando su atarraya sobre el estero, que a su vez espera para darle lo mejor de sí.
Y es que bajo esas aguas abundan el camarón, el ostión, la jaiba, el pulpo, el caracol y una gran variedad de peces como la lisa y el huachinango, variedades que conforman buena parte de la dieta local y a la vez, de su economía.
Pero no es la vida marina todo lo que encontrarás en este oasis, la tierra que rodea al estero y al poblado es igualmente rica y en ella se encuentran una gran variedad de especies dignas de admirarse, como jabirús y venados. En cuanto a la flora, encontramos una vegetación de tipo casuarina, es decir con abundancia de tulares y palmares.
La playa es ideal para quien busca una estancia tranquila, ya que por su baja profundidad, calmo oleaje y una suave pendiente, se presta perfectamente para que la visiten y disfruten familias completas, con niños y personas mayores, sin riesgo alguno al adentrarse en sus aguas. Además, la temperatura promedia los 20° C durante todo el año, por lo que resulta increíblemente agradable, sin un calor abrasivo, pero siempre templada; con un sol que baña y broncea nuestros cuerpos sin exceso, lo que complementa así la plena experiencia de gozo al visitarla.
Desde luego que aunadas a la tranquilidad que Sabancuy ofrece, hay muchas actividades qué llevar a cabo si te gusta la aventura, una de las cuales, quizá la más emocionante, es el buceo, que se puede practicar en la escollera, para admirar un mundo submarino tan espectacular como lo es Sabancuy en la superficie; la pesca deportiva es otra actividad, que además permite tener vistas del estero desde el mar.
Desde luego, existen temporadas para la pesca de ciertas especies, por lo que es necesario informarse si piensa practicarse este deporte. Como un tip, de abril a septiembre son los mejores meses para ello; también es posible practicar el veleo, que gracias a los vientos suaves y el agua tranquila, resulta un apacible paseo en convivencia total con el mar, tomando el sol y disfrutando de la belleza escénica de las costas campechanas.
Además de playa Sabancuy, el estero tiene otras playas de iguales características: Varadero, Santa Rosalía y Camagüey. Vale la pena hacer un tour en bote por los alrededores del estero para la observación de aves residentes y migratorias, que hacen sus nidos y colonias en las orillas, y que son parte esencial del paisaje, ya sea al verlas elevar el vuelo o suspendidas sobre los troncos de mangle. Garzas y cormoranes son parte de este lienzo natural.
Frente a la playa, del otro lado del estero, se encuentra el poblado de Sabancuy, donde la calidez de la gente es mayor que la del clima; todos parecen encantados de que les visites, de conocer su cotidianeidad y sus costumbres, de que te acerques un poco a la vida tranquila de una comunidad costera; en el pueblo hay todos los servicios: hospedaje, alimentación, servicios turísticos, todo con la cordialidad que les caracteriza y que se siente desde que llegas.
Una opción para hospedarte es el Sabancuy Plaza, en la calle Hidalgo, basta con preguntar. Otras opciones de más categoría están en Ciudad del Carmen, aunque se pierde vivir el ambiente pesquero de este pueblo, que te inunda durante tu estancia y que es el mejor servicio que la comunidad te puede dar.
También está la opción, si deseas en verdad convivir con la naturaleza, de acampar en los alrededores, lo que resulta una experiencia inolvidable.
Cerca de Sabancuy está el balneario Bahamitas, con albercas y otros servicios, vale la pena visitarlo. Pero si prefieres un paseo más cultural, se encuentra la zona arqueológica de Tixchel o desplázate hacia el norte, hacia la isla del Carmen, ahí se encuentra un pequeño sitio arqueológico por demás interesante Guaxiré. Por supuesto, aunque no cerca, está la Reserva de la Biosfera Calakmul, uno de los principales asentamientos mayas.
La especialidad de la zona, en cuanto a gastronomía, desde luego proviene del mar, y en los restaurantes locales, así como en los de Carmen, el pescado a la sal, la sopa marinera y el pámpano en cualquiera de sus variedades y preparaciones son los platillos típicos; hay varios restaurantes en los que vale la pena degustarlos.
Para llegar a este paraíso natural, ubicado al sureste del estado, puedes llegar al aeropuerto de Ciudad del Carmen y de ahí por carretera, a una hora. Si sales de Campeche, puedes tomar dos caminos: la carretera federal 186, desde Escárcega o la 180, desde Champotón. Existe servicio de transportación por autobuses saliendo de Campeche.
Como ves, Sabancuy tiene mucho por descubrir y disfrutar en sus playas y naturaleza, además de que puedes hacerlo parte de un viaje por la costa campechana, visitando otros de los muchos destinos que hacen de este litoral una zona de ensueño para el turista.
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