Nuevamente nos ocuparemos de comentar aspectos diversos de las Rutas Gastronómicas de México. En ediciones pasadas hicimos un recorrido por Baja California Norte y Sur; experiencia cien por ciento recomendable. Esta segunda entrega es acerca de la Ciudad de México, la gran capital de la República Mexicana; temida por unos, amada por otros. Espero que la disfruten tanto como yo, ya que ha sido un recorrido extraordinario.
Sinfín de actividades y habitantes
Con una extensión territorial de 1,495 km2, la capital del país, es considerada la entidad federativa más pequeña a nivel nacional y curiosamente la segunda más poblada. Es hogar para más de nueve millones de habitantes según el censo de población llevado a cabo por el INEGI en 2020. Su territorio se encuentra dividido en 16 aldaldías; las cuales, una a una, representan un estuche de sorpresas esperando a ser recorridas por todos nosotros. Tanta gente en tan poco espacio indica que definitivamente algo muy especial debe de albergar esta ciudad.
Existen un sinfín de sitios y actividades por visitar y realizar, sin embargo, elegí cinco zonas estratégicas, que permiten tener una clara perspectiva de lo que la Ciudad de México ofrece. Iniciando de sur a norte, dichas zonas son: Xochimilco, Coyoacán, San Ángel, Condesa, Roma Norte y Polanco.
De Xochimilco a San Angel
El recorrido inicia en Xochimilco, justo en el extremo sur de la ciudad. Zona conocida por sus famosas trajineras, sus canales y sus verdes chinampas. Mismas que fueron denominadas, desde el año de 1987, como Patrimonio de la Humanidad. Cabe destacar que Xochimilco suministra productos orgánicos, a nivel nacional. De sus tierras se cosechan frutas, hortalizas, pero principalmente flores. Definitivamente hay que dedicar un día para conocer su extenso mercado, dar un paseo por los viveros, comprar una que otra variedad de flores orgánicas, hacer el afamado recorrido en trajinera por el lago, pasar unas cuantas horas dentro del museo Dolores Olmedo, en donde se encuentran obras del famoso muralista Diego Rivera y la artista Frida Kahlo; para finalmente deleitarse con algún platillo de orígenes prehispánicos acompañado de un delicioso pulquito o comer una rica quesadilla mientras se hace el recorrido por las trajineras o saborear unos deliciosos esquites. Y habiendo terminado la visita por sus canales, vale la pena visitar alguno de los restaurantes que circundan el centro, en donde los huauzontles en chile pasilla, las ancas de rana en mole rojo, el conejo en pulque y la ensalada de acociles no pueden faltar. Y como postre uno de sus famosos helados.
La segunda parada corresponde a Coyoacán, igualmente al sur de la Ciudad de México. Durante el Porfiriato dicha zona fue considerada como el área de descanso de la clase pudiente. La mayoría de las construcciones se diferencian por sus grandes dimensiones, además de su arquitectura y su belleza sin igual. Conocida como la zona bohemia e intelectual de la ciudad, sus habitantes destacan por ser los lectores más ávidos del país; en definitiva, cuna de intelectuales. Hay que caminar la calle Francisco Sosa de principio a fin, disfrutar de la tranquilidad de la zona, al llegar al centro entrar a su majestuoso Templo de San Juan, hacer una parada en alguno de los tantos cafés. Una buena opción es tomar un café de olla en«El Jarocho»; dar la vuelta por el mercado de alimentos y degustar una quesadilla frita o una rica tostada. Vale la pena conocer el museo Frida Kahlo mientras después de la comida y entrada la noche. Y para cerrar el día un mezcal en «Los Danzantes» acompañado de ricos escamoles.
Como tercera parada tenemos a San Ángel, zona vecina de Coyoacán. Se le podría considerar como la hermana más joven de Coyoacán y un tanto más bella también. Reconocida por sus lindos jardines, resulta un excelente escaparate para los sábados, día en el que se instala el famoso bazar, el cual ofrece a la venta principalmente artesanías mexicanas y obras de arte en general. Un bonito recuerdo se puede adquirir en la tienda Archivo Casasola, en donde existe una de las colecciones de fotografía histórica mexicana más importante. Y para comer se recomienda una visita al pequeño pero encantador mercado de San Ángel.
En el mismo rumbo uno de los mejores exponentes de la nueva cocina mexicana, es el restaurante Paxia, del Chef Daniel Ovadia. Simplemente el final perfecto.
La Condesa, La Roma y Polanco
Dejamos atrás tierras sureñas y avanzamos un poco en dirección norte para llegar a la colonia Condesa. Paraje favorito de extranjeros; distinguida por su personalidad ecológica y un tanto marcada por sus inclinaciones europeas. Es la zona perfecta para salir a pasear a la mascota, tomar un helado, platicar con algún personaje interesante que nos podamos topar en la mesa de un costado mientras tomamos un café y por último regresar a casa utilizando una eco-bici. El sueño de Porfirio Díaz hecho realidad.
Para caminar la Calle Amsterdam y el Parque México, los favoritos. Para comer, el magnífico restaurante Azul Condesa, del Chef Ricardo Muñoz Zurita, autor de una larga lista de libros dedicados a la gastronomía mexicana.
Al llegar a la Roma Norte; la hermana grande de La Condesa, un poco golpeada por los años y las emociones, se deja ver tal cual la colonia: interesante, añeja y a la vez renovada. El paraje perfecto para salir y experimentar con alguna de las nuevas propuestas culinarias que abren casi cada fin de semana, ya sea para tomar algún bocadillo, cenar, tomar una cervecita, o un rico cafecito. En la Roma hay de todo y para todos. Los fines de semana el tianguis que se monta en el corredor de la Avenida Álvaro Obregón es un punto obligado, en donde se encuentra antigüedades de todo tipo. Todo es cuestión de salir a recorrer sus calles y dejarse seducir por sus años de experiencia.
Por último, pero no menos importante llega Polanco; la zona predilecta de los restaurantes de alta categoría, en donde las nuevas tendencias y la galantería culinarias se suceden. El recorrido para hacer las compras se hace por su extensa calle Presidente Masaryk o su centro comercial Antara Fashion Hall, en donde las más exclusivas boutiques se encuentran. Para comidas lujosas y cenas mexicanas, Dulce Patria de la Chef Martha Ortiz y Pujol del Chef Enrique Olvera los dejarán sin aliento con interesantes combinaciones de sabores y atrevidos montajes.
Habiendo caminado, conocido, comido y disfrutado en superlativo, el paseo se da por terminado. Esperemos que esta breve guía les sea de utilidad para aventurarse a conocer a una de las más intensas y coquetas capitales del mundo: la Ciudad de México.