En lo alto de la Sierra chiapaneca, enclavado entre el verde boscoso de la cañada, se yergue majestuoso, aún en su simplicidad rural, uno de los pueblos más bellos de México, no sólo por su arquitectura destacada, sino porque encierra toda una cultura que ha subsistido con el tiempo: es San Cristóbal de las Casas, famosa por sus techumbres rústicas y sus bellas iglesias.
De los templos que se encuentran en San Cristóbal, los más sobresalientes son: el de Santo Domingo, una maravillosa obra de arte, de fachada rosada y con parte de su decoración interior labrada en oro y la Catedral, edificada en el siglo XVI , de estilo barroco clásico. Sin embargo, hay muchas más muestras de arquitectura eclesiástica que bien vale la pena visitar.
La ciudad también cuenta con numerosos museos y jardines: El Centro Cultural de Los Altos, el Museo Sna-Jolobil, el Museo del ámbar de Chiapas, el de trajes regionales, el de Culturas Populares, el del jade, el de la medicina Maya, el Café-Museo del Café, el Jardín de orquídeas y la Casa de la cultura del Carmen (Ex-convento de la Concepción).
Por otro lado, la artesanía que ofrece esta ciudad es muy rica: el cuero mantiene su olor característico por largo tiempo; hay ponchos cortos de lana bruta; hermosos huipiles bordados a mano; una variedad inmensa de textiles y joyería en ambar y jade. Además es fácil conseguir la bella artesanía de Guatemala. El café de la región es exquisito y se consigue a muy buen precio.
Hay muchos lugares que se pueden visitar cerca de San Cristóbal, pero hay tres que se deben visitar: San Juan Chamula, Zinacantán y el Cañón del Sumidero. A cualquiera de ellos se puede llegar tomando alguno de los colectivos que salen del centro de la ciudad o contratando a alguna agencia de servicios turísticos.
La iglesia de San Juan Chamula es de sumo interés debido a que ahí se practica una religión propia que se sirve de instrumentos del culto católico. No cuenta con bancas y su piso está tapizado de ramas de un pino de la región de un olor agradable. En las paredes se pueden observar santos barrocos, pero los chamulas veneran a sus propios dioses bajo tradiciones distintas a las de la religión católica. Se encuentran espejos que les ayudan a los fieles a ver el reflejo de su alma; llevan ofrendas a sus dioses que ellos también consumen ahí mismo. Lo más sorprendente de entrar a la hora de un servicio, es que no se escucha una sola palabra en español.
Una de las cosas más interesantes de visitar este pueblo es que pareciera que uno no estuviese en el mismo país. Por otro lado Zinacantán es un pequeño pueblo, menos pintoresco pero hermoso. Es aconsejable no tomar fotos en ninguno de estos dos pueblos pues los habitantes las consideran insultos a sus dioses. Para visitar la iglesia de San Juan Chamula se debe pagar una pequeña contribución en el palacio municipal.
En el lado de la naturaleza, el Cañón del Sumidero, uno de los más impresionantes del país, ofrece un panorama natural colosal. Se puede hacer una excursión de una hora y media en lancha a lo largo del río Grijalva, saliendo de Chiapa de Corso. Es sorprendente ver la cascada «árbol de navidad,» sobre todo en tiempo de lluvia, con una caída de 800 metros de espuma, su belleza paraliza el tiempo. A lo largo del recorrido se escuchan los gritos de los monos aulladores y se logra ver a varios cocodrilos nadando o tomando el sol. En verano llueve todos los días y en invierno llega a bajar mucho la temperatura; es aconsejable llevar un impermeable o paraguas y un suéter abrigador.
San Cristóbal de las Casas es considerada por muchos turistas europeos, como la ciudad más bonita e interesante de México, por la sencillez de su gente, la rica biodiversidad de su naturaleza y la fuerte tradición indígena, que la hacen una ciudad misteriosa y mágica.
Situada en un hermoso valle boscoso, sus calles estrechas y sus coloridas casas con arcos y ventanas decoradas con hierro forjado y flores, hacen de esta ciudad de más de 215,000 habitantes un lugar maravilloso. Es la ciudad colonial más antigua y la capital cultural del estado de Chiapas. Mantiene vivo un espíritu mágico. Para quienes se interesan en la etnografía de los indígenas es un sitio fascinante, sobre todo por su mercado, a donde llegan indígenas de las comunidades cercanas que han logrado mantener sus orígenes.
Es muy fácil encontrar donde hospedarse en San Cristóbal. Hay desde hoteles 5 estrellas hasta habitaciones que ofrecen algunos habitantes a precios accesibles. Se puede encontrar información sobre estos albergues en las oficinas de información turística ubicados en el centro de la ciudad.
Todas las mañanas, muy temprano, llegan a pie decenas de indígenas a vender frutas y flores al mercado de la ciudad, situado a 8 cuadras al norte del zócalo. Se puede reconocer fácilmente el origen de quienes aquí venden por sus vestimentas. Huipiles de colores vivos bordados de flores son los trajes de los habitantes de Zinacantán, mientras que largas faldas de lana bruta negra o blanca visten las chamulas.
También es interesante visitar Na Bolom, una biblioteca etnográfica y ecológica fundada por Gertrude Duby-Blom, mejor conocida como Trudy, quien dedicó varios años de su vida a preservar a los lacandones. Esta etnia, habitante de la selva del Petén que entró en contacto con nuestra civilización en el ano de 1940 han intentado conservar su cultura. En la actualidad, algunas comunidades lacandonas ofrecen campamentos para realizar ecoturismo en la selva. No sólo nos acercan a su cultura y a la armonía en que conviven con la naturaleza, sino que también nos adentran a zonas arqueológicas no estudiadas, en medio de la majestuosidad de la flora y fauna de la selva.
Siendo una ciudad chiapaneca es natural que cuente con una gastronomía que capta todos los gustos y cautiva a los visitantes con su amplia gama de sabores. Entre los platillos más representativos, en los cuales se puede percibir una fusión entre la cultura indígena y la española, se encuentran las chalupas coletas, tamales de azafrán, sopa de pan, atole de granillo y una bebida conocida como posh, líquido sagrado para los indígenas.
Para realizar turismo ecológico puedes visitar la Reserva de Huitepec, un bosque de niebla que alberga flora y fauna típica del ecosistema. En el Arcorte podrás disfrutar de formaciones rocosas en un bosque de pino, igualmente en la Reserva Ecológica Rancho Nuevo, exuberante región selvática. Toda la zona cuenta con vistas naturales inigualables.
Todo esto, pero más que nada su bella traza, sus detalles ornamentales, la sencillez de sus parques y el contraste representativo de sus blancos muros y sus techos rojos, hacen que San Cristóbal, sea un destino imposible de omitir cuando se viaje a Chiapas.
Más información: Visit Chiapas