La ciudad de San Francisco, en California, Estados Unidos, es una apacible metrópoli que ocupa la punta de una península de 50 kilómetros de largo, situada entre el Océano Pacífico y la bahía, y se caracteriza por sus 43 colinas. Destaca también como capital de la educación superior y tecnológica, con universidades y centros como Berkeley, Stanford y el Silicon Valley.
Cuando Tony Bennet cantó “I left my heart in San Francisco”, seguramente no imaginó los millones de turistas que dejarían un poco de ellos tras haber visitado esta ciudad que, de frente a la bahía, guarda historias de rock, hippies y mafia; que vive una vida desenfrenada con sabor a aventura y nostalgia al mismo tiempo.
Asentada en una pequeña porción de tierra de menos de 125 km², en una península cuyo único contacto con tierra firme está al sur, esta ciudad californiana tiene todo para pasarla verdaderamente bien.
Esta metrópoli tiene infinidad de atractivos turísticos; por ello, varios escritores han quedado prendidos de su belleza y han plasmado sus lugares en obras literarias, por ejemplo en “La bahía perfecta” como la definió Stevenson; fue un sitio de paso para un joven Jack London camino del norte y el lugar donde Dashiel Hammett descubriría su Halcón Maltés, entre otros.
San Francisco es una ciudad de barrios, y en cada uno se tejen historias de costumbres tan añejas como las casas victorianas que se cuelgan de sus calles sinuosas, conocidas como las “painted ladies”. El barrio de Marina da cabida a los jóvenes profesionistas, es un vecindario hasta cierto punto snob; Richmond es el lugar escogido por los viejos rusos para vivir y dejar sus costumbres; Mission es la zona de latinos, lo que le da un ambiente cálido, hasta familiar para quienes tenemos los mismos orígenes; Chinatown, es parte de la identidad de esta ciudad, y es donde los inmigrantes asiáticos han desarrollado una próspera economía.
El South of Market, a partir de 2004 ha sufrido una transformación al más puro estilo de Manhattan, con grandes rascacielos y una vida económica acelerada y constante; la zona The Castro es el centro de la vida gay en la ciudad, y es que San Francisco es liberal por tradición, y en ella se encuentra la comunidad homosexual más importante de América, así como fue también la capital hippie en los sesentas, cuando ocuparon el barrio de Haight-Ashbury, que posteriormente se convirtió en el hogar de boutiques de marcas renombradas, aunque aún conserva algunas tiendas y bares bohemios; por su parte, Tenderloin y Bayview-Hunters Point son los barrios de mayor pobreza y mayor índice de delincuencia, aunque se trabajan planes para remodelar e impulsar estos suburbios.
Muchos barrios más conforman la enorme diversidad cultural de la ciudad, entre los que podríamos mencionar North Beach donde se ubica el bullicioso barrio italiano, Nob Hills, Potrero Hill, y Bernal Heights, entre otros.
Un poco de historia
Para llegar a esta distribución urbana, San Francisco pasó por diversas épocas que le fueron dando la personalidad que hoy la distingue.
Los Yelamú, una tribu indígena, habitó la zona desde hace 10,000 a 20,000 años. Al pasar los primeros exploradores españoles, no le dieron importancia a la bahía, un poco por su difícil acceso y abrupta geografía, por lo que siguieron al norte. Esto cambió en 1770, cuando Gastón de Portolá reclamó la bahía como propiedad de la corona española. En 1776, el español Juan Bautista de Anza fundó la actual ciudad de Presidio de San Francisco y la misión San Francisco de Asís, en donde se instalaron los misioneros provenientes de México.
La misión se abandonó en 1833, y junto con ella, aunado a las guerras con los colonizadores, desaparecieron también los últimos rastros de las tribus Ohlone y Miwok.
El desarrollo por parte de la población no hispana comenzó en 1822, cuando un ballenero inglés reconstruyó una parte de Yerba Buena, que permaneció como una pequeña ciudad hasta la guerra México-Estados Unidos en 1846. La fuerza naval americana reclamó la zona para Estados Unidos y cambió el nombre a «San Francisco». Con la fiebre del oro en 1848, la ciudad entró en un periodo de rápido crecimiento que no ha parado desde entonces.
Atractivos turísticos de San Francisco
San Francisco tiene mucho qué ver, y es imposible dejar de conocer algunos lugares que son emblemáticos de la ciudad.
Uno de estos sitios es el ya mencionado Chinatown, que alberga la comunidad asiática más antigua de Norteamérica, ya que data de 1850. Es como una pequeña ciudad dentro de la urbe, con 24 manzanas. En Chinatown se pueden comprar recuerdos orientales, disfrutar de su gastronomía auténtica y admirar muchas de sus costumbres.
Igualmente atractivo, aunque en otro sentido, resulta el Parque Nacional Yosemite, que alberga ríos, cascadas (como la Cascada Yosemite, de 750 metros de caída), acantilados de granito, bosques de sequoias e impresionante vida salvaje, por lo que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1984.
Como uno de los símbolos que representan a la ciudad, se yergue el puente colgante Golden Gate, uno de los monumentos más emblemáticos del estado de California. Une a la Península de San Francisco en su parte norte con el sur del condado de Marin. Se terminó de construir en 1937 y está considerado como pieza maestra de los puentes suspendidos, al cual lo sostiene un cable con una longitud de 1,280 metros y un diámetro de 92.6 centímetros. Con sus dos torres de 227 metros de altura, este gigante tardó cuatro años en ser construido.
Entre las islas de la bahía está Alcatraz, y en ella uno de los atractivos más famosos de la ciudad, la prisión del mismo nombre, hoy ya en desuso. Alcatraz funcionó como una cárcel de máxima seguridad de los Estados Unidos, de la que hay cientos de anécdotas, historias y leyendas, debido a que ahí estuvieron prisioneros tan famosos como Al Capone. Las fugas e intentos por evadirse fueron múltiples y una de ellas, la de Frank Morris, llegó a la pantalla grande.
El Fisherman’s Wharf es el barrio más turístico. Ofrece una gran variedad de bares y restaurantes y la oportunidad de disfrutar del espectáculo que cientos de leones marinos brindan al aire libre, menos en primavera, que es la época en la que se aparean. La vida nocturna del lugar es por demás atractiva.
La catedral de Santa María es otro lugar que no te puedes perder en San Francisco. Se ubica cerca de Japantown. Es una imponente edificación, obra de arquitectos locales y del italiano Pierluigi Nervi.
En el Civic Center encontramos edificios administrativos y civiles como la Biblioteca Pública, el Ayuntamiento, el War Memorial Opera House y el Veteran’s Building, donde se firmó la carta fundacional de las Naciones Unidas en 1945. Admira sus vitrales policromados y sus esculturas y puertas de bronce.
No dejes de conocer Sausalito, una pequeña población localizada en Marin County perteneciente a la zona de la Bahía, es un bello lugar con vistas excepcionales. Se llega cruzando el Golden Gate.
Tampoco puedes perderte el Palacio de Bellas Artes o dar un paseo en ferrocarril funicular por Nob Hill, o caminar por los escalones de la calle Filbert; también date una vuelta por la calle Macondray Lane.
El edificio Pirámide Transamérica, es otra opción para entender los cambios que ha vivido la ciudad hasta la modernidad. Con 260 m. de altura, es el edificio más alto de San Francisco y sus líneas especiales lo han hecho poco a poco un ícono local.
Desde luego, no has ido a San Francisco si no viajas en sus famosos Cable cars, pintoresco transporte, inventado por Andrew Hallidie en 1873, el cual se mueve a través de un cable subterráneo y avanza a una velocidad de 15 kilómetros por hora, uno de los principales símbolos de San Francisco. los tranvías que recorren sus calles empinadas y que los ha hecho parte de la escenografía local. El sistema se inauguró en 1873, sustituyendo a los antiguos carruajes de caballos.
Hay varias rutas para disfrutarlos: La línea California Street, la Powell-Hyde y la Powell-Mason. Y ya subidos en este tren, visita el Museo del Tranvía, con la historia de los mismos, su remodelación y actual uso. La entrada es gratuita, con horario de lunes a domingo de 10 a 18 hrs.
Además de los tranvías, numerosos autobuses recorren la avenida Market, el metro o Bay Area Rapid Transit System (BART) es muy útil para ir a las localidades del este de la bahía y el autobús interurbano Golden Gate Transit.
Cultura en San Francisco
Otra faceta de San Francisco es su cultura, y esto lo demuestra la gran cantidad y calidad de sus museos. Como una pequeña prueba, permítenos recomendarte algunos:
El Museo de Arte Moderno de San Francisco, alberga una magnífica colección permanente de arte contemporáneo del siglo XX; el Museo Legion of Honor, en el Lincoln Park, engloba principalmente antigüedades europeas; el Young Memorial Museum incluye piezas decorativas americanas y artículos antropológicos de África, Oceanía y las Américas; la Academia de las Ciencias de California es un museo de historia natural que también alberga el Planetario Morrison y el Acuario Steinhart. Su estructura actual, con un techo verde, es un ejemplo de arquitectura sustentable; el Palacio de las Bellas Artes, construido para la Exposición Universal de San Francisco de 1915, ha sido la casa del Exploratorium desde 1969 y es un museo de ciencias interactivo.
Además, San Francisco es sede continua de festivales como la Folsom Street Fair, en septiembre, el Desfile de Año Nuevo Chino en febrero, el Carnaval durante la primavera, el Litquake y el Hardly Strictly Bluegrass en octubre y el Love Parade (ahora conocido como «Lovefest») a finales de verano y principios de otoño.
Otras atracciones
Como un atractivo más, en San Francisco existen más de 200 parques. El mayor y más conocido es el parque Golden Gate, en él se ubican el Conservatory of Flowers, el Japanese Tea Garden y el Jardín Botánico de San Francisco.
El lago Merced es un lago de agua dulce rodeado de zonas verdes muy cerca del zoológico de San Francisco, que a su vez alberga más de 250 especies, muchas de ellas en peligro de extinción.
En San Francisco se puede comer de todo, hay restaurantes especializados en casi todas las cocinas del mundo. Pero ya que se está en una de las ciudades más orientales de Estados Unidos, no hay que dejar de ir algún día a un local chino, vietnamita, japonés o mexicano. La cocina francesa suele representar negocios más caros, mientras que la italiana comprende un amplio abanico: desde pizzerías muy baratas hasta restaurantes de lujo. Para descansar, existen hoteles para todos los gustos y precios.
El clima es templado, con una temperatura que nunca baja a cero y raramente supera los 25 grados. Durante el verano se presenta el fenómeno de la niebla; los meses de lluvia van de noviembre a marzo, y el frío llega en diciembre y enero.
Como ves, San Francisco tiene mucho que ofrecer a sus visitantes, y te deja en el corazón un recuerdo imborrable, lo que hace que siempre quieras regresar, una y otra vez, y cada una es diferente, como un nuevo descubrimiento de esta bella ciudad costera que en realidad puede llegar a enamorarte.
Más información: Visit California