Año con año, los frondosos bosques de oyameles, pinos y encinos de la Reserva de la Biosfera “Santuario de la Mariposa Monarca”, son escenario de un fenómeno sin igual en el reino animal: la llegada a su destino de millones de mariposas Monarca, las que recorren más de 6 mil km. en la época invernal, con el fin de conservar su especie.
Este fenómeno migratorio es único entre las especies de mariposas conocidas, muchas Monarca mueren debido al titánico esfuerzo, amén de sus depredadores. Durante su travesía, emplean sus antenas como instrumento de guía y equilibrio, gracias a ellas, pueden viajar miles de kilómetros sin extraviarse. Su exactitud es prodigiosa: las mariposas que viajan a México en el otoño, al regresar a Estados Unidos y Canadá durante la primavera, utilizan los mismos árboles en los que posaron sus antepasadas.
La migración es de tal interés ecológico, científico y cultural, que los bosques que constituyen su destino han sido protegidos. El Estado de México protege parte del Cerro Altamirano en el municipio de Temascalcingo; Sierra el Campanario, en San Felipe del Progreso y Cerro Pelón, en Donato Guerra.
Sagrada por naturaleza
Las mariposas han sido objeto de admiración desde tiempos muy remotos y tal vez como en ninguna otra parte, en las creencias religiosas de las culturas prehispánicas de México y Centroamérica. Su simbolismo se relacionaba con la luz, el calor y la regeneración: elementos de la vida; sin embargo, también se asociaba a las mariposas nocturnas con fuerzas de la noche y de la muerte; por ello, les llamaban mariposas de la muerte o miclanpapálotl. Para los mexicas, la mariposa era el dios de los pueblos antiguos; Alfonso Caso manifiesta que esta creencia pudo haberse originado en Teotihuacán, como lo muestra el patio central del Palacio de Quetzalpapálotl, donde aparecen mariposas con cabeza de quetzal.
Asimismo, la mariposa se representó con Xochiquetzal, en los Atlantes de Tula; en los pectorales de varias representaciones de Quetzalcóatl, en el caso del dios Xipe-Totec, con una mariposa en los labios. Luego los caracteres del dios mariposa se redujeron a unos cuantos elementos como los ojos redondos y fijos, rodeados de plumas de quetzal y con antenas estilizadas y la trompa contraída.
Con frecuencia, la enigmática y etérea mariposa es señalada como representación del alma. Y la Monarca, por su ejemplo de tenacidad y estoicismo, es la alegoría del espíritu empeñoso y del ánimo tenaz de los habitantes del Estado de México.
Memorable experiencia
En la actualidad, el Estado de México ha abierto al público tres “Santuarios de la Mariposa Monarca”, ubicados en el Capulín, La Mesa y Piedra Herrada, en los municipios de Donato Guerra, San José del Rincón y Temascaltepec, respectivamente.
Además de admirar en todo su esplendor el bello espectáculo de la Mariposa Monarca, realizar el recorrido por sus bellos escenarios de montañas, cañadas y frondosos bosques, ya sea a pie o a caballo, con guías autorizados, más los deliciosos antojitos y las magníficas artesanías, hacen de la ocasión una verdadera experiencia inolvidable.
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