Andalucía en Sevilla es la provincia del sol, de los poetas, de tesoros históricos incomparables, principal heredera de la cultura árabe y guardiana de tradiciones ancestrales.
Aquí se encuentra Sevilla, ciudad que esconde tesoros, misterios y leyendas, deliciosos platillos que disfrutar, calles estrechas y plazas de fuentes cristalinas que llenan de encanto en múltiples formas al viajero que se adentra en su localidad.
Como capital de Andalucía, la bella Sevilla, la de los héroes romanos, leyendas árabes y misterios medievales, es una ciudad cuyos edificios y torres cuentan historias de tiempos remotos.
Las Sevillanas, la danza más alegre de España, no podía haber nacido en otro lugar, porque al mismo ritmo en que se mueven los pies de las bailarinas y ondean sus faldas multicolores, Sevilla irradia un deseo de vivir como el de un enorme corazón palpitante, cuyos latidos resuenan en lo más profundo del alma de los que la visitan.
Sevilla, cuna de Hércules, Murillo y Bécquer
A orillas del Guadalquivir, el río que se dice que fue hecho especialmente para ella, Sevilla se enorgullece de todos los personajes que dejaron huella en su historia.
Los romanos decían que Sevilla -en ese tiempo llamada Itálica-, fue fundada por el mítico Hércules, lo cierto es que ya había fenicios e iberos antes de los romanos. Luego sería dominada por los visigodos y árabes; fue el alma de la Reconquista de los Reyes Católicos, cuna de su hijo y altar de Carlos V.
No solamente era la cabeza del Nuevo Mundo sino que guarda los restos de su descubridor, Cristóbal Colón, y su conquistador, Hernán Cortés, quien murió en sus cercanías. En una pequeña cárcel sevillana vino a la vida Don Quijote de la Mancha, mientras que aquí vivieron Diego Velázquez, Murillo y Bécquer.
En torno a La Giralda
Imponentes en la mañana, surgen los 98 m. de la Torre de La Giralda, que con sus sonoras campanadas es la eterna guía de los sevillanos.
Se trata del almenar de la antigua mezquita mayor almohade, asentada sobre piedras romanas. Su dibujo arquitectónico es realmente bello. Su nombre se debe a que en 1565 a la torre original se le añadió el cuerpo de 25 campanas y la enorme estatua de la Fe, una veleta, o como aquí conocen, un “giraldillo”.
De Vírgenes y Reyes
Uno de los templos cristianos más importantes en el mundo es la Catedral de Sevilla. En su interior se encuentra la Capilla Real, de estilo gótico con elementos renacentistas, la de la Virgen de la Antigua y la Virgen de la Sede; la tumba del Rey Don Alfonso X El Sabio y las criptas del Rey Don Pedro el Cruel y la espada de San Fernando.
Ahí se localiza la Sacristía de los Cálices, retablo de Murillo, Zubarán y Goya. La Biblioteca Colombina, con volúmenes extraños o únicos, legado de Hernando Colón, hijo del célebre navegante, es uno de los recintos culturales más importantes de la entidad.
La Lonja y atractivos circundantes
La Casa de la Lonja se construyó a finales del siglo XVI, pero desde 1875 se convirtió en la sede del Archivo General de Indias, por lo que puedes encontrar documentos del puño y letra de Colón, Magallanes o Hernán Cortés, mapas y planos antiquísimos.
En lo que antiguamente era la Capilla del Cabildo, se localiza el Museo de Arte Contemporáneo, cerca del Palacio Arzobispal.
En Sevilla, calles de vida, agua pimienta
El Barrio de la Santa Cruz es el barrio de la judería, el más típico en Sevilla y el más típicamente andaluz, con sus casitas blancas, rincones, plazas, callejones y laberintos de calles con curiosos nombres: Vida, Gloria, Aire, Ataúd o la de la bella judía Susona (quien al morir, como castigo a sus pecados, mandó colocar su calavera nada menos que ¡sobre la puerta de su casa!).
Se puede entrar directamente desde el Alcázar, detenerte en una de sus placitas, encontrar monumentos artísticos e históricos, como la Cruz de la Cerrajería, de hierro, labrada como finísima filigrana.
En otra pequeña plaza están las cenizas de Murillo; el Palacio de Pilato, lleno de arcos, de piso con diseños de mosaicos cafés, azules y blancos. Su fuente y dos estatuas de la diosa Minerva hacen que sea considerado “la más bella de las obras renacentistas hispalenses”.
Torres del Oro y Plata
No dejes de visitar el majestuoso Guadalquivir. Por el Paseo Colón, pasando por la Maestranza. En una ciudad donde sus toreros tienen fama de poseer una gracia inimitable y se venera el recuerdo de Joselito y Belmonte, la plaza de toros tenía que ser la más singular de todas. Y así es la Maestranza, con sus arcos, balcones y macetas.
Enmarcadas por el Gran Río encontramos la Torre del Oro y la Torre de la Plata. La primera es dodecagonal y se supone que obtuvo su nombre porque cuando los árabes la construyeron como parte de una muralla para defender el puerto, estaba recubierta de azulejos dorados. Ahora, en su interior se encuentra el Museo Marino. En cuanto a la de Plata, ésta es octagonal y menos llamativa, pero no deja de ser el complemento de su hermana mayor.
Barrio de Casas Blancas con aire de mar
Nos adentramos en el Barrio de Triana, el lugar en donde se cree que surgió el flamenco, primero entre los gitanos que ahí vivían, luego pasando a los «payos» que amarían este arte.
Los habitantes veneran al Cristo del Cachorro y a la Virgen de la Esperanza; el primero en la Capilla del Patrocinio, la segunda en la de los Marineros.
Museo Arqueológico
Este recinto tiene sus orígenes a mediados del siglo XIX. El edificio donde está instalado se construyó para la Exposición de 1929.
En el año 1942 se trasladó aquí la colección arqueológica, convirtiéndose entonces en Museo Provincial Arqueológico. Este museo tiene tres plantas: En la planta baja encontrarás objetos procedentes de yacimientos prehistóricos de la provincia, siguiendo un orden cronológico. En la planta principal hay materiales de la época romana, y posteriores. La mayor parte de estas piezas proceden de la antigua ciudad de Itálica.
Sevilla, resguardo de las Bellas Artes
El Museo de Bellas Artes está considerado como la segunda pinacoteca del país, después del Museo del Prado en Madrid. Este edificio era el antiguo convento de la Merced Calzada.
En la Sala I, se exponen obras del arte medieval español; en la Sala II, las del Renacimiento, entre cuyos tesoros se admira el cuadro del Greco “Retrato de su hijo Jorge Manuel”, y la magnífica escultura de “San Jerónimo penitente” de Torrigiano.
La Sala III, abarca el siglo XVII, en tanto que la Sala IV expone el Marienismo. En esta sala podemos ver una serie de cuadros realizados para este convento por Alonso Vázquez y Pacheco.
La Sala V y su periodo Barroco, da muestra de la serie de cuadros que Murillo pintó para la iglesia del convento de Capuchinos de Sevilla, además de otras obras de este pintor en las Salas VI y VII.
La Sala VIII esta dedicada a Valdés Leal, en donde se da cuenta de su obra, mediante una serie de cuadros que representan la vida de San Jerónimo para el Monasterio de Buenavista y la serie de San Ignacio, de la Casa profesa de la Compañía de Jesús.
En las siguientes áreas, se expone: Sala IX: Pintura barroca europea; Sala X: Zurbarán; Sala XI: Pintura español y sevillanas; Sala XII: Tránsito del Romanticismo al Realismo; Sala XIII: Romanticismo, mientras que en la Sala XIV: obras de artistas del Siglo XX.
Saciando el apetito
En el Barrio de la Santa Cruz, la especialidad son las «tapas» (de hecho, Sevilla es el reino de las tapas); es decir, entremeses o botanas que pueden hacerse con muchas cosas: camarones, gambas, callos a la madrileña, caracoles, jamón, etc. Sierpes es una de las zonas donde se pueden disfrutar de estos platillos.
Uno de los platos más típicos es el pescado frito troceado en una pasta especiada que llaman adobo, al igual que los famosos Huevos a la Flamenca. Otra opción es el cocido a la sevillana.
Como postre, puedes degustar una gran variedad de dulces del país: cortadillos, cabello de ángel, alfajores, mostachones, entre otros.
Para llevar a casa
Ir de compras puede ser una experiencia muy gratificante en Sevilla. Uno que otro llaverito o pluma con la leyenda «¡Viva Sevilla!» para los amigos, un par de simpáticas muñequitas vestidas al estilo sevillano, un abanico para mamá, o bien, alfarería, cerámica, orfebrería y trabajos en plata.
En tus próximas vacaciones, tómate un tiempo para adentrarte en la bella Itálica, conocerla es cautivante…
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