En Jalisco no todo es tequila, mariachis y playas, también hay paraísos terrenales que inspiran a la meditación, la aventura y el esparcimiento; nos referimos a la zona de la Sierra de Amula. Enclavada en la provincia del Eje Neo-volcánico, se encuentra esta región de Jalisco que tiene en la belleza escénica de sus municipios la mayor muestra de su esplendor y de su conformación geológica. Ubicada en la región hidrológica Armería-Coahuayana, da cauce a un gran número de ríos, riachuelos y arroyos que son parte de su atractivo.
Pareciera que, representando apenas el 5.29% del territorio jalisciense, esta región suroccidental del mismo pudiera carecer de una vasta y variada oferta turística, pero no es así. Cada una de sus poblaciones es una sorpresa consecutiva y van mostrándonos por aquí y por allá llamativos paisajes, muestras de arquitectura colonial, testimonios prehispánicos, inusitados ejemplos de riqueza natural y sobre todo, sonrisas interminables que son el regalo más caro de su gente.
Pero no hay como internarse en cada uno de los bellos municipios de la región para empaparse de su belleza y conocer a fondo esta zona del estado. Comencemos el viaje:
Atengo
Este pueblito cálido se caracteriza por su gente y nada resulta más grato que andar por sus calles y cruzarse con ella, que siempre nos regaló una sonrisa; sin embargo es más que eso. De entre su sitios de interés vale la pena visitar el templo antiguo de Atengo, el Templo del Rosario y la Presidencia Municipal.
También son dignas de conocerse las esculturas de La Virgen de la Natividad en el pórtico del templo antiguo de Atengo, y la imagen de la Virgen de Guadalupe, en el atrio del templo. Para pasar un día caluroso, nada como visitar el río Atengo y el San Pedro, además de los arroyos de caudal permanente como el Salitre, La Pila y Yerbabuena y en época de lluvias los arroyos de caudal como Cofradía de Pimienta, Los Guajes y Agua Fría.
Chiquilistlán
Este antiguo pueblo tiene en sus calles ese añejo sabor de antaño, donde guarda la historia que lo vio nacer y crecer hasta la actualidad. Tiene escenarios ideales para el ecoturismo como los ríos el Capula y Mortero, que componen el río Ferrería, y los arroyos El Jalpa, La Lima, Los Sauces, El Plan, Agua Delgada y El Salto. También hay numerosos manantiales, entre los que se encuentran la Manzanilla, Ojo de Agua, Carrizales, las Pilas y las lagunas de Milpillas y la Lima.
En el pueblo se puede admirar un bello acueducto y la Parroquia de la Asunción. A sus alrededores hay atractivos naturales como los paisajes de la Sierra de Tapalpa y los cerros de Chiquilichi con sus vestigios arqueológicos; hay balnearios de aguas termales como los de Paso Real y El Salitre y varias cascadas naturales.
Ejutla
Este hermoso pueblo tiene una rica historia plasmada en sus muros y jardínes. El municipio tiene muchas y muy variadas corrientes acuíferas, como son el río Tuxcacuesco y los arroyos Ejutla, Grande, Guayaba, Texcal y Salatillo. Cuenta además con la presa «Basilio Vadillo», que popularmente es conocida como «Las Piedras». La rodean bosques naturales en los cerros La Majada, Palo Gordo, Los Añiles y San Luis; además ofrece al viajero paisajes importantes como La Cueva, La Casa de Piedra y el cerro El Mangón.
El Grullo
Al llegar a este poblado de Jalisco, llama la atención en su plaza un bello kiosko con ocho diosas blancas que hacen las veces de columnas, sosteniendo la techumbre de estilo francés del recinto. Entre sus atractivos naturales está el río Ayuquila, que le sirve de límite con Autlán. Cuenta además con los arroyos El Colomo, El Saucillo, Platanar, y Capirote. Dentro de la ciudad puede visitarse la Parroquia de la Vírgen de Guadalupe y las haciendas de Ayuquila y la de Goña, ambas de gran trascendencia histórica y arquitectónica.
El Limón
Enclavado en un inmenso verdor dejando destacar sus techos rojos, está este bello poblado jalisciense que surge de entre la maleza. Su principal corriente es el río Tuxcacuesco, que cruza su territorio por el poniente, siendo un bello lugar para practicar el ecoturismo.
En El Limón se puede admirar la Parroquia de San Juan y la Hacienda del Realito. Como atractivos naturales, tiene bosques localizados en el cerro del Narigón, el de La Capilla, y el de Las Tareas, así como el arroyo de Las Piletas, el manantial Las Higueras y la presa de Luis.
Juchitlán
Primitivamente este poblado se llamó Xochitlán o Zochitlaque. A la llegada de los españoles, esta zona estaba habitada por cuyutecos. Tiene una gran riqueza natural en sus alrededores, motivo por el que es un atractivo para los turistas de naturaleza o ecoturistas. Del centro-norte al sureste, el municipio es atravesado por el río de Tecolotlán o Tamazula. Cuenta con los arroyos permanentes de Ferrería, San Gaspar y San Ignacio y los arroyos de temporal, como El Aguacate, Corrales y Corcovado.
El Cañón de los Mojos se muestra como un interesante paisaje por su gran profundidad y la vegetación de galería en el fondo. En el poblado es digno de visitarse el Templo del Sagrado Corazón, con tres imágenes peregrinas de la Vírgen: La Purísima, la de Agosto y La Peregrina.
Tecolotlán
Para quien ama la libertad y la aventura, y goza de la belleza escénica, Tecolotlán es un poblado que ofrece todo. Entre sus atractivos están el Río Ferrería, con un sinfín de oportunidades para gozar de la naturaleza. Más encantos naturales son la Sierra de Quila, en la cual existen majestuosas caídas de agua de más de 30 metros como el salto de Santa Rosa, el de La Campana, El Venado y el de La Disciplina.
Ahora que si lo tuyo no es el movimiento y prefieres disfrutar de la tranquilidad del pueblo, en él podrás admirar la Iglesia del Sagrado Corazón y el Santuario de La Purísima. También, destaca como una joya arquitectónica el Centro Cultural Tecolotlán, con la exhibición permanente de un gliptodonte fósil.
Tenamaxtlán
Limitando al norte con el municipio de Atengo, al sur con el municipio de Unión de Tula, al este con los municipios de Tecolotlán y Juchitlán y al oeste con los municipios de Ayutla está este bonito poblado que lleva en su sangre la historia desde épocas prehispánicas.
Ofrece a sus visitantes atractivos de tipo arquitectónico como la iglesia de Santiago Apóstol, el templo de Santo Domingo y el templo del Sagrado Corazón.
También resulta de gran interés para los visitantes una pequeña zona arqueológica ubicada hacia el norte del municipio, en un lugar llamado “Caliviejo”. Vale la pena visitarla. En cuanto a atractivos naturales están los bosques de la sierra de Quila y del cerro Los Morales; y el Bordo Copales, que cuenta con una agradable área arbolada.
Tonaya
Algo de mágico ha de tener este pueblo que inspiró a Juan Rulfo en la creación de sus obras, y al visitarlo así lo comprendemos al pasear entre sus portales y atravesar su plaza. Cuenta con atractivos naturales como los bosques localizados en la parte norte y este y las haciendas Coatlancillo, Las Higueras, Amacuauhtitlán, El Paso de San Francisco y de El Refugio.
También ofrece atractivos de tipo arqueológico localizados al oriente de la población. Destacan lo que podrían ser las ruinas de un “cue” o adoratorio.
Tuxcacuesco
Poco antes del arribo de los conquistadores, esta región estaba siempre en guerra, lo que difiere mucho de su tranquilidad actual que invita a la relajación. Hoy es un atractivo pueblo de la sierra que cuenta con atractivos turísticos de carácter arquitectónico como la iglesia y el convento de Tuxcacuesco, la hacienda de Zenzontla y la hacienda de Apulpo, en la que se encuentra hoy el monasterio. En cuanto a atractivos naturales destaca la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán, al sureste del municipio.
Unión de Tula
Paseando por su plaza llena de palmeras pareciera que La Unión, como es llamada entre los locales esta comunidad, fuera un lugar más cosmopolita, y afortunadamente no es así. Es un pueblo de la sierra que ofrece mucho para el turista. Entre sus atractivos naturales están los ríos Ayutla y Ayuquila; los arroyos de El Castillo, Elotes, Cebadita, El Gavilán, El Vallado y La Trinidad. Además cuenta con las presas de Tacotán, San Agustín, El Castillo y Charco Azul. También, los bosques localizados en la Mesa del Capitán, los cerros de Santa Ana y La Ventana, y los paisajes del cerro de San Lorenzo y la presa Tacotán.
Ofrece atractivos turísticos de arquitectura civil y religiosa, como son la Parroquia de la Vírgen del Rosario y la Hacienda de San Clemente. También son dignas de visitarse la Hacienda de Santa Ana y la Hacienda Ganadera. Como podemos ver, esta región de Jalisco ofrece un amplio recorrido visitando muchos y muy variados lugares que guardan en común su carácter serrano y su cercanía con la naturaleza, sus muchos mantos acuíferos y la calidez de su gente, que espera siempre la visita del turista para mostrarle todo aquello de lo que está orgulloso.
Más información: Gobierno del Estado de Jalisco