Cuando vamos de vacaciones, lo único que deseamos es alejarnos del ajetreo de la ciudad, del ruido, el tráfico, la contaminación; en una palabra, descansar. Ya sea en la playa o en la provinciana ciudad, utilizamos el día para admirar sus principales atractivos y por la noche, recorremos bares y discos del lugar.
Irónicamente, salimos huyendo de un lugar y acudimos a otro similar. Llegado el momento de regresar a nuestras actividades normales, resulta que tenemos necesidad de unas nuevas vacaciones para reponernos de las anteriores.
Es por eso que, para quien realmente busca paz y tranquilidad para dejar a un lado el estrés, no hay nada mejor que aprovechar un par de días en alguno de los muchos SPAs que ofrece México.
En la antigüedad, un SPA eran todos aquellos lugares de aguas minerales y termales en donde la gente, principalmente de dinero, practicaba la Balneoterapia con resultados curativos.
La palabra Spa deriva del término “Salute Per Aqua”, que significa Salud a través del Agua.
Esta fue una práctica muy recurrente durante los siglos XVIII, XIX y buena parte del XX. Los médicos de la época, al no encontrar cura para muchas de las enfermedades existentes, aconsejaban a sus pacientes el alejarse de las grandes ciudades y acudir a alguno de estos centros de salud, los cuales en su mayoría estaban en Europa.
En la actualidad, los SPAs no necesariamente cuentan con aguas termales pero en cambio ofrecen una gran variedad de servicios con fines de estética, relajación, descanso, curas antiestrés, desintoxicación y medidas preventivas para la salud.
La industria de los SPAs, aún y cuando tienen siglos de antigüedad, ha resurgido desde hace unos años y hoy es parte de las actividades del llamado Turismo Premium, reformándose y definiéndose con base en las demandas y necesidades de los consumidores actuales, que buscan mantener en armonía mente, cuerpo y espíritu, todo a través de la combinación de las antiguas tradiciones y los nuevos descubrimientos botánicos y científicos.
Al llegar a uno de estos centros, sus asesores crean un programa individual basado en las necesidades específicas de cada persona.
Para iniciar, el instructor aconseja realizar una rutina de ejercicios en sus modernos gimnasios o alguna actividad acuática en la alberca, para relajar el cuerpo. En seguida, tomar un baño de vapor o un sauna, seguido de una ducha de agua fría, para liberar al organismo de algunas toxinas. Una vez fuera, puede seguir con un baño exfoliante con productos naturales como nueces, durazno, miel y sales para eliminar las células muertas de la piel y nutrirla.
Para remineralizar el organismo, nada como sumergirse en barro o envolverse en algas marinas para seguir con un tratamiento de Talasoterapia en donde se aprovechan las bondades del agua de mar y de los productos marinos y el cual consiste en sumergir el cuerpo en una tina térmica con aceites aromáticos, algas y sales marinas, para desintoxicar, aliviar afecciones leves de los huesos y articulaciones, combatir el estrés, la depresión y los nervios.
Una vez fuera, podrá tenderse en una mesa acondicionada para recibir un masaje Shiatsu, antigua técnica oriental que restablece el flujo de energía corporal y mental mediante la estimulación por presión de puntos específicos del cuerpo que estimulan la circulación sanguínea.
También, según sus necesidades, un especialista le puede recomendar un tratamiento como podría ser una hidratación, anti-edad, nutriente o glyco-peeling con alfa hidroácidos, lo cual dejará su piel suave y sedosa.
Y para alimentar el alma, nada como la Salud Holística, la cual tiene sus raíces en la herbolaria y en “todo lo natural” e incorpora otras formas de curar como lo son las disciplinas orientales y la meditación, para encontrar un balance entre el alma, cuerpo y espíritu con los 4 elementos (agua, tierra, aire y fuego) y con el medio ambiente que nos rodea.
Para fortalecer el organismo, las opciones incluyen una excelente combinación de verduras, carnes y frutas con la cual no sólo se sacia el apetito, sino también el cuerpo recibe nutrientes.
En la actualidad la variedad de masajes va desde el Sueco hasta el de piedras calientes y cada vez son más atractivas las opcines que ofrecen al viajero.
Algunos SPAs tienen además actividades complementarias como paseos a pie, en bicicleta o paseos a caballo, tenis, descenso de ríos, entre otras actividades, en fin. En nuestro país, este segmento denominado turismo de salud, ha experimentado un importante crecimiento que se ve favorecido por la nueva cultura del bienestar.
El turista actual es consciente de la necesidad de dar a su cuerpo y alma un trato sensible y priotitario y sabe que yendo a un Spa, ya sea independiente o perteneciente a una cadena hotelera, encuentra esa satisfacción diferente que hace que sus vacaciones sean en realidad el merecido descanso que ha planeado.