La majestuosa ciudad prehispánica de El Tajín, en la que convergen identidad, pasado, belleza y conocimiento, ofrece al visitante la oportunidad de interactuar con los descendientes de los antiguos totonacas que aún viven en la zona, así como una amplia gama de opciones de aventura por su cercanía a playas, ríos y montañas.
El estado de Veracruz es rico en historia. Su territorio ha sido testigo mudo de importantes hechos para México, como la defensa del Puerto de Veracruz ante las fuerzas estadounidenses; el primer cabildo fundado en América por Hernán Cortes; la huelga de Río Blanco, que fue detonador para el inicio de la Revolución Mexicana y muchos episodios más de nuestro pasado histórico.
El ámbito prehispánico no podía ser la excepción, ya que Veracruz es el escenario donde varias culturas dejaron las pruebas físicas de su paso y grandeza por este mundo. El presente artículo trata sobre una de ellas: Los totonacas.
Pobladores del Tajín
Los totonacas fueron un grupo que se asentó en la parte norte del estado y edificaron una de las principales ciudades de Mesoamérica: El Tajín, La palabra Tajín es de origen totonaco y significa Trueno, por lo que este sitio es conocido también como el “lugar donde se venera al Dios del Trueno”. Esta ciudad fue la más importante de Veracruz, llegó a tener contactos comerciales con Teotihuacán, sus principales actividades económicas eran la agricultura y el comercio.
Se sostenía económicamente con el tributo que los pueblos circunvecinos pagaban en productos y servicios. Otros segmentos de la población, aparte de los de la clase dominante y campesina, fueron el de los artesanos y los que se dedicaron al comercio en áreas especiales de intercambio como fueron los mercados, o transportando mercancías.
La ciudad administraba las relaciones políticas y religiosas, por ello, la figura política de 13 Conejo era también la encarnación de Quetzalcóatl, dios principal de El Tajín, cuya representación figurativa y simbólica es repetitiva en la arquitectura, la pintura y escultura del sitio.
Su fundación ocurrió en el año 300 d. C. y tuvo su mayor auge entre los años 600 y 900 d. C. a fines del Horizonte Clásico, para decaer inexplicablemente hacia el 1150 de nuestra era.
Su gran religiosidad se manifestó en cada uno de sus actos. Median el tiempo en años religiosos, agrícolas y astronómicos; para ellos, el siglo tenia 52 años.
La Pirámide de los Nichos
Un elemento arquitectónico distintivo del lugar, es el hábil manejo del nicho: cuadrados o rectangulares, pequeños o grandes, con o sin xicalcoliuhquis (atributo a Quetzalcóatl); se encuentran dispuestos de muchas maneras en los edificios de este sitio arqueológico.
La actual delimitación de la zona arqueológica cubre una superficie total de mil 221 hectáreas, dentro de las cuales se encuentran sus monumentos prehispánicos, zonas habitacionales y de cultivo, terrazas y sistemas hidráulicos, así como la Pirámide de los Nichos.
La Pirámide de los Nichos
En 1785, la Gaceta de México informó del descubrimiento de esta construcción de 18 metros de altura cubierta con bloques de piedra tallada, a la que sólo se puede acceder por una escalinata decorada con balaustradas, en la que se observa una real influencia maya.
La Pirámide de los Nichos es sin duda la construcción más importante y representativa de la ciudad, consta de siete niveles que se encuentran adornados con nichos, para dar un total de 365. Este número no es coincidencia, ya que tiene una estrecha relación con el año solar. Hay que recordar que las culturas prehispánicas, como la mayoría de las civilizaciones antiguas, observaban el movimiento de los astros.
La Pirámide de los Nichos se convirtió en el símbolo religioso y político del Tajín; algunos investigadores sostiene la hipótesis de que en las noches se colocaban velas en los nichos que servían como un gran calendario, de ser cierto esto el espectáculo de iluminación debió haber sido maravilloso.
Pero los nichos no eran el único adorno que tenía esta estructura, ya que sus frisos y tableros se encuentran en el museo de sitio y son muestra de la grandeza de sus gobernantes, en especial, de 13 conejo, máximo líder totonaca, a quien se acredita la grandeza de la ciudad.
Arquitectura urbana y ceremonial
Esta antigua urbe fue construida en la parte inferior de los abanicos pluviales de la sierra Papanteca. La zona abierta al público puede dividirse en cinco partes que corresponden, al mismo tiempo, a niveles altimétricos diferentes. El Tajín presenta grandes y avanzadas construcciones de tipo piramidal en varios conjuntos que se cree pertenecen a diferentes épocas cuyo apogeo alcanzó en la transición del periodo clásico al postclásico, cuando se edificaron La Pirámide de los Nichos y el Edificio 5.
Otro de los edificios de gran importancia es la cancha de Juego de Pelota Sur, ya que en ella se muestran escenas en relieve que nos explican la cosmovisión totonaca. En las imágenes centrales vemos el sacrificio de un jugador de pelota que se encuentra sujetado por otros jugadores. El sacerdote lleva el cuchillo en la mano. Hay que recordar que el Juego de Pelota con carácter religioso, tenía como finalidad el sacrificio humano del perdedor para satisfacer las necesidades de los dioses. Es por eso que estos relieves de El Tajín nos dejan ver un poco más de cómo era esta ceremonia.
En la parte superior de los relieves centrales observamos la imagen de una deidad muy importante, no sólo en El Tajín, sino en toda Mesoamérica: Quetzalcóatl. En esta imagen lo vemos en su advocación de gemelos divinos, ya que la en la representación observamos el perfil de un personaje que se ve de frente a otro, pero el rostro, al unirse, nos permite ver la cara de una deidad de frente que es Quetzalcóatl, ya que tiene la máscara en forma de pico de ave.
Esta representación es de los gemelos divinos, la dualidad día-noche, representada por Tlahizcalpantecutli y Xólotl y tienen que ver con el planeta Venus. Los antiguas habitantes de Mesoamérica observaban el cielo constantemente y descubrieron que Venus tiene una particularidad que lo hace sobresalir, ya que la mitad del año es una “estrella” matutina y la otra mitad es una “estrella” vespertina lo que hacía pensar a los prehispánicos que se trataba de un ser doble, un gemelo, y cuando se encontraba en la mañana era una deidad benévola, y por el contrario, cuando salía en la noche era un dios cruel.
El Tajín hoy
Con la lengua madre y la medicina tradicional, el bordado y la gastronomía, los vuelos y los pasos de montaña, la comunidad totonaca renueva la historia de la ciudad. Permite al visitante acercarse a la grandeza del pasado mexicano, con paseos y visitas guiadas, tanto en la zona arqueológica como en sus alrededores, rodeado de espectaculares paisajes.
Los trabajos de investigación, conservación y otras acciones, influyeron de manera decisiva para que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) inscribiera al sitio, el 14 de diciembre de 1992, en la Lista de Bienes Patrimonio Cultural de la Humanidad.
- Con más de mil años de antigüedad, es considerada una de las zonas arqueológicas más importantes de América.
- Atractivos: Visita a la Pirámide de los Nichos, Plaza Menor, Juego de Pelota Sur, El Tajín Chico.
- La zona arqueológica de El Tajín es la cuarta más visitada en el país, después de Teotihuacán, Chichén Itzá y Tulum.
En marzo se lleva a cabo el espectáculo artístico “Cumbre Tajín”, con espectáculos y artistas de diversas nacionalidades, el cual durante varios días, oferta recorridos en bicicleta de montaña, cabalgatas por los alrededores, viajes por los rápidos, uso de baños temascales totonacas en el Nicho de la Purificación, tai chi, yoga y caracoles.
En los otros relieves vemos a una deidad de la muerte saliendo de una vasija y una escena de auto sacrificio con un sacerdote que se perfora el pene y ofrece esa sangre a una deidad acuática.
Cabe señalar que El Tajín fue considerada durante un tiempo como la Olimpia mexicana, esto por la cantidad de canchas de Juego de Pelota que tenia, un total de 17, lo que demostraba la trascendencia de esta actividad lúdico-religiosa.
El Grupo Plaza del Arroyo es otro de los elementos importantes del sitio, muestra un grupo de estructuras con características propias de El Tajín, como el uso de nichos para ornato y son de las primeras construcciones del sitio.
Las casas de los gobernantes y de las clases poderosas se localizan en el Grupo Tajín Chico, ubicado al norte del lugar. Para marcar la separación de las viviendas, se construyó una barrera arquitectónica, lo que demuestra la importancia de las clases sociales entre los totonacas.
La práctica de la circuncisión y la deformación craneana sólo le era permitida a los estratos sociales superiores. Conocieron la rueda aunque, se afirma que no lo usaron por carecer de animales de tracción.
Continuando con los lugares exclusivos de los dirigentes, tenemos el Complejo de las Columnas, que se localiza en la plaza más alta de la ciudad. En ella encontramos el Edificio de las Columnas, que debe su nombre a las construcciones verticales paralelas en donde se narran las hazañas de 13 conejo, posiblemente el gobernante más importante de la historia del lugar, por lo que se puede deducir que el Complejo de las columnas era un lugar exclusivo para los dirigentes, un sitio VIP de nuestra época.
Otra estructura que nos ayuda para entender la religión prehispánica es el Edificio I, que se localiza en el Grupo Tajín Chico, donde se encontraron pinturas policromadas en que vemos a personajes míticos zoomorfos y que, posiblemente, sean representaciones de las principales deidades del lugar.
Para visitar la zona de Tajín
- Cuando ir: Se puede acudir en todo el año, preferentemente en otoño, ya que no hace tanto calor y las lluvias están terminando.
- Como llegar: El Tajín se encuentra a 16 km. al sur de la ciudad de Poza Rica y a 6 km. de Papantla. Para poder llegar a la zona arqueológica se debe tomar la Carretera federal 130 México-Tulancingo-Poza Rica-Tajín si se va desde la ciudad de México. Para llegar de Veracruz se tiene que tomar la carretera federal 180 rumbo a Papantla y seguir los señalamientos.
- En autobús, desde la Terminal Norte de la Ciudad de México hasta Papantla por la carretera federal 130, para ahí abordar otro autobús hasta El Tajín, que está a escasos minutos de la zona.
- Acceso: La zona arqueológica tiene un horario de 9 a 18 horas de lunes a domingo y tiene un costo de $85.00 pesos. Se encuentran exentos de pago los menores de 13 años, estudiantes y maestros con credencial vigente, personas mayores de 60 años, jubilados, pensionados y discapacitados.
- Servicios: La zona cuenta con servicio de cafetería, Museo de sitio, teléfonos públicos, sanitarios, tienda de artesanías y servicio de guías de turista con un costo adicional.
- En Papantla hay todos los servicios turísticos como hoteles, restaurantes y Terminal de Autobuses de primera y segunda clase.
Por lo anterior, El Tajín, la ciudad del dios del Trueno, es una muestra más de la riqueza y grandeza de nuestro pasado prehispánico que debemos conocer para poder preservar y admirar.
Más información: Zona Arqueológica del Tajín y Museo de Sitio – INAH