México cuenta con un abanico cultural de increíble amplitud, su historia puede dividirse en varias etapas, que van desde el poblamiento de América -aproximadamente 30 mil años antes de nuestra era- hasta la globalización, que incluye no solo a México, sino a todo el planeta.
Dentro de esta variedad histórica, encontramos la denominada época prehispánica, caracterizada por grandes culturas como la mexica, que creó el mayor imperio en Norteamérica; la maya, creadora de grandes edificios, el cero matemático y el sistema calendárico más exacto de la antigüedad y por supuesto los olmecas, considerados como la “cultura madre”, entre otras muchas.
Sin embargo, hay un estado en el cual no se han hecho muchas investigaciones: Guerrero. Esta demarcación de la República Mexicana se ha desarrollado ampliamente en el turismo convencional, y de hecho cuenta con incontables atractivos. ¿Quién no conoce Acapulco? ¿Alguien no ha comprado la plata originaria de Taxco?
Pues ahora, investigaciones recientes han traído a la luz un nuevo sitio arqueológico: Tehuacalco.
Comencemos por conocer el posible significado de Tehuacalco, palabra de origen náhuatl que ha causado controversia entre los investigadores y estudiosos de la materia, ya que tiene tres variables etimológicas: “Lugar de la caja de piedra”; “Lugar de casas de sacerdotes y “Lugar de la casa del agua sagrada”.
Las justificaciones para la primera interpretación se dan porque en el lugar hay pozos creados por el hombre que dan una apariencia de caja. Las otras dos tienen que ver con las edificaciones de los templos y por la representación de piedras labradas en forma de espiral encontradas en varios edificios de la zona, como el Juego de Pelota.
Las espirales en el México antiguo se encontraban ligadas al agua, ya que la forma espiral se asemeja a una corriente o río.
Como podemos observar el debate sigue en pie, es por eso estimado lector, que usted tiene la posibilidad de escoger el significado que sea de su agrado, mientras que las investigaciones aun no concluyan.
La zona arqueológica tiene una extensión de aproximadamente 80 hectáreas, donde se han descubierto 11 estructuras, dentro de las que sobresalen un juego de pelota alineado Norte-Sur y una gran estructura denominada E5, sobre la cual se hallan patios y basamentos.
Además, encontramos la Estructura E1, que es un lomerío convertido en pirámide, gracias a la nivelación de que fue objeto y para la cual, con objeto de acceder a su cima, se construyó una escalinata. Las investigaciones relacionan dicha escalinata como parte de una calzada que servía para poder llegar al cerro sagrado.
La edificación que corona dicha estructura se conoce como Templo Corona y se han encontrado varios ajustes que nos demuestran el uso y la importancia que tuvo a lo largo de la historia del lugar, ya que en él también se hallaron símbolos que tienen que ver con el planeta Venus, asociado con la guerra y el ciclo calendárico de 52 años, así como el culto al Sol.
Haciendo un poco de historia, Tehuacalco en la época prehispánica, se conocía como Yopitzingo y a sus habitantes se les denominaba yopes. Aquí es donde la falta de investigación comienza a hacerse presente.
Las referencias sobre los yopes son escasas y en algunos casos contradictorias, ejemplo de esto último es lo que nos menciona fray Bernardino de Sahagún en uno de sus párrafos, donde dice que “los yopimes y tlappanecas son ricos”, mientras que en otro tenemos que “son gente bárbara, y son muy inhábiles y toscos, peores que los otomíes”.
También encontramos referencias a los yopes en las obras de fray Juan de Torquemada y fray Diego Durán, entre otros, además de las ilustraciones localizadas en el Lienzo I de Chiepetlán y en el Códice Tudela.
Lo que se conoce de los yopes, es que eran un grupo semisedentario que no tenía una capital propia, aunque algunos investigadores manejan la idea de que conocían la agricultura.
Se cree que Tehuacalco tuvo una ocupación mexica durante el periodo postclásico (900- 1521) y que sostuvo relaciones comerciales con varios lugares de la zona, como lo demuestra una placa antropomorfa localizada en el lugar, de origen “extranjero”.
A manera de conclusión se puede decir que Tehuacalco es un ejemplo de la grandeza y la riqueza cultural que tiene México y de la necesidad que se tiene de más investigaciones de este tipo. Imagínese, querido lector, cuantas zonas arqueológicas están esperando ser encontradas y estudiadas, para demostrarnos con sus testimonios ya sea pictóricos, arquitectónicos o antropológicos, que queda aún mucho por conocer de nuestra historia. Mientras tanto, algo que les podemos garantizar es que una visita al ya próximamente abierto sitio yope, será una experiencia inolvidable y llena de riqueza cultural para el visitante.
Como llegar a Tehuacalco
Se puede llegar a la zona arqueológica por la Autopista del Sol, donde es necesario desviarse hacia la ciudad de Tierra Colorada y tomar hacia el norte hasta el crucero de La Haciendita, kilómetro 57; Si se viaja por la carretera libre México – Acapulco (carretera 95), el crucero mencionado se halla al sur de Carrizal de la Vía o al norte de Tierra Colorada. De ahí se toma la desviación para bajar abruptamente hasta un lecho de un río donde hay un puente de concreto, y seguir la carretera asfaltada que llega a la zona arqueológica. El visitante puede arribar al sitio por medio del transporte público tomando taxis desde El Ocotito o Tierra Colorada, sin embargo, este deberá caminar a la entrada del sitio.
Recomendaciones
Se aconseja llevar líquidos en abundancia y zapatos cómodos ya que el recorrido temático tiene una longitud de 3 kilómetros.
Más información: Lugares INAH