A tan sólo 145 km. de la Ciudad de México se encuentra Valle de Bravo, uno de los lugares favoritos de los habitantes de la capital y Toluca; centro de relajación y de descanso de turistas de todo el mundo.
Su nombre se debe al general Nicolás Bravo, quien fue el hombre de confianza de José María Morelos y presidente interino o sucesor en México en tres ocasiones.
El clima que acompaña a Valle de Bravo es excelente casi todo el año, el sol calienta sus calles y se acompaña de una brisa fresca al estar cerca del lago y es ideal para disfrutar de un paseo en lancha o una caminata por sus calles, llenas de tiendas artesanales y restaurantes con cocina tradicional e internacional.
Casonas, galerías de arte, tiendas de artículos diversos como muebles, ropa y souvenirs, decoran sus calles. museos, restaurantes, iglesias y la Alameda son algunos de sus atractivos.
Las actividades a realizar son muy variadas, como el esquí acuático, paseos en lancha y la pesca. Sin embargo, para aquellos que no quieren realizar actividades deportivas acuáticas un excelente atractivo de la ciudad es subir a un barco recreativo, en donde es posible comer y escuchar música con una buena compañía y alguna bebida. Otra de las opciones que acompañan la vista del lago son los restaurantes flotantes, donde la comida es muy diversa y de excelente calidad gastronómica.
A Valle de Bravo se le ha denominado Pueblo Mágico con la intención de revalorar un sitio que es visitado por miles de turistas durante todo el año y cuyo atractivo resulta seductor y rico en el sentido arquitectónico, cultural y tradicional, ya que conserva espacios que representan a su estado y al país.
Leyendas e historias mágicas se conjugan en él y lo envuelven con un espectro que se siente en sus calles, en sus hoteles, en sus espacios naturales, tales como el jardín El Pino, en el cual se puede disfrutar de la presencia de un imponente Ahuehuete de más 600 años de edad, el cual ha sido objeto de múltiples estudios y es parte de la ornamentación del Barrio de Santa María Ahuatcatlán, donde se celebró la primera misa en 1530.
Un paso o caminata por Valle de Bravo se puede iniciar en el zócalo, donde el panorama se embellece con kioscos y portales. Subiendo por la calle Independencia se puede llegar a la Peña, la cual puede ser escalada prácticamente por la mayoría de los visitantes, quienes tienen como gratificación una vista espectacular de Valle de Bravo. La sierra, el lago y la puesta de sol son una excelente combinación para los aficionados a la fotografía.
El Municipio de Valle de Bravo tiene en su parte más natural y virgen un área natural protegida llamada Reserva de Monte Alto. En este vestigio de naturaleza la actividad que se realiza es la bicicleta de montaña. Para los aficionados a este deporte resulta un paseo muy atractivo, ya que el recorrido es acompañado por una vista natural única de pinos y en la cima se puede observar el lago. La ruta es de aproximadamente veinte kilómetros. Indispensable para los deportistas llevar su cámara..
Si de artesanías se trata, Valle de Bravo es una buena opción, ya que no sólo cuenta con artesanías típicas de la región. Barro vidriado, hierro forjado, tejidos y deshilados, cerámica de alta temperatura, cestería y tallas en madera son algunos de los productos que ofrece el mercado. Destacan las artesanías de Jalisco, Guerrero y Michoacán, por ser estados vecinos. La artesanía presente en este municipio se considera de buena calidad, en cuanto a diseño y realización.
También puedes encontrar artículos decorativos en boutiques, en las calles centrales, el precio por artículo es mayor, sin embargo son más exclusivos los diseños de las piezas. Es recomendable visitar tanto el mercado como las tiendas independientes ya que el folklore está inmerso tanto en uno como en otras.
Los atractivos de este Pueblo Mágico son múltiples. Todo tipo de público es bienvenido, ya que en los parques se pueden encontrar juegos donde los niños despliegan sus energías mientras los padres pasan un rato agradable a la sombra de un árbol y descansando en una banca. Para los jóvenes que buscan actividades recreativas o deportivas hay una gran variedad al aire libre. Existen también campos de golf para los aficionados de este deporte.
Los restaurantes y bares tienen distintas propuestas gastronómicas para todo tipo de presupuestos y gustos. Los paseos incluyen a gente de todas las edades, ya sea por los comercios y el entorno es capaz de seducir al público de cualquier procedencia y edad. Velear, pasear en kayac o esquiar son actividades que invitan a familias enteras a compartir sus días de descanso.
Valle de Bravo, con su misticismo, su magia y atractivos naturales y culturales ha llamado la atención de gente a nivel internacional. La localidad se ha vuelto una comunidad que hospeda a estadounidenses, alemanes, franceses, españoles, chilangos, etc. Por ser un sitio con turismo durante todo el año las actividades no cesan en ninguna temporada, el empleo es constante y sin embargo se goza de una tranquilidad que no posee ninguna gran urbe.
El arte y la cultura están presentes en Valle, en sus museos y en la Casa de la Cultura ubicada a unos metros del centro, con la finalidad de estar al alcance de la población y de los visitantes, con una biblioteca, un auditorio y salones múltiples donde se imparten clases de educación artísticas para todas las edades. Muchas de las actividades realizadas en la Casa de Cultura son gratuitas y algunas otras tienen costos muy económicos.
Una de las excursiones más recurrentes de noviembre a marzo es la visita de los santuarios de la Mariposa Monarca, que aunque no se encuentran en Valle de Bravo están muy cerca de este sitio, por lo que hospedarse en Valle es una excelente opción, ya que después de maravillarse con semejante espectáculo natural se podrá disfrutar de algunas de las actividades que Valle de Bravo tiene en su oferta turística.
Como ya se mencionó, la oferta gastronómica es muy variada, sin embargo una buena opción es elegir uno de los restaurantes que se encuentran alrededor del Jardín Central. Mole de guajolote, cabeza de cerdo, res en vapor, barbacoa, trucha y carnitas son algunos de los platillos que podrá encontrar. También existen restaurantes con comida internacional con chefs distinguidos, quienes personalmente les atenderán.
Para despedirse de este hermoso lugar y recordar la magia de sus calles, sus edificios, las casonas con tejas, los empedrados y calles adoquinadas, es recomendable encaminarse hacia el Mirador de la Cruz y Monte Alto. La vista de los miradores es única, ya que en ellos puede observar de manera panorámica los alrededores de Valle de Bravo. Es un sitio ideal para tomar fotografías.
En el Mirador Monte Alto podrá también aprovechar para lanzarse en parapente o en un ultraligero. Si no desea hacerlo es también un espectáculo observar a aquellos quienes lo hacen por deporte; Valle de Bravo ha sido sede en campeonatos de parapente, por lo que es común encontrarse con personalidades aficionadas a esta actividad, quienes aprovechan el viento para volar cuál pájaros sin toparse con ningún árbol o construcción y que aterrizan con tal estilo que parece que hubieran pasado su vida en el aire.
Aunque el éxito que ha tenido Valle de Bravo ha adoptado a personas de todo el mundo como habitantes y como visitantes es un sitio donde la tradición prevalece y el sabor de los pueblos mexicanos se permea en cada visita. Este rincón lleno de actividades recreativas, de sitios de descanso, de hoteles con diferentes tarifas y comodidades, mantiene la magia al visitarlo. Sus vistas y detalles lo vuelven un lugar único y donde siempre dan ganas de regresar, porque aunque sea un lugar pequeño la oferta turísticas es muy amplia, así para un viaje de descanso y relajación en un Spa con masajes, cascadas, vapor, sauna y jacuzzi, como para realizar un viaje para rappelear, subirse a la tirolesa o al muro de escalar, andar en bicicleta o moto por lugares naturales nunca antes vistos, actividades que llenarán tus días de adrenalina.
Más información: Turismo Edomex.