¿Se imagina caminar por un pueblo fantasma, con una cantina, banco y cárcel como los que se proyectan en las películas de vaqueros? Lo que hace años fue un set cinematográfico con auge en los años 60’s y 70’s, se convirtió en Villas del Oeste, un parque temático turístico que ofrece un divertido espectáculo los fines de semana ¡con verdaderos forasteros y personajes del oeste!
La polvareda se levanta tras el galope de un par de maleantes que acaban de asaltar el banco del pueblo; tras ellos va el sheriff, sus alguaciles y los hombres del poblado que acaban de ser despojados de sus ahorros.
Mientras tanto, en la cantina, el espectáculo comienza con las bailarinas de Cancán, en ese momento una pequeña provocación desata una trifulca que concluye a mitad de la calle en un duelo a muerte.
Ahora esto y más es posible en Villas del Oeste, al norte de Durango, cuyas planicies fueron locaciones de más de un centenar de películas, principalmente del género western, consagrando al estado a través de medio siglo como “La Tierra del Cine”.
En este parque temático localizado en el kilómetro 12 de la carretera Durango-Parral se lleva a cabo, los fines de semana, una representación en la que participan alrededor de 27 actores, quienes además de la pieza teatral realizan suertes a caballo, trucos de magia y, con mucha fortuna hasta “lo colgarán” como a un malhechor.
Todo esto se convierte en la motivación ideal para visitar Durango, cuyas bellezas naturales atraen la atención de cualquiera envolviéndolo en un ambiente fílmico como le ocurrió al legendario actor norteamericano John Wayne, quien después de conocer este peculiar destino enclavado en la Sierra Madre Occidental construyó el Rancho La Joya, en el paraje conocido como Chupaderos.
Los asistentes pueden disfrutar de un espectáculo western, único a nivel nacional. Los días sábado se ofrecen dos shows y los domingos tres. En periodos vacacionales, cuando el lugar es visitado por casi tres mil turistas en un día, entre nacionales y extranjeros, se realizan dos shows diarios.
En el espectáculo participan alrededor de 25 actores y tienen nueve shows diferentes. Cada presentación dura alrededor de una hora y media, tiempo en el que visitantes y actores interactúan de la manera más divertida, en el escenario.
El lugar, que ha sido visitado por actrices de la talla de Salma Hayek y Penélope Cruz, fue adquirido por el gobierno estatal, y desde hace algunos años ha despuntado como parque temático.
Existe un proyecto para que, en el largo plazo, se amplíe el sitio y se construya un hotel. Igualmente se busca mejorar el trabajo actoral y que se ofrezca en idioma inglés, para lo cual también se contempla capacitar a los actores. La inversión contemplada es de 5 millones de pesos.
Villas del Oeste también se renta para aquellos que deseen realizar algún evento social en el lugar, como bodas o XV años. Actualmente se realizan una o dos bodas al mes.
Leyendas y fantasmas de Ojuela
Como sucede en las películas, el escenario cambia totalmente la toma; pues qué le parecería estar parado frente a un pueblo minero fantasma en la comunidad duranguense de Mapimí, a la cual se llega por la carretera Bermejillo-La Zarca, del municipio de Lerdo, cuyas frías ruinas con balcones de hierro forjado, puertas y ventanas labradas, cuentan la historia de los hombres de siglo XVI, quienes vivían de la extracción de minerales y, donde ahora las historias y leyendas se hacen presentes en cada rincón.
La aventura sigue al cruzar el Puente de Ojuela, imponente estructura colgante de 318 metros de largo que une la Hacienda del Agua con la mina. Al atravesar, cada tablón se estruja por el peso y la hilera, sostenida por dos torres, pareciera no tener fin; en ese momento uno implora que el viento no sople más fuerte para no sentir el bamboleo, pues la simple idea de una caída de tal altitud (130 metros) aterra hasta al más valiente.
Para entrar al filón se requiere de supervisión, por ello, varios mineros acompañan hoy a quienes deseen hacer el interesante recorrido a pie por los túneles donde en antaño se extrajo toneladas de oro, plata, piedra caliza y cuarzo, entre otros minerales. ¡La experiencia es única y aún no termina porque ahora sigue en la luna!
La Zona del Silencio. Un paseo fuera de este mundo
A 125 kilómetros de Gómez Palacios, en la confluencia de los estados de Coahuila, Chihuahua y Durango se localiza la Zona del Silencio, bordeada por montañas semejantes a cráteres como los de la luna, de hecho, en la superficie de este lugar están esparcidos aerolitos, así como los restos de un cohete de la NASA llamado Athenas, el cual cayo en este árido paraje debido a un desperfecto.
La Zona del Silencio, ocupa al menos 160 mil hectáreas de extensión y debe su nombre a la dificultad de la propagación de las ondas hertzianas y cuya energía magnética es responsable de la atracción de los cuerpos celestes. Este “escenario sideral” se complementa con la vista nocturna del firmamento, donde se aprecian constantes lluvias de estrellas y cuerpos fugaces que al pasar parecen bolas de fuego.
Para conocer más sobre este enigmático desierto, se recomienda consultar a los touroperadores que organizan campamentos ecológicos con servicios de guías especializados, áreas seguras para dormir, alimentos, observatorio astronómico, transporte, pláticas sobre el ecosistema y más.
La temporada de visita es de octubre a mayo, ya que en verano no hay acceso a esta zona primeramente por el calor sofocante, luego por la presencia de víboras y finalmente por las torrenciales lluvias.
Más información: Visit Durango