En el estado de Chiapas se localizan un sin número de lugares históricos, en este artículo platicaremos sobre uno de los sitios prehispánicos de más trascendencia, el lugar de las “piedras verdes”, Yaxchilán.
Localizada a las orillas del Río Usumacinta, el más grande de América Central, la ciudad de las “piedras verdes” tuvo su desarrollo entre los años 350 a 810 de nuestra era. Es un claro ejemplo de una ciudad perdida en la selva, ya que su ubicación cerca del río y en medio de la espesa jungla, le dio un aire de grandeza y misterio a la vez.
Yaxchilán fue un ejemplo de cómo evolucionaba un ciudad maya del periodo clásico (250-900), ya que comenzó siendo una pequeña aldea de cazadores, llegando a transformarse en una de las ciudades más importantes de la región. Tuvo alianzas con lugares como Piedras Negras y Tikal y sostuvo una guerra en contra de la ciudad de Palenque, en el año 654.
En la actualidad es considerada una de las ciudades con las estelas mejor conservadas, que brindan un excelente material para entender la escritura y la sociedad maya del clásico.
Fue sede del gobierno de personajes como Pájaro-Jaguar III y Escudo-Jaguar I, quienes le dieron su máxima extensión territorial, que inclusive llegó a que el glifo emblema de la ciudad fuera registrado en estelas de otras ciudades y que inclusive el gobernador Escudo-Jaguar II fuera retratado realizando una captura en los murales de Bonampak.
Durante la historia del sitio podemos ver un desfile de gobernantes que dejaron sus registros en las estelas y en las construcciones como el Juego de Pelota, donde se admira a una generación completa de gobernantes en un relieve: Pájaro-Jaguar III, su hijo Itzamnaaj Balam y su nieto Pájaro-Jaguar IV, vestidos todos como jugadores, celebrando un partido en donde las pelotas llevan dentro cuerpos de cautivos atados de las manos. Esto nos demuestra, tanto el poder militar que tuvo el lugar, como la relevancia religioso-política del juego.
El sitio se ubica a 173 kilómetros de Palenque, viajando por la carretera federal 199 para después tomar la Fronteriza del Sur hasta el crucero Corozal; desde este punto se transita hacia Frontera Corozal para finalmente tomar una lancha que hace un recorrido de 1 hora, aproximadamente, para acceder a Yaxchilán.
El recorrido comienza en el Edificio 19 que actualmente funciona como acceso al sitio; a esta construcción se le conoce como el Laberinto, ya que presenta una gran y compleja distribución de sus salas en dos niveles.
Por su forma y dimensión, este edifico puede haber sido sede para ritos de iniciación de sacerdotes y gobernantes, ya que al estar construido en dos niveles, muy posiblemente era la representación de un viaje al inframundo, ya que en la parte superior encontramos una sala rodeada por habitaciones y dos escaleras abajo, tenemos una distribución de habitaciones más pequeñas, una de ellas todavía sellada.
Después tenemos la Gran Plaza. En su primera sección hay un baño de vapor, lugar utilizado para realizar la ceremonia de purificación que por lo general se encontraba asociada al juego de pelota, cuya cancha es precisamente el otro edificio de la zona.
Este Juego de Pelota o Edificio 14 tiene la clásica forma de I y cuentan con cinco marcadores, todos con inscripciones, múltiples relieves jeroglíficos adornan la escalera de la cancha.
Para continuar con el recorrido hay un conjunto conformado por los Edificios 12, 13, 10, 74 y 11, que al parecer formaban un palacio muy similar a los que podemos observar en Palenque y Tikal. En el Edificio 12 hay siete puertas que conservan los registros de los gobernantes de la ciudad; la narración comienza en el año 360.
Para terminar con la Gran Plaza tenemos los Edificios 8,7, 6 y 5 que no han sido explorados todavía y que al parecer corresponden a los primeros años de ocupación del sitio.
En el Edificio 6, al que también se le conoce como El Templo Rojo de la Ribera por el color que tiene su estuco, se han localizado tablillas de rezo y cerámica lacandona, esto porque después del abandono de Yaxchilán los lacandones lo escogieron como lugar para su práctica religiosa.
Encontramos muchas representaciones de la vida política y religiosa de los mayas en Yaxchilán, prueba de lo anterior es el Edificio 21 por sus estelas y su decoración en estuco, en donde podemos observar a cuatro mujeres y un hombre sentados sobre una banqueta flanqueada por cabezas de serpiente, de las cuales emerge la figura de una deidad relacionada con la lluvia.
En la estela que se localiza cerca se puede observar a la Dama Ik-Craneo, perteneciente a la nobleza del sitio, que se encuentra realizando un auto sacrificio; esta práctica era común entre la alta jerarquía maya, ya que los gobernantes y sacerdotes masculinos se punzaban el pene y las mujeres la lengua.
Continuando con el recorrido, en el edificio 23 se encontraron una gran cantidad de dinteles (en la actualidad algunos están en Inglaterra y la Ciudad de México), en ellos se representa a la alta sociedad haciendo ofrendas y auto sacrificio a las deidades.
Pero lo más importante de este lugar es la escultura decapitada de Pájaro-Jaguar IV que se localiza en su interior, ya que los lacandones creían que era la representación del rey Ach-Bilam Ahau Balam, y que si su cabeza era puesta en su posición original ocasionaría un cataclismo, debido al descenso de los tigres celestes, llamados Kon, que devorarían a todo ser viviente. De esta forma el mundo sería devastado.
Para finalizar, en la parte más alta del sitio se localizan los Edificios 39, 40 y 41, siendo el más sobresaliente el 40, ya que conserva parte de su crestería y restos de pintura mural.
De esta manera podemos ver la grandeza de una de las ciudades más importantes del Clásico Maya. Lugar que puso en jaque a sitios con la importancia y trascendencia de Palenque y que sigue sorprendiendo a los investigadores y público en general con los secretos que, muy lentamente, nos sigue revelando.
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